Ariadna Tabera

     En los últimos tiempos la Secretaría de Derechos Humanos ha estado en los distintos medios de comunicación de la provincia a raíz de su trabajo en diversos temas, desde la coordinación de acciones en cuanto a las tareas que conducen a la entrega de tierras a los aborígenes hasta  la integración de la Red Provincial de Prevención y Ayuda al Suicida. En esta nota profundizamos sobre la diversidad de temas que aborda y su mirada sobre la realidad.

     El objetivo fundamental de este organismo es velar por los derechos humanos, lograr que se respeten y se cumplan, ya que hacen a la esencia humana, como el derecho a la vida, a la dignidad, a la identidad, a la integridad física y moral, a estar inserto y contenido por la sociedad. Esto no debe confundirse con otros derechos, que son más bien privados y que pertenecen a distintas ramas del Derecho Civil, comenzó diciendo Elizabet Eisenberg, a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos.  La Secretaría cumple con una función eminentemente social porque cuando hay alguna denuncia o consulta de un ciudadano o cuando este organismo se acerca a algún sector de la comunidad, es porque estamos frente a una transgresión a los derechos humanos.
     En cuanto a las problemáticas que más se consultan, explicó que  la demanda mayor que hace la sociedad jujeña tiene que ver con la violencia, de todo tipo. Este es el punto de más preocupación de la sociedad y del Estado, siendo su obligación hacer prevención y asistir  a las víctimas. Esto se realiza a través de las fuerzas de seguridad que deben preservar a la sociedad de estos tipos de violencia. A la vez, la existencia de organismos como esta Secretaría y la Defensoría del Pueblo, permite que la ciudadanía tome conciencia de que hay otros organismos del Estado a los que puede recurrir, además de la policía o los hospitales, adonde llegan las víctimas una vez que los hechos se han consumado. En este sentido, agregó que el objetivo es hacer prevención, contención y ayuda (cuando ya se ha producido el hecho).
     Asimismo, evaluó el nivel de consultas y denuncias y su incidencia en abordaje de nuevas problemáticas, ya que  es cierto que la concurrencia de los ciudadanos es progresiva, lo que va marcando una apertura cada vez mayor en el abanico de tareas que debemos cumplir. La discriminación también aparece y es importante que sea denunciada porque, según los especialistas, el daño que produce en los niños y adolescentes es grave. Es fundamental que se denuncien estas violaciones de modo tal de que podamos trabajar con la comunidad. En Tilcara, por ejemplo, se está trabajando con gente de los centros vecinales en este sentido. Es importante decir que atendemos en horario administrativo, tanto a la mañana como a la tarde, en Hipólito Irigoyen 636, o en el teléfono 4235877.
     Respecto a la conciencia de la población sobre los derechos humanos, Eisenberg manifestó que este año nuestra experiencia con carroceros durante la Fiesta Nacional de los Estudiantes nos mostró que los más jóvenes son más concientes. Nos presentamos ante el Ente de la Fiesta para poder ponernos en contacto con niños, adolescentes y jóvenes carroceros. Un pequeño equipo de este organismo organizó visitas a los canchones y mientras los carroceros trabajaban se propuso un intercambio respecto a la temática de los derechos humanos. Sorprendió el interés y la avidez de información, no sólo respecto de los derechos propios sino también los de los demás. Es muy importante tener en cuenta que esta problemática es humana y que está en relación directa con la solidaridad.

