Román Rioja es artista plástico, se formó en conservación con la Fundación Antorchas y es conservador de la coordinación de Patrimonio y Muesos de la SecretarÃa de Turismo y Cultura. Está trabajando en la restauración de la escultura âLa justiciaâ, de Lola Mora (emplazada en el frente de la Casa de Gobierno de Jujuy), que sufriera daños en una reciente movilización, y que forma parte de una lista de daños que las esculturas de la artista vienen padeciendo desde hace mucho tiempo. Â
-¿Cómo es el proceso que tenés que hacer con âLa justiciaâ?
-El proceso se divide en tres partes. Primero hay que hacer un diagnóstico y evaluación, en ese mismo paso va la propuesta de intervención, donde vos das una o más alternativas viables; la segunda parte es la intervención misma; y la final, la entrega del trabajo con un informe en forma detallada de las cosas que por ahà no evaluaste al principio. Después, por lo general, como la obra es como un paciente tenés que hacerle el seguimiento. Es otra cosa importante que también necesita esa constancia.
-En el caso del basamento, que forma parte de la obra y que es donde está el daño, ¿cómo se trabaja?
-Se hace un testeado, que es una evaluación de cómo reacciona la piedra dentro del daño. No hay una receta para todo y en la conservación o la restauración hay que moverse con mucha cautela: se va de menos a más. Es decir, nunca vas a intervenir con el solvente más fuerte, vas del menos agresivo, haciendo pruebas y testeos para ver cómo reacciona la piedra. También tiene que ver con las posibilidades técnicas, porque si tuviera un scanner, serÃa diferente. Es un trabajo mecánico, manual, aburrido pero necesario para asegurarte que podés sacar ese graffiti y no arruinar la obra. Es un trabajo lento. El daño se hace en dos segundos después te cuesta un montón retirarlo. Y si lo vas a hacer bien, no se trata de dar una lijada y nada más.
-¿Cuanto tiempo te toman estas pruebas?
-Nos puede llevar más de una semana para determinar el solvente, más el tiempo de reposo, ver las manchas y después tenés que pensar que hay sectores más rebeldes porque la piel del granito tiene distintas calidades, distinta composición molecular: en algunas partes vas a tener el grafito con más cohesión que en otras. Entonces, es más complicado y hay que insistir un poco más, ver qué alternativa tenés. Y, además, hay que ir definiendo qué grado de limpieza vas a hacer, porque la piedra ya tiene un desgaste. Por otro lado, hay empresas que usan la arenadora o la hidrolavadora para retirar el moho, la pintura vieja, pero cuando sacás eso también sacás una capa de la piedra. En ese caso, si sólo limpiaras una letra, quedan abrasiones y una mancha blanca. Por otro lado, hay que tener en cuenta el grado de limpieza que se va a hacer, es decir, hasta dónde vas a llegar con ese graffiti, quizás si retirás un poco y queda una leve sombra, que no molesta al conjunto, es preferible dejarla. Todo eso se va evaluando con los dÃas, teniendo en cuenta cómo va reaccionando el solvente. Además, la piedra puede estar más seca o más húmeda o puede empezar a tirar sal. En el caso de las obras de Lola Mora, hay una, puntualmente sobre calle Gorriti que tenia una protección, estaba con un color verdoso y no entendÃamos qué pasaba. Empezamos a buscar en los archivos, que es otro trabajo del conservador: hacer la ficha del âpacienteâ para que otro profesional al trabajar tenga referencias de qué le hizo o que no hay que hacerle. Siempre es más complicado cuando no tenés ningún dato. Y en este caso puntual tenia una protección, una lámina de barniz, lo malo que tiene es que la piedra está viva, reacciona al calor, al frÃo o la humedad y como esta escultura es de mármol se producÃa un sedimento de salitre.
-Lo paradójico es ver las pintadas en âLa Justiciaâ referidas a la contaminación.
-Es irónico y da un mensaje muy extraño, porque justamente tenés que entender qué concepto de contaminación tienen; para alguien que aprecie el arte también es contaminar visualmente la obra. Se ve que para el que lo hizo no significa nada. A veces lo que es valioso para no unos no lo es para otros. No por eso justifico el daño, que ya está hecho y ahora hay que repararlo. También hace falta una ley marco.
-¿Trabajaste también en la obra que hay en la avenida Urquiza y en la de la Plaza Hipólito Yrigoyen, âLos Leonesâ?
