Ariadna Tabera

Las postas eran lugares para el relevo de caballos en los caminos. La Posta de Hornillos comenzó a funcionar en la casa de José Gregorio Álvarez Prado, en 1772. Se dice que por allí pasaron Castelli, Rondeau, Balcarce, Belgrano, Viamonte, y otros. Fue declarada monumento histórico provincial en 1959 y en 2002, monumento histórico nacional. Armando Cañizares es encargado del Complejo Cultural Posta de Hornillos, en la Quebrada de Humahuaca, hablamos con él acerca de las características particulares de esta posta-museo.

Cañizares.

“El Complejo comenzó a funcionar como museo el 3 de diciembre de 1979. La casa tiene mucha historia porque esto funcionó como posta, o relevo caballar, a partir de 1772 y hasta 1904, que fue cuando comenzó a pasar el ferrocarril y las postas dejaron de funcionar”, comenzó diciendo Armando Cañizares, encargado del Complejo Cultural Posta de Hornillos.
“En 1810, además de posta fue un destacamento militar, a cargo de Manuel Álvarez Prado, uno de los hijos del dueño de la casa, José Gregorio Álvarez Prado. Acá pasaron próceres como Belgrano, Güemes, Rondeau, Vicente López, Mariano Moreno, Viamonte. Mucha gente, porque era paso obligado hacia el Alto Perú, camino real que unía los virreinatos del Río de La Plata y el de El Alto Perú, o sea, Buenos Aires y Lima. Todo viajero pasaba por este lugar para cambiar sus caballos, proveerse de alimentos y descansar”, explica respecto al funcionamiento de la Posta como tal.
Acerca del presente del edificio, que tiene una diversidad de objetos en exposición, Cañizares describe “la casa está habilitada como museo. Consta de 19 habitaciones, de las cuales hay 15 salas en exposición, con cuatro patios. Está dividida en tres secciones. En la primera sección, se muestra cómo funcionaba la posta, la historia. Se muestran puertas originales; la cama donde descansó Belgrano; además el comedor, la cocina, el monterero y el calabozo. La segunda sección muestra la evolución de las armas, desde el paleolítico hasta el siglo pasado. La tercera, elementos que se usaban como medios de transporte en la ruta de postas”.
Además de la construcción del edificio central, se destacan los patios en los que
hay dos árboles muy añosos, un churqui de más de 350 años, y un yatán, de la misma edad, “testigos de la historia de esta casa”, explica el encargado.
Respecto de los visitantes, del flujo turístico y de los puntos de mayor interés, destaca “A los turistas les interesa mucho el lugar, su ubicación, la tranquilidad y el relato que se hace de las postas en general. Esta es una de las pocas postas que está en pie y que funciona como museo en la provincia. Generalmente, viene más gente de otras provincias y extranjeros”.
Se trata de un complejo turístico, y por eso llama la atención que el punto que más se trabaja y que está más cuidado sea la casa en sí, “El proyecto no es que esto funcione sólo como museo, porque el complejo está compuesto por el museo; por un sitio arqueológico cruzando la ruta (una caminata de 25 minutos, que se incluye en el recorrido del museo), muy impresionante, porque se pueden ver restos de las viviendas de los habitantes originarios, el pueblo en sí, el basural, el lugar sagrado. Pero, además, el complejo está constituido por una capilla, un manantial, asadores. Sin embargo, no está funcionando como debería en este momento”.

En cuanto a los recursos con que cuenta el complejo, Cañizares aclara “Los recursos vienen por las entradas que se cobran; se autosustenta, vienen unas 1500 personas por mes en las épocas de mayor turismo. Es un buen ingreso, pero nosotros no lo administramos”. Y agrega algunos detalles más que tiene que ver con las necesidades y la organización “Carecemos de personal, somos cuatro de planta permanente, gente que ya se está por jubilar, y dos chicos que son los guías de sitio arqueológico (que tiene 6 hectáreas), hay que cuidarlo, mantener las sendas peatonales, cuidar y limpiar los patios, las salas, el manantial, los asadores; no alcanzamos a mantenerlo como deberíamos y tampoco puede funcionar bien”.

Capilla	El comedor	Vista de uno de los patios