Laura Barberis
âErigà un monumento más
duradero que el bronceâ
                        Horacio
Pero no sólo de carne. También tenemos sangre en las venas, por lo menos algunos, porque otros tienen la tan mencionada horchata y hay a los que les corre un lÃquido metálico que se va metiendo en el sistema circulatorio, sustituyendo al plasma a partir de la acumulación ¿de colesterol?, no, de riquezas, y es como un licuado de distintas monedas, preferentemente euros, dólares y libras y también gemas, joyas y lingotes, sin olvidar tarjetas doradas y todo tipo de instancias VIP, y las muchas otras formas que fue adquiriendo el mal en la posmodernidad; nada más rápido que el mal para adecuarse a los tiempos; a veces pienso que, en realidad, el mal inventa las épocas, una detrás de otra ¿sino cómo se puede explicar el horror general del mundo y los horrores menores en todas partes?.
De carne somos, pero también de pelos y secreciones y de huesos, los duros de roer y de romper, y los de la calavera que llevamos adentro y que, con seguridad -la única seguridad-, un dÃa va a estar al descubierto, convirtiéndose en una más de tantas, hasta llegar al polvo al que dicen que tenemos que volver. Me doy cuenta que sobre esta nota está cayendo un manto harto necrofÃlico, pero es que de carne somos.
Y porque estamos hechos de esta materia putrescible es que el poder, pero todo el poder, suele ser la gran ambición gran (pero grande no de grandeza sino de monumental codicia) de la especie en algunos pocos, siendo los muchos las vÃctimas de los que, al descreer de la eternidad del alma y concientes o no, pero sà aterrados de que la carne será gusano, resuelven sus vidas sojuzgando a los demás. Y no se dan cuenta, que una sola oda, como la del buen, premonitor y certero Horacio, tiene ya una eternidad de más de dos milenios, mientras todas las fortunas por la que tanta gente sufrió y murió a lo largo del mismo perÃodo, sólo son cenizas, y nadie se acuerda o da valor a sus dueños que también volvieron al polvo, igual que cualquier pordiosero. Parece una pavada lineal, pero no me diga que no deja de ser una explicación de âla cosaâ.
En verdad yo querÃa escribir sobre mi vieja y recurrente obsesión ¿porqué los medios en Jujuy no informan? ¿porqué no comunican? ¿por qué no hablan de la realidad? ¿por qué se refugian en frases hechas, en tÃtulos vacÃos, en orillar cuidadosamente lo importante y siempre quedarse con la banalidad? Hay como una transa tácita: âno molestamos a nadie, pero ya que estamos, tampoco informamosâ. Pero bueno, esta nota se fue para cualquier lado, y desde ese lugar le digo que mirando un poco para el pasado, pero el reciente, sólo dos o tres meses para atrás, y suponiendo, especulando e imaginando cosas hasta fin de año, solamente hasta las Fiestas, como si metiéramos entre paréntesis al tiempo y a la gente, se puede intentar un análisis desde una perspectiva inusual. Ahà vamos.
LOS CAMBIOS
No se lo comenta casi, menos en los medios por supuesto, pero en los últimos meses empezó a avanzar una forma significativa de tranquilidad (nada que digamos ¡qué bárbaro, esto es el paraÃso!, pero va queriendo), se nota; por lo menos las variantes más violentas de las protestas se fueron amortiguando; las concentraciones duran menos tiempo; las movilizaciones y los cortes de ruta ralearon un poco y son más cortos; el ritmo protesta-funcionario-diálogo se agilizó, me parece. Ahora bien ¿esto sucede porque la crÃtica fue mucha y muy fuerte? ¿por el repudio de grandes mayorÃas? ¿por las movidas nacionales? ¿por la falta de convocatoria y adhesión real? ¿por qué muchos coincidimos en criticar la funcionalidad de esa dirigencia a lo peor del sistema? ¿porqué es muy obvio que la crisis de la dirigencia de la protesta social y la de la polÃtica son demasiado parecidas? ¿porqué se pagan los sueldos estatales en término? ¿por qué la gente cree que el gobierno, lo que puede, lo hace? ¿por qué Vladimir Ilich se revuelve en su tumba moscovita, enterado del Milagro de los euros que hoy puede acumular una seguidora, lejana en el tiempo, pero mucho más en la formación polÃtica? ¿porqué la obra pública y algunos programas están generando trabajo en serio, bastante prometedor? (que prometerÃa mucho más, dicho sea de paso, si en algunas áreas los funcionarios tuvieran la suerte de tener un poco, sólo un poco, de cerebro, o de eficiencia, o de libertad de espÃritu); pero en fin, la gente se da cuenta que estamos en una etapa en la que, como decÃa antes, lo que el estado puede, lo hace; que no es poco, con la historia que traemos. Porque en ese puede entran tantas situaciones diferentes, que van desde los hechos indiscutibles como que la estructura estatal se ordenó un poco en algunas áreas claves, que la provincia tiene muchos más recursos y los direcciona con criterio a futuro, hasta que los cargos se ocupan a veces porque no hay otro y a veces porque es mejor malo conocido y a veces porque por lo menos no coimea.