-SÃ, en ambas era graffiti, pero nunca es el mismo tipo de pintura. La calidad del grafitti varÃa mucho, además tenés que ver el tiempo que estuvo impregnada la pintura en la piedra y la calidad de piedra. No es lo mismo el mármol que el granito, es otra textura que ayuda o no que se pueda remover algún daño. Asà que varia por eso es tan complicado después trabajar con este tipo de cosas.
-¿Cómo empezaste a trabajar en esto?
-En restauración, con una beca de la Fundación Antorchas, en tres capillas de la Puna.. Mi formación es en bellas artes acá en Jujuy. Antorchas hizo una selección de gente en Jujuy y quedamos tres y hoy soy el único que sigue trabajando, más por voluntad y una inquietud personal. Para trabajar en restauración hay varias formas: venir del laboratorio (de la parte quÃmica) que es más puntualmente análisis, porque ves muestras, reactivos solventes. Después, la formación que tiene más que ver con la habilidad manual. Ves la parte quÃmica, con eso complementás, pero como actúas directamente sobre la obra, tu disciplina madre tiene que ser algo manual, por ejemplo la plástica. En ese caso, te separás de la obra porque lo que pasa es que la restauración es anónima, hay que ser tan respetuoso de la obra que no se puede modificar ni una lÃnea. Hoy, la restauración está más cerca de un laboratorio que de un taller, desde la quÃmica hasta la fÃsica porque en el caso de la escultura no sólo valorás el daño que tiene sino que lo que se evalúa (después o mientras trabajás) es, por ejemplo, el emplazamiento de la escultura: si era o no era el adecuado; si tenÃa las cargas mal repartidas; si tenÃa muchos problemas estructurales.
-¿Está muy deteriorado en general el patrimonio de la provincia?
-En general es complicado de evaluar, es muy amplio. Si te vas a la Quebrada, tenés una cantidad y calidad de bienes patrimoniales bastante amplia. Los que mà me tocan en general están en un estado bueno. No tenemos, por ejempla, la realidad de los sitios arqueológicos que es mucho más amplia y más complejo de monitorear y conservar con muchos más inconvenientes. En ese sentido, dentro de un museo, de las capillas, es más fácil. Los objetos están cuidados, no sé si de la mejor manera por falta de capacitación. Hay que capacitar, y ya se capacitó a gente que estaba en las iglesias, en los museos, lo complejo es que no es gente que está para eso, también pasa que se retiraron y no se hace la transmisión de las pautas para manipular estas obras. El trabajo de agentes transmisores tiene que ser constante.Â
-¿Como es el proceso? ¿Hay mucha burocracia?
-E este momento sÃ, ante la necesidad o el pedido de algún particular o institución la Coordinación de Patrimonio evalúa qué posibilidades hay. Por ejemplo, hay un caso puntual en Humahuaca, estoy haciendo dos informes por dos bajo relieves que ellos quieren poner en valor. Además de buscar al conservador de la Coordinación, pueden llamar a un historiador, un especialista en arte, para documentar fotográficamente todo. Se va haciendo un trabajo en conjunto para cumplir todos los requerimientos que tengan las instituciones. Antes habÃa empezado de otra manera, con proyectos puntuales en los museos, por ejemplo, en ese momento habÃa documentos exhibiéndose en caballete, con marco con vidrio, con cartones atrás y son todos agentes que iban en detrimento de la conservación, más el riesgo de que se lo roben por el tamaño, que era reducido.
-¿Cuanta gente trabaja en este taller?
-Estoy yo solo. No sé si está bien que lo diga, porque es tirarse tierra uno mismo, pero la Secretaria o la realidad en general de todas las instituciones que trabajan en cultura es que no tienen una estructura de profesionales. Hace como cuatro años la Nación estaba comprando un programa a Chile de digitalización, para armar un inventario digital, que permite unificar un discurso de catalogación, de cómo se fotografÃan objetos, etc., y, por ejemplo, saber a lo largo del paÃs suponte en caso de robo, cuál es el objeto, difundir fotos, etc. AsÃ, además, se rastrea si se quiere vender a alguien. Pero aquà no se puede implementar porque no están los profesionales como para catalogar. En el caso del Museo Lavalle, además, tenés una variedad muy grande de cosas: desde objetos arqueológicos a textiles, distintas calidades de bienes y para hacer catalogación tiene que haber un especialista. La verdad es que esto se da en todo el paÃs. Es un déficit, no sólo en los museos sino en toda la administración publica, hoy no hay infraestructura ni los recursos humanos.
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