Ernesto Altea

      Con el apoyo de los gobernadores de Tucumán, Salta, Catamarca, Santiago del Estero y Jujuy, de los Obispos, de las universidades, de fundaciones y de más de cien organizaciones empresarias de la región, el lunes 16 de agosto se lanzó desde la Casa Histórica de Tucumán esta propuesta de elaborar un programa para lograr que el NOA revierta la tendencia de empobrecimiento y desigualdad creciente que tiene desde el origen de nuestro país.
      Es el resultado del trabajo de varios años de un grupo de personas de Tucumán, Jujuy, Catamarca, Salta y últimamente Santiago del Estero, que avanzaron creando puentes y fortaleciendo vínculos entre organismos gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y entidades empresarias. El objetivo es revertir la situación socio-económica de la región cuyos índices nos colocan como una de las zonas con mayor pobreza, con la mortalidad infantil más alta y el desempleo superando los veinte puntos, por nombrar solamente los indicadores más dramáticos. Y como esta situación es estructural, las acciones que se emprendan para resolverla deben ser sistémicas, o sea que afecten al conjunto de la región. No alcanza con lograr que una provincia funcione mejor, es imprescindible encarar programas que lleguen al mayor número posible de personas. Inclusive la propuesta debe superar las fronteras políticas de la Nación para que el efecto positivo se sienta también en los países vecinos, cuyos problemas son similares a los nuestros.
      Esta Agenda tiene la particularidad de que es convocada por los empresarios, que concientes de que la situación en la región tiende a empeorar, han decidido impulsar este proyecto que supera los reclamos sectoriales para meterse de lleno en la formulación de programas que beneficien al conjunto de la sociedad. Para ello han conseguido que INCAE, la escuela de negocios más prestigiosa de Latinoamérica que tiene el patrocinio de la universidad de Harvard, apoye la iniciativa aportando metodología surgida de la experiencia de la Agenda de Desarrollo Sostenido de Centroamérica, en la que esa casa de altos estudios participa como coordinador y tanque de pensamiento.
      En el NOA el trabajo será canalizado a través de ORREDES, Organización Regional para el Desarrollo Sustentable, que ya tiene Centros en cada una de las provincias, centros que serán los coordinadores locales encargados de convocar a las organizaciones de la sociedad civil, organismos de gobierno y entidades empresarias que estén interesadas en participar. Facilitarán la conformación de los equipos de trabajo y la validación de las propuestas que surjan de ellos. Posteriormente deberán acompañar durante el proceso de compatibilizar y consensuar las propuestas a nivel regional y, por último, controlar la ejecución de los  programas que se pongan en marcha.
      El trabajo de los equipos se orientará en dos direcciones: en primer lugar corregir los diferenciales que impiden que la Región se desarrolle de una manera más equitativa con el conjunto de la Nación, por ejemplo medidas para promocionar el empleo;  en segundo término, utilizar mejor los recursos locales distribuidos dentro de la Región mediante programas que integren actividades que interesen a todas las provincias, por ejemplo el turismo. Entre los antecedentes exitosos de desarrollo sustentable que se pueden encontrar en el mundo, en zonas con fuerte incidencia de la marginalidad y pobreza, podemos citar los distritos industriales de Italia con el impresionante desarrollo de las pymes, las provincias vascas de España, el salto de Irlanda en los últimos veinte años, además del caso centroamericano, que combina crecimiento socio-económico con preservación de los recursos naturales e integración regional de seis países.
      El desafío de la Agenda es ser capaz de proponer programas que interesen a toda la región, que provoquen crecimiento económico y desarrollo social, y que sean amigables con los recursos naturales. Esa es la única forma que estos programas sean sustentables en el tiempo. Los organismos de gobierno aportarán el marco regulatorio, sus recursos y capacidad de implementación. Las organizaciones de la sociedad civil como ongs, universidades, colegios profesionales, sus conocimientos y capacidad de hacer donde otros no llegan. Los empresarios aportarán capacidad de gestión y la energía para que la Agenda tenga la continuidad y la coherencia necesaria. Para construir utilizando eficazmente los recursos es imprescindible tener un plan, y esto vale para todos los casos. La Agenda pretende ser eso exactamente: un plan para utilizar mejor los recursos que tenemos en beneficio del conjunto de la Región.