Pero el Jujuy de estos dÃas está doblando una esquina; hubo un punto de inflexión a partir de situaciones nuevas, algunas concretas, como las cooperativas, la mutitrocha, escuelas, etc., otras inminentes, como Jama y las demás cuestiones viales; las que están en desarrollo, como el turismo y muchas más. La lista es larga. Es como que la provincia está cerrando temas iniciados hace décadas ¡están a la venta los departamentos del Monoblok R!, la Escuela Belgraniana, el agua en San Pedro, hablando de las recalcitrantes falencias del Estado. Entonces, es para creer, que todo eso va produciendo el aguante de la gente.
Aunque hablando de polÃtica estrictamente, hay quienes opinan en los estamentos ideológicos del PJ (estamentos que no tienen oficinas donde buscarlos, pero cualquier ámbito es bueno para el debate polÃtico), que este gobierno no es suficientemente peronista; cuando pregunto porqué dicen: âpor el lenguajeâ, âpor la extracción de muchos funcionarios y legisladoresâ, âporque de verdad no les interesan los pobresâ, ¿tienen razón?, es lo que creo que se verá en los próximos meses, porque se advierten señales de cambios profundos en la sociedad jujeña; señales tenues pero perceptibles; por lo que creo que en las próximas elecciones, precisamente porque no se juegan los cargos ejecutivos máximos, me parece que las cosas no van a ser lo mismo, ya que, tal como empieza a decrecer en sus aspectos más inútilmente violentos la protesta, los aparatos partidarios van a tener que decrecer en la forma de manejar su poderÃo ¡hasta para mantenerlo!. El que se vayan todos se fue convirtiendo en un animal social más sutil, que lentamente va creciendo en coherencia y en esa lucha dispersa, que tiene soldados en todas las clases sociales y aún elementos en los propios gobiernos provinciales y nacional, en los sindicatos, en los partidos, en el periodismo y, sobre todo, en el común de la gente. Se me ocurre que aquà empieza una pequeña esperanza de transformación de la polÃtica para los argentinos y los jujeños.
También creo que el aparato radical, a pesar de toda la carga de fracasos que porta el partido, puede tener respuestas más dinámicas en el futuro inmediato, o sea hasta fin de año, consolidando el rol opositor, precisamente porque está en la oposición, que siempre es más cómoda. Y en la UCR jujeña, la flexibilización de las estructuras se va a dar con mayor facilidad porque el funcionamiento, aunque me lo nieguen todos los dÃas, es absolutamente verticalista, y aunque parezca paradojal, un alineamiento rÃgido permite operar más rápido a la hora de mostrar imagen y armar una estrategia para congraciarse con el electorado. Por otra parte, tanto aquà como a nivel nacional da la impresión que Carrió y López Murphy llegaron a su techo y vaya a saber si lo podrán mantener, salvo en la Ciudad Autónoma; por lo que el gran espacio opositor restante, lógÃcamente lo ocupará el radicalismo, porque, por ahora no se avizora otra posibilidad. En el próximo número, después de la visita de Adolfo Stubrin a la provincia, le voy a contar si la Convención me convenció.
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