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La gente y la naturaleza

En esta entrevista, en el Año de la Biodiversidad y con actividades que se iniciaron para todo el país desde Jujuy, Marcelo Fernández, intendente del Parque Nacional Calilegua (cargo al que accedió por concurso del estado nacional), profundiza sobre la importancia del concepto de biodiversidad, qué pasa con los modelos de desarrollo y con los conflictos ambientales en Jujuy.

Marcelo Fernández.


-Conflictos Ambientales en Jujuy, ¿qué pasa en el Parque Nacional Calilegua (PNC) en particular con la explotación de petróleo?

-La selva pedemontana, en el PNC, lo poco que queda de este ecosistema en Yungas, está en peligro. Es el más amenazado de los biomas en Argentina, que tiene muy baja representación en el sistema de áreas protegidas. Es decir, hay muy pocas áreas protegidas de este tipo y esos pozos petroleros están dentro de esa poca selva pedemontana que queda en el país. Además, la zona tiene importancia no sólo por su biodiversidad, ya que es el segundo ecosistema en biodiversidad en el país, además es un lugar estratégico para la conexión con el Chaco Húmedo, con el norte y con el sur. Hoy no tenemos ni un proyecto estratégico de la empresa concesionaria, PLUSPETROL, que nos permita a Parques Nacionales saber cuál es su estrategia de producción para, a partir de ahí, exigirle un estudio de impacto ambiental, que implica respetar la legislación vigente.

-La empresa está extrayendo petróleo.
-De los 36 pozos que existen en el Yacimiento (que data del ’69), la empresa está aprovechando 12. El principal problema es que de los otros 24 están abandonados en la selva, mal sellados por YPF; nadie se hace cargo. La responsabilidad de la empresa concesionaria está no sólo con los pozos que producen sino también con los pasivos ambientales. El principal problema que tiene la actividad petrolera, y más en selva, no es los pozos productivos (que sí implican grados de contaminación) sino los que están abandonados. En el yacimiento hay un pozo, el Caimancito 3 (que está fuera del Parque, a 100 metros), que nosotros registramos que desde el 2001 y suponemos que desde la década del ’90 o tal vez mucho antes, tira agua con residuos tóxicos, de temperatura, y salada, a la cuenta del río Yuto, al la del San Lorenzo. Los pozos que no trabajan son 24 bombas de tiempo en un lugar de máxima conservación.

-¿Por qué se explota petróleo en un área protegida?
-Todo empieza en el ’69, como en todo el NOA, con una estrategia agresiva de YPF, y en ese momento el Parque Nacional no existía, se creó en el ‘79 se creó. Este yacimiento fue muy explotado por YPF, el pozo Nº 8 fue el que más produjo en la Argentina, y hoy está agotado. Con la tecnología que había y con la estrategia de la empresa, sabían que se agotaba el petróleo y por la zona en la que estaba el yacimiento, de alto valor de conservación, lo cerraron. El mundo cambió, la tecnología modificó las posibilidades. En el ‘92 se privatizó YPF y era una buena oportunidad para poner blanco sobre negro y definir la situación. El problema es que hay incompatibilidad legal, ya que la Ley de Parques Nacionales taxativamente prohíbe la actividad minera y petrolera en las áreas protegidas (en casi todo el mundo es así). El estado nacional concesiona para un uso y luego decide hacer otro uso. Nadie le prestó atención a esto ni la sociedad jujeña ni Parques. Al privatizarse YPF, del ‘92 al  2017 hay una empresa que toma la concesión, primero fue una UTE, NECOM Petróleo Sudamericano, capitales argentinos. Con el tiempo fue cambiando la política petrolera y la regulación. En los ’90 privatizaron todo pero también hubo un ajuste del marco regulatorio, aparece todo el tema ambiental.

 “Es muy loco y también es muy difícil demostrar lo que está pasando todos los días en esa zona”.


-¿Y PLUSPETROL?

