Federico Elinger

      En esta entrevista, Federico Elinger (32) de la empresa Pocketsol, programador universitario, integrante de la Cámara de Jóvenes Empresarios de Jujuy, habla de un aspecto de lo que pasa en Jujuy que no siempre vemos, lo que se hace por esfuerzo propio, la búsqueda de crecimiento y superación.

-¿Cómo comenzaste a participar en la Cámara de Jóvenes Empresarios?
-Me interesó porque está conformada por personas emprendedoras y jóvenes profesionales, como abogados, médicos empresarios o gente que tenga ideas para llevar adelante su emprendimiento. En el caso de los emprendedores son empresas y en el caso de los profesionales independientes, en realidad son autoempleados. La Cámara lo que hace es lograr la comunicación, la asociatividad para poder generar proyectos en conjunto en apoyo con el gobierno y crear posibilidades de negocios nacionales o internacionales.

-Fuiste distinguido, junto a otro jujeño, por haber llegado a la instancia final del premio “Joven Empresario Argentino 2009” por la Federación Argentina de Jóvenes Empresarios, luego de haber sido elegido como ganador en Jujuy. ¿Hay características comunes a los empresarios jóvenes del país?
-Sí, por Jujuy salimos con Ramón Burgos, que hace asesoramiento inmobiliario, que –entre otras cosas- desarrollo software para celulares. En Buenos Aires nos alojábamos todos en un solo hotel y comenzamos a tener las reuniones para explicar lo nuestro mediante charlas; nos empezamos a conocer un poco. Te diría que algunos realmente iban con ideas descabelladas, cosas súper extrañas y, sin embargo, todos en lo mismo, con las mismas posibilidades de crecimiento; había desde proyectos de creación de placas con bambú; gente que se dedicaba exclusivamente a la construcción de quinchos que exportan a Inglaterra y les iba muy bien), y cosas así. Descubrí que todos tienen lo mismo en común el hecho de trabajar el día entero, a pesar de los tropiezos y complicaciones que hay en el día a día y seguir luchando; y se nota claramente que  poco a poco se va creciendo. La verdad es que fue muy gratificante darme cuenta de que la empresa que tengo acá y que imaginé en Jujuy esta también en otros lados con las mismas posibilidades de crecimiento.

-¿Qué se buscaba específicamente en esta distinción? ¿Qué proyectos tuyos se evaluaron?
-Primero se hizo una elección a nivel provincial y se anotaron los que quería participar. De ahí se evaluó entre otras cosas la relevancia de la idea, el futuro del proyecto, si empleás gente, en qué tiempo lo lograste. Se evaluó en general la empresa Pocketsol, también qué calidad de clientes tenía; y cosas muy particulares como si estaba empleando mujeres y cuántas; el nivel de importancia de lo que vos le das a la sociedad. Por ejemplo, tengo mi emprendimiento pero decidí hacer una aplicación para discapacitados, que estamos mejorando (aunque hasta ahora no pude ubicarla), con esa aplicación una persona no vidente puede fotografiar cualquier objeto y le dice qué color tiene. Puede servirle para percibir los colores de los semáforos, etc.

-Además tu empresa inventa juegos para celulares
-Sí, comenzó como una especie de laboratorio porque yo sólo tenía las ideas. Primero empecé solo y ahí fui armando, probando, sacando cosas que no existían en el mercado y fui experimentando. Después, con el tiempo, me di cuenta de que en otros lugares del mundo hacían lo mismo y se encontraban en la misma etapa que yo, así que comencé a ofrecer el producto y hubo buena aceptación de las empresas.