     Eisenberg indicó que el cumplimiento del artículo 75, inciso 17 de la Constitución Nacional y del Convenio N°169 de la OID, en relación a la entrega de tierras a sus legítimos dueños, los aborígenes, es un tema que preocupa mucho al gobierno. Ya que hay que tener en cuenta que ese artículo data de 1994, y recién se ha entregado tierras este año a tres comunidades. Evidentemente esto tiene que ver con una voluntad política, ya que desde hace menos de dos años los mecanismos están funcionando orgánicamente. Y en esto las provincias de Jujuy y de Neuquén son pioneras, cumpliendo con el mandato de la Constitución.
     Luego señaló que el gobernador Fellner fue quien me encargó trabajar en esta temática. Puntualmente, se trata de que existen tierras fiscales que el Estado debe entregar a las comunidades aborígenes de la provincia, que cumplan con los requisitos que exigen el convenio y las normativas administrativas. La tarea que se lleva a cabo tienen que ver con la mensura de las tierras en cuestión, para luego confeccionar el plano final que es de la comunidad.
     En cuanto a los requisitos en cuestión para acceder a las tierras, explicó que actualmente se está trabajando con más de 100 comunidades que están en el Registro de la provincia, tienen personería jurídica, etc.; es decir, se trata de más del 80% de las comunidades. Las que no están inscriptas en ese registro se debe a problemas de propiedad privada, lo que se llama una isla, que en muchos casos se trata de propiedades con títulos legales que hay que respetar.
     Específicamente -aclaró- la tarea de la SDH, desde junio, es coordinar las acciones entre el Programa de Adjudicación de Tierras para Aborígenes  y el Instituto Provincial de Colonización, ya que cada uno aborda esta problemática de manera distinta. El objetivo es que se aceleren los trámites burocráticos para llegar más rápido a la entrega de los títulos. En el caso del Programa de Tierras, trabaja sobre la entrega de tierras comunitarias a comunidades que lo soliciten y en el segundo, la labor tiene que ver con la mensura y planos de los predios en cuestión. Asimismo, se coordinan acciones con el Registro Inmobiliario. Además, el gobierno debe ser muy respetuoso de las decisiones que tomen los aborígenes ya que hay quienes se constituyen como comunidad para la entrega de tierras comunitarias y quienes, perteneciendo a una comunidad, las solicitan de manera individual.
     Como es de dominio público se han entregado 300.000 hectáreas a tres comunidades de Susques y ahora -dijo- es necesario colaborar en cuanto a los proyectos de cada comunidad para realizar emprendimientos productivos. Para eso está el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas  y nosotros, coordinando las acciones con las comunidades. Se trata, además, de un acercamiento a las comunidades, un trabajo en conjunto, para que lleguen a las instituciones que deben para presentar sus proyectos. Hay una cuestión administrativa también para lograr allanar el camino y asesorar, esto incluye la resolución de conflictos, la mediación, entre comunidades o entre individuos de una misma comunidad, el tema de los censos y otro tipo de problemáticas.
     Acerca de el avance del trabajo con otras comunidades, la secretaria explicó que ya
ya hay doce comunidades con la mensura correspondiente, lo que significa que más del 50% del trabajo está hecho. Queda -dijo-  el tema “burocrático”, es decir, que coincida  la opinión del Registro Inmobiliario y la de los técnicos del programa. Luego hay que tener en cuenta los informes de organismos de Recursos Naturales y Medio Ambiente y de Minería, entre otros, que son necesarios porque cuando se entrega las tierras en comunidad tiene que ser dentro de las normativas, para respetar el Derecho Minero, las normas del Código Civil, etc..
En cuanto a la existencia de reclamos de tierras legalmente vendidas, manifestó que esta situación no se ha dado en Jujuy. Y a la vez destacó que la situación de reclamo de los mapuches en Chubut sobre tierras de Benetton sirve como precedente para fallos posteriores. En este sentido, también en Jujuy hay fallos interesantes como los de prescripción adquisitiva en beneficio de comunidades aborígenes. Es importante tener en cuenta que estamos frente a un nuevo derecho que está por legislar aún: el Derecho Indígena, contemplado en la Constitución Nacional y en el Convenio Nº169. Se trata de un momento clave, como sucedió alguna vez con el Derecho Administrativo, como rama del Derecho. Los fallos del norte y los del sur ayudan y coadyuvan para que los juristas y los doctrinarios se aboquen al trabajo de estudio y asesoramiento a los legisladores, de modo tal que se puedan hacer las leyes necesarias para regular en esta materia.