-Es la que actualmente hace la explotación. Es la segunda empresa en Argentina, es una multinacional chiquita, están trabajando fuera del país también. Tiene uno de los yacimientos de gas más importante de la Argentina, en Ramos (Salta) desde hace 30 años y vienen de una experiencia importante en la amazonía peruana, el yacimiento de Camisea, muy famoso. Ellos se presentaron porque querían comprar el yacimiento, querían que fuera el yacimiento modelo para América Latina. Todo un discurso: “que los parques nacionales, que la conservación y el petróleo, que vamos a cambiar la historia”. La verdad es que desde el 2007 (yo llegué en 2005) empezamos a pensar qué hacer con esto, sabiendo que a nadie le importaba.  Aprovechamos un derrame que hubo, el más grande desde que estamos ahí, y a partir de ahí nos movimos para que el tema se conociera en el país y poderlo abrir en Jujuy, en la justicia.

-La justicia federal. Pero los tiempos son muy lentos.
-Sí, está a cargo del juez Cardozo, pero desde 2007 no ha habido avances. Venimos haciendo denuncias de cada cosa que pasa, pero no pasa nada. La empresa dijo que quería mantener un estándar ambiental alto. Pero nada de eso pasó. Agotamos todas las instancias políticas. Esta es una situación anómala para Parques Nacionales, Calilegua es el único que está en esta situación. En el medio de todo eso apareció la Huella Gaucha con sus denuncias, nos tiró un “exocet” y nos hizo ir a todos los medios. Nos puso en el centro de la cuestión. Ellos cumplieron un rol muy interesante que fue sacar a todo el mundo de la cueva.

-Pero están enfrentados.
-La posición que tienen es contra nosotros por “complicidad”, acusan al estado de permitir lo que pasa. Su posición es que se eche a la petrolera, y nosotros decimos que eso es una barbaridad porque un yacimiento  -y éste en particular- tiene muchos pasivos ambientales, pozos e infraestructura, remediar esos pasivos son millones de dólares. La característica que tienen estos pozos es que surgen de manera natural, no necesitan energía, como en el sur, por lo menos en esta etapa. Es como dejar una casa con un par de hornallas prendidas e irte. El estado debe hacer algo, cosa improbable por la misma situación tanto del estado nacional como del provincial. Nuestra posición es que no queremos discutir petróleo sí o petróleo no. Está claro que esta explotación es ilegal, lo tiene que dirimir la justicia. Nosotros nos propusimos, y nos proponemos, “respetar” el periodo del contrato hasta el 2017, pero de acá al 2017, mientras gana la plata, la empresa tiene que tener un estándar de aprovechamiento “amigable” con el medioambiente, lo menos impactante posible y hacerse cargo del pasivo ambiental. Ese es nuestro eje político, es la única forma. Porque si van dejan los pozos como están. En el NOA existen cientos de pozos abandonados en la selva de los que nadie se ocupa, porque son millones de dólares los que se necesitan para remediarlos. Si no se hace cargo el operador de turno, es responsabilidad de YPF Residual, que es una entelequia que quedó de la época del menemismo, con lo cual De Vido debería hacerse cargo de esto. Descubrimos que nos metimos en un mundo donde no había que meterse, porque si ganamos la batalla, generamos la jurisprudencia contra todas las petroleras, y el estado nacional respecto a eso. Y como marco, además, hay una ley en Argentina sobre residuos peligrosos e industriales y las petroleras tienen pleitos y una batalla contra el gobierno nacional y las provincias porque dicen que el petróleo no genera residuos peligrosos. Frente a eso nosotros peleamos y finalmente resulta que PLUSPETROL es la primera empresa en Argentina en Caimancito (Jujuy) que se tuvo que anotar como generadora de residuos peligrosos; éste es un tema de fondo.

-¿Hay antecedentes de explotaciones petroleras en parques nacionales, zonas protegidas?
-Sí y con conflictos. De hecho hay un conflicto en Ecuador que ahora fue dirimido por el presidente Correa, y echó a la petrolera de la zona. Además, en Camisea hubo muertos hace poco.

-Hay un conflicto de jurisdicciones provincial y nacional.
-Ese tema fue muy problemático, de hecho la dirección de Minería y la empresa postulaban que era jurisdicción provincial. Para nosotros el tema no es así, esperamos que la justicia dictamine y se dirima la cuestión. La provincia sostiene que el petróleo es jurisdicción propia, por una ley del 2006, pero el dominio y la jurisdicción ambiental es de Parques Nacionales.

