Juan Martín Otero

      El ordenamiento territorial considerado como un eje de trabajo basado en el conocimiento de los pobladores y atravesado por los aportes técnicos, se constituye en una herramienta para el crecimiento sustentable en Latinoamérica. Más allá de la cuestiones técnicas, es intención de este artículo mostrar cómo los saberes populares y el conocimiento de los especialistas se conjugan en el trabajo de las diferentes organizaciones que participaron del encuentro y, por ello y por una obvia razón de espacio, se tratan aquí sólo algunos de los temas presentados en el desarrollo del mismo.

      Desde los comienzos de la historia los asentamientos humanos se han visto determinados por su relación espacial con el agua. Existen hoy lugares (incluso en Jujuy) donde el suelo no parece haber sido hollado por pie humano alguno, justamente aquellos que tampoco tienen vestigios de agua.
      Así, las poblaciones antiguas y las modernas, muchas veces ubicadas en idénticos lugares, se encuentran siempre en márgenes de ríos, lagos, manantiales, o cualquier otra fuente de agua dulce, apta para consumo y riego.
      No es raro entonces que todo intento de organización (sea ésta práctica o teórica) del territorio habitado parta de su relación con el agua, y en función de ésta se desarrollen los demás aspectos, esto es residencias, cultivos, espacios públicos, infraestructura, etc. Tampoco es extraño que el análisis y las acciones referidos al espacio habitado por los humanos tenga como punto de partida el comportamiento del agua en el lugar, tanto en lo que concierne a la infinidad de necesidades que satisface, como en lo atinente a los riesgos que representa.
Diferentes organizaciones, en todo el planeta, están atendiendo cada vez más a esta perspectiva y dedican su trabajo, desde diferentes metodologías y con distintos objetivos inmediatos, a la optimización del aprovechamiento del agua para las diferentes necesidades que ésta cubre en la vida en general y en la de los seres humanos en particular; máxime en estos tiempos en los que se avizoran con claridad grandes sequías y una escasez de agua que está generando, desde hace un tiempo, movimientos de grandes intereses internacionales.
      Por supuesto que cada comunidad, cada organización y hasta cada individuo, ven la problemática del agua, que es decir la de la vida, desde su propia cosmovisión, a través del prisma de sus convicciones científicas, religiosas, legales. Por eso el manejo de este recurso indispensable es muy diferente según los espacios y las culturas y, en muchas ocasiones, los saberes populares y los científicos se excluyen mutuamente según las ideas de los circunstanciales poseedores del poder.
      Pero como ocurre con casi todo, un punto de equilibrio entre las diferentes formas de conocimiento es la manera más eficaz de avanzar en la construcción de nuevas realidades. Por eso resulta interesante la experiencia que desde la UGICH (Unidad de Gestión Integrada de Cuencas, una asociación interjurisdiccional -Estado Nacional, Gobierno de la Provincia de Jujuy y Universidad Nacional de Jujuy- de coordinación de políticas destinadas a la gestión integrada de cuencas de la Provincia y a la promoción de las mismas en el noroeste argentino) se viene desarrollando en Tilcara, específicamente con las cuencas del Huasamayo.y el Grande, que rescata y valoriza los saberes comunitarios y los relaciona con los científico-académicos para el aprovechamiento de los recursos y el ordenamiento territorial.