-¿La venta la hacían únicamente por Internet?
-Todo se hacía acá y me di cuenta de que necesitaba mano de obra porque yo estaba todo el día en la calle vendiendo, así que decidí incorporar a dos chicas, dos programadoras que no conseguían trabajo porque no tenían experiencia -que es lo que todos exigían-  y me di cuenta de que aunque les faltaba experiencia tenían perspicacia y ganas de aprender. Se capacitaron conmigo y hoy forman parte del proyecto. También se incorporó un estudiante a punto de recibirse y un diseñador gráfico. Así decidí formar una empresa con diferentes frentes de negocio porque no todo se vende de la misma manera. Por un lado, vendemos aplicaciones de celulares para distribuidoras de bebidas, mercadería, etc. Ellos van a la calle, levantan la venta, la anotan en un teléfono y llegan a la empresa y bajan toda la información. Eso evita muchos papeleos, tiempo en bajar información. Ese tipo de trabajos están en nuestro centro de interés como empresa. Además, a Agua de los Andes le vendimos una aplicación de lectura para medidores domiciliarios. Por otro lado, también hacemos aplicaciones publicitarias, como es el caso de una que hicimos para Playboy, se trata de un juego simple con Luly Salazar.

-¿Cómo llegaste a hacer eso para Playboy?
-Busqué por Internet empresas, ofrecí lo que hacía y una empresa confió y desarrollamos lo que ellos querían. Eso fue muchos meses de trabajo pero resultó bien.

-¿Qué pasa con los juegos?
-Se están vendiendo muy bien en el mundo, lo que pasa que requieren un nivel técnico muy alto, y, si bien hicimos un par, hay que capacitarse poder desarrollarlos y requieren de mucho más tiempo. Se necesita alto nivel técnico, conocimiento de algoritmos, etc., un programador, un sonidista que se encargue de la música, un dibujante que te arme los conceptos de juego, un experto en dibujo digital que haga los bocetos y tan comprimidos para que entren en la pantalla del teléfono y que se vean bien. Por último, quien coordine todo esto. Es decir, un equipo con mucha más gente de la que tenemos, pero igual estamos haciendo videojuegos y tenemos contacto con varias empresas que desarrollan en Santa Fe, con una empresa de India y la monstruosa Globant, la empresa más grande de Latinoamérica. Nos contratan para hacer un videojuego, lo desarrollamos, se lo damos sin marca y ellos colocan la suya, luego, lo ponen en el mercado. Sin embargo, poco a poco se puede ir creciendo. Quizás a algunos clientes les cobrás menos pero te dejan poner tu marca  y así de a poco a poco te hacés conocido, hasta que llegás a un momento que transás con las marcas directamente. Internet te da la posibilidad de vender directamente los juegos a las diferentes marcas.

-Desde tu óptica empresarial ¿cómo ves el desarrollo de las pequeñas empresas?
-En mi rubro el acceso que te da internet te permite llegar a competir con las grandes empresas. ¿Cómo se logra esto? Es muy simple, las empresas grandes tienen mucho personal, mientras que yo no.  Como no podría competirles directamente, entonces formo un grupo VIP con muy pocos programadores y diseñadores pero sé que son los mejores y  con esta fórmula puedo sacar un producto tan bueno y tan creativo que podría llegar a incomodar a una empresa gigante. Entonces, esa empresa grande, o te ignora pensando que no llegás más allá, o bien, para que no seas competencia, te compra tu producto. Eso es lo que pasa globalmente. Pero te quiero decir que las PyMES ahora con acceso a la informática y un nivel técnico muy alto pueden competir. Y ese es nuestro objetivo, por eso motivo muchísimo a los chicos que están conmigo, mis colaboradores; no me gusta decirles empleados.

-¿Cómo se trabaja en Pocketsol?
-No tenemos jefes porque somos un equipo. Yo soy una voz más en la cadena que significa toda la empresa; ahora también hago programación y los ayudo, los coordino y hago las ventas, trabajo con los contactos; ellos  están dedicados a la programación en exclusivo. Y cuando surge una idea la desarrollamos entre todos, buscamos que sea algo vendible. Por eso leemos mucho, investigamos. Por ahí como joven empresario no tengo el dinero para pagar a un equipo de marketing o a un experto en ventas o en relaciones públicas, así que voy aprendiendo constantemente y a entender cómo se mueven las empresas grandes. Una cosa a tener en cuenta es no compararte  con otra empresa igual a la tuya o de más bajo nivel, siempre mirar para arriba, a las más grandes  y competir contra ellas, esto te hace mejorar tu nivel técnico.

-¿Como es la relación de la Cámara de Empresarios con organismos del estado como el Consejo de la Microempresa?