-¿Tienen apoyo político?
-Los radicales se acercaron al problema. Cuánto grado de convencimiento y cuánto de oportunismo, hay que ver. Pero la verdad es que nadie exige lo que tiene que exigir; nadie se pelea con nadie. De hecho, el expediente con la denuncia y el pedido del fiscal para que se cite a declarar a Sánchez, director de Minería, duerme en el juzgado federal de Cardozo desde diciembre pasado. Los que reciben toda la información, son el ministerio de la Producción, el gobernador, la dirección de Minería, y después, Parques Nacionales, secretaría de Energía de la Nación e YPF Residual. El problema está lejos de la capital de la provincia y de la nación.

-Pasivos ambientales, ¿qué pasa con el líquido contaminante que se está volcando en la cuenca de Alto Bermejo y cómo impacta en la vida de la flora y la fauna?
-No tenemos buen monitoreo y de hecho nuestro conflicto con la empresa es ése: vivimos haciendo actas de infracción, denuncias y ruido en los medios. La primera semana de mayo Parques Nacionales intimó a la empresa a presentar proyectos estudios de impacto que nos permitan contestar esta pregunta. Nosotros acá hicimos todo lo que podíamos y debíamos hacer. A veces pienso que la única posibilidad de que a esto realmente se le dé la importancia que tiene es que sea agenda política de Milagro Sala.

Flujo genético: tema de fondo
-¿Cómo ves el Plan de Ordenamiento Territorial de la provincia?
-Fuimos invitados a opinar, en el marco de la Ley de Bosques, sobre el decreto y futura ley de Ordenamiento Territorial de Bosque Nativo. Parques formalmente va a opinar que no está de acuerdo con la propuesta de la provincia. Tenemos nuestros argumentos fundamentados técnicamente. Es una barbaridad. Se tomó el decreto del año pasado de Walter Díaz Benetti (ex secretario de Medioambiente y actual ministro de Producción), a partir de ahí se nos invitó a discutir. Y en el medio, mientras discutimos, se siguen autorizando desmontes. La realidad es que queda muy poco de Chaco. Este POT lo que hace es blanquear el desmonte. Y nosotros le vamos a dar batalla, además va a haber gente de la universidad que se va a sumar en la discusión, Nando Acosta de ATE, entre otros. Haciendo memoria, en el caso de Sauzalito, cuando la empresa Ledesma iba a desmontar la zona, Parques Nacionales opinó en contra institucionalmente, porque hasta el presidente de Parques firmó la propuesta y bancó, y eso también tuvo que ver con que se iba a hacer una audiencia pública en El Talar, se habían anotado Milagro Sala y Nando Acosta y más unos aspectos legales mínimos que se plantearon desde ATE, la cosa se paró.

-Son varias las amenazas entonces para la protección: el impacto que pueda tener el POT, los incendios fuertes que se vienen registrando más la explotación petrolera.
-Respecto al impacto ambiental, el Yacimiento Caimancito y el fuego son dos amenazas importantes. Se dan en un lugar de máxima prioridad en Argentina de conservación. Una hectárea de selva pedemontana en Calilegua es cien veces más importante en conservación que una hectárea en Nahuel Huapi (Río Negro), porque Calilegua es el segundo Parque en biodiversidad en Argentina. Y está absolutamente amenazada su capacidad funcional de conservación por el desmonte y toda la historia de los últimos 100 años de desarrollo. Además, la zona del yacimiento conecta el norte hacia la zona de Baritú y Tarija, al sur de las Yungas y a lo poco queda de conectividad entre el Chaco Seco y Yungas. En Salta se están llevando todo puesto y la realidad es que en Jujuy también. La estrategia que pone sobre la mesa el secretario de Gestión Ambiental de la provincia (ver nota en esta misma edición) implica que no haya más Chaco Jujeño, ese corredor biológico. Se corta el mundo. Hoy el Chaco y todo el ambiente del Chaco hacia el este y las Yungas están unidos por pequeños hilos, es la selva pedemontana de Yuto, de la zona de Ledesma, Fraile Pintado, es decir, si vos mirás una imagen satelital de la cuenca del Río San Lorenzo, está todo desmontado y hay pequeños hilos verdes entre el Chaco, Santa Bárbara y el Chaco Plano Salteño, y las Yungas. Lo que estamos discutiendo es el corredor Yuto-Sauzalito-Santa Bárbara (donde fue el conflicto con Ledesma): es un lugar territorialmente estratégico para la conservación. Si se llevan puesto eso en contaminación, en desmonte, se pierde para el resto de la humanidad la posibilidad de que se conecte el Chaco con las Yungas, se aísla biológicamente los ambientes. Es muy loco y también es muy difícil demostrar lo que está pasando todos los días en esa zona.