     Respecto a la incumbencia en cuanto a la problemática del suicidio, Eisenberg explicó que compete a este organismo porque el derecho a la vida es uno de los fundamentales. Por esto, desde hace tres meses trabajamos en el análisis de la prevención de suicidios. A partir del trabajo realizado hasta aquí se ha llegado a la conclusión de que es necesario establecer una Red Provincial de Prevención y Asistencia al Suicida, conjuntando a todos los organismos gubernamentales que se relacionan por sus tareas con distintos grupos etarios: niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos. La Red va a permitir un trabajo en conjunto que promueva la atención de un mismo caso de violencia, por ejemplo, desde los distintos organismos, como Deportes, Educación, Salud Pública, etc. A partir de este trabajo se debe precisar por qué se dan focos en determinados lugares y en determinados años. La autoagresión en este grado se produce por múltiples causas, abuso sexual, alcoholismo, drogadicción. Sabemos que no se puede terminar con esta problemática pero sí se puede hacer prevención y disminuir la cantidad de casos. También es cierto que Jujuy está por debajo de la media nacional, pero llama la atención el crecimiento en el número de casos.
     Es importante destacar que los casos policiales (con denuncia) de abuso, violencia, etc., que terminan en suicidio son importantes en número. De allí la relevancia del trabajo coordinado entre los distintos organismos para la prevención.
     Por otra parte, consideró que los ciudadanos tienen cierta resistencia a la hora de denunciar situaciones de violación a los derechos humanos. Se trata de una reticencia a denunciar hechos de este tipo en las fuerzas de seguridad, que son algunos de los organismos que las reciben. La desconfianza hacia la policía en nuestro país es un hecho tangible y por esto, desde aquí también se está comenzando a trabajar en distintas comunidades para acercar a policías y vecinos. De todas maneras, es una tendencia mundial. Está claro que en Argentina hay una causalidad concreta.

     Otro tema que compete a esta secretaría es el cumplimiento de los derechos de las mujeres. Al respecto, Eisenberg aclara he sido una militante por la Igualdad de Oportunidades y continúo abocada a esta problemática. He colaborado como abogada con la Fundación Sujeto y Predicado, con Salma Haidar. Considero que hay desigualdades y para contrarrestarlas lo primordial es la educación. Es decir, creo que la educación tiene que empezar por nosotras, las mujeres, en este tema porque estamos frente a una cuestión cultural; hemos sido criadas (y me incluyo), educadas en una sociedad en la que el hombre es el que manda. Aunque esto ya no sea tan así, porque se ha equiparado mucho en los últimos tiempos. Incluso  en la actualidad, laboralmente, está la necesidad de que hombres y mujeres aporten a la economía doméstica, trabajen coordinadamente. Las leyes, por otra parte, son iguales para todos. Sin embargo, culturalmente aparecen otras cosas como los signos de propiedad por ejemplo, lo que sucede con los apellidos: el uso del apellido de casada, “fulana de tal”, marca una idea de propiedad.
Cuando existe una desigualdad laboral se da porque las mujeres desconocemos nuestros derechos y permitimos que esto ocurra, o por necesidad. Es ahí donde las organizaciones no gubernamentales y las gubernamentales tenemos que estar porque cuando se detectan situaciones de este tipo se deben cumplir las leyes. También es real que los avasallamientos de los derechos ocurren también con otros grupos, por ejemplo con los jóvenes que acceden por primera vez a un trabajo.
     Respecto de si se puede definir la situación de las mujeres trabajadoras, respecto a la de los hombres, como más precaria, aclara más que precarias las tareas que realizan las mujeres son más “pesadas”, en el sentido de que la mujer ser ve obligada a cumplir roles diversos y muchas veces las circunstancias la obligan a asumir diversas tareas o a cambiar en forma constante de tareas. Esta es una cuestión que debe verse desde la perspectiva de género.
     Más adelante, consideró fundamental que mujeres y hombres aprendamos a trabajar a la par. A veces se usa un feminismo exagerado, que propugna la superioridad femenina y no creo que esto sea bueno tampoco. Además, para la sociedad es importante aceptar las diferencias que tenemos unos y otros. Si comparamos la situación de las mujeres de Jujuy con las de las mujeres de Somalía o de los países árabes, la diferencia es mucha. En esos lugares la cosificación de la mujer es espeluznante.
     Finalmente, en cuanto a la participación de las mujeres en puestos políticos de importancia, manifestó  Creo que se puede hablar de una apertura. Se nota a nivel provincial y nacional. Personalmente, nobleza obliga, me siento como una de las privilegiadas en esta temática. Agradezco que me valoren. Pero debo decir que también hay otras mujeres muy capaces y ojalá que la apertura en este sentido sea cada vez mayor. Es un aprendizaje que tenemos que hacer entre todos, sin olvidar que las mujeres somos más del cincuenta por ciento del padrón electoral.