-¿Cuál es la importancia de esa conectividad entre Yungas y Chaco, qué implica?
-El Parque Nacional Calilegua es una muestra representativa de selva plana y de montaña y Yungas. Las funciones de conservación, de mantener biodiversidad a largo plazo en el Parque Nacional Calilegua, no dependen de las casi 80 mil hectáreas del Parque, sino del flujo genético que existe. Si se corta ese flujo –que es lo que estamos viendo acá-, se corta absolutamente la capacidad que tiene Calilegua de generar biodiversidad a largo plazo. En el tiempo biológico, sean 300 o 5000 años, no importa, se va a ir viendo, porque los sistemas funcionan con flujos, si se cortan esos flujos, se modifican las condiciones. Todo esto está en el Plan de Manejo y en la Estrategia de Conservación del Parque. La realidad es que el Parque Nacional Calilegua está muy bien conservado, el problema es la frontera agropecuaria, la situación ganadera, pobreza, basura, contaminación. Esto te muestra que no hay manera de trabajar en Calilegua si no es con una zona de amortiguamiento, con la jurisdicción provincial y los municipios.

-¿Y los municipios?
-No existen, entendemos la situación porque les alcanza apenas para pagar los sueldos. Sabemos que es muy difícil instalar esto en una sociedad actual como la jujeña. En el Ramal todos los días hay un corte de ruta y es por otras cuestiones, bolsones de comida, etc. Es muy difícil, el mundo campesino, indígena no juega en Jujuy. Venimos de una experiencia con el mundo indígena en Patagonia, con los mapuches respecto de áreas protegidas, tenemos un vínculo muy fuerte con las organizaciones collas de Yungas pero en Salta, venimos construyendo corredores biológicos. Sin embargo, en Jujuy el problema es que el mundo indígena en la zona verde no ocupa el territorio. Para mí en este momento no es un actor social fuerte como sí lo es en otros lados, por ejemplo en Santiago del Estero o en Córdoba, donde viven en el territorio. Alto Comedero se explica por los modelos estructurales de abandono del territorio. Por otro lado está todo el tema inmobiliario y turístico, porque esta zona se convierte indefectiblemente en un corredor turístico, y los poderosos compran tierras ahí, con campesinos y todo. Es muy brutal lo que está pasando.

-¿Cómo es la relación con la secretaría de Gestión Ambiental respecto del tema petróleo?
-A principios de mayo, el secretario de Gestión Ambiental, Omar Mendoza, me dijo que se quería ocupar del tema y que proponía una comisión de trabajo conjunto interjurisdiccional. Para nosotros esto es revolucionario, e implica que una secretaría se ocupa del tema y la dirección competente sigue ausente.

La justicia
El juez federal Cardozo aceptó hablar de este tema off de record. Acerca del pedido de declaración del fiscal al director de Minería de la provincia, Martín Sánchez, dijo que no era necesario porque había un informe detallado (80 fojas), en el expediente, de Sánchez respecto de la situación e implicaría una pérdida de tiempo y una repetición de datos técnicos. También aclaró que Parques Nacionales no se había presentado como querellante en la causa, que no había denuncia penal.
Respecto al avance del expediente, el juez dijo que correspondía hacer una resolución indicando que el estado nacional debe hacerse cargo del pozo que está contaminado fuera del Parque Nacional y que lo haría en algún momento, aunque no precisó cuándo pero sí aludió a la cantidad de trabajo que tiene y el poco tiempo disponible.

Parque Nacional Calilegua

 

Acuti (Foto de Marcelo Fernández).


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Brasita de fuego (Foto de Mario López).
Taruca (Foto de Marcelo Gutiérrez).

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