      A principios de agosto se produjo en Humahuaca el encuentro organizado por la COBINABE (Comisión Binacional para el Desarrollo de la Alta Cuenca del Río Bermejo y el Río Grande de Tarija) en el que la recuperación de saberes populares, sobre todo por parte de un grupo promotor local del Programa de Ordenamiento Territorial de Tilcara, apareció como una forma de operar sobre la realidad que genera modificaciones concretas y positivas en el entorno comunitario.
      Sin apelar a métodos o terminologías científicas, el grupo integrado por Carmen Salva, Clara Vargas, Jorgelina Gaspar, Nélida Chañi y Delia Aramayo, hizo diferentes relevos de información acerca de su pueblo, y elaboró así una serie de mapas que hoy son una herramienta útil para la prevención y la planificación. “El trabajo físico del área de influencia de la cuenca –explica Clara- es determinar el tipo de suelo, pero no desde una mirada técnica, porque yo soy maestra y no tengo idea de geología. Utilicé la estrategia de preguntar a los albañiles, porque ellos construyen en distintos puntos del pueblo, cómo ellos lo ven, cómo lo llaman al suelo: gredoso, arenoso, arena y ripio...y esto en relación a cómo actúan los distintos tipos detectados en los cultivos, con el río, etc”.
      Diferentes mapas, como decíamos, fueron desarrollados con una metodología que se basa más en los conocimientos populares locales que en especialidades técnico-científicas. Así, por ejemplo hay uno de riesgos y vulnerabilidad de Tilcara, uno de dirección del flujo en las calles, uno geomorfológico de las cuencas alta y media, uno de establecimientos vinculados al turismo, uno de acequias (en uso y cerradas), otros sobre diferentes servicios como salud, seguridad, administración, etc. De esta manera se cuenta con una herramienta dinámica (pues los mapas son susceptibles de permanente actualización) para actuar en caso de contingencias, sean naturales o no, y además brindan un conocimiento sistemático del pueblo con el que antes no se contaba y que permite no sólo la prevención de desastres sino un sinnúmero de acciones y planificaciones. Pero tal vez un elemento tan importante como los dichos en la existencia de estos mapas como reflejo del relevamiento de incontables datos sea la recuperación de saberes que estaban desapareciendo y que las integrantes del grupo obtuvieron merced a caminatas y entrevistas con diferentes actores de la población, en muchos casos personas mayores que se expresaron de manera tal que sus conocimientos coincidían muchas veces con los de los técnicos: “Al recorrer el Canal 7 –comenta Carmen- vimos que el canal era demasiado profundo en algunas partes o demasiado poco profundo en otras. Ahora el canal está limpio, con las medidas establecidas, que propuso el especialista en riego. También había vecinos que conocían de antes cuáles debían ser esas medidas, la señora que vino sabía perfectamente, su medida coincidía con lo que dijo el técnico. Ella sabe porque era regante desde niña”.
      Otra perspectiva interesante sobre el trabajo de Tilcara es el alto grado de compromiso de la población con las acciones del grupo promotor, si bien algunas instituciones no han demostrado el mismo interés: “El otro mapa que hicimos, con los chicos de la escuela –continúa Carmen-, es un mapa de flujo hidrográfico, que muestra cómo se mueve el agua. Participaron 300 alumnos, que nos ayudaron con su conocimiento sobre el lugar, por ejemplo, con los nombres de caminos vecinales. Nos pasó con el nombre de un paraje, que nosotros conocíamos como Pereira, porque allí había vivido un señor muy influyente con ese apellido, pero una de las niñas nos dijo que el pasaje tenía nombre, La Rueda, por una rueda de carreta que hay allí”.

      Dentro del intercambio de saberes que se produjo durante este encuentro, Edwin Pajares, un ingeniero peruano, presentó su experiencia sobre el Plan de Acondicionamiento Territorial en la Provincia de San Pablo, Departamento de Cajamarca, Perú, sobre un área de 665 Km2 y una población de 30,965 personas.
      â€œExiste la necesidad de ir generando espacios democráticos y participativos –asegura Pajares-, en la provincia de San Pablo, que comprometan todos los actores sociales con la finalidad de elaborar propuestas para la organización de su espacio territorial, contrarrestando las amenazas propias del avance desordenado de la sociedad, que vulnera los derechos de la población a tener un medio ambiente sano y saludable que permita mejorar sus condiciones de vida, para lo cual deben identificarse áreas de protección ecológica, áreas de riesgo para la vida y afectadas por fenómenos naturales, etc”.
      Con el desarrollo del plan se espera generar una política general referente al uso de suelos; una organización físico espacial de las actividades económicas sociales y político – administrativas; la identificación de áreas de protección ecológica, áreas de riesgo, para la seguridad física y las afectadas por fenómenos naturales recurrentes; la ubicación de equipamiento de servicios de salud, educación, recreación, seguridad, cultura y administración; la localización de la infraestructura de transporte, comunicaciones, energía, y saneamiento; entre otros objetivos. La metodología, se basa principalmente en el trabajo participativo con autoridades locales, organizaciones de base, instituciones y la población en general, buscando espacios de sensibilización y concertación que permitan identificar potencialidades y limitaciones del territorio, además de obtener información básica y actualizada para este plan, información de grupos de interés por eje temático; la capacitación a 40 participantes de los cuatro distritos en temas de Comunicación, liderazgo y actitud proactiva; la capacitación a 50 participantes de los grupos de interés en el tema de Ordenamiento Territorial; la actualización de los mapas bases al 85 y la digitalización de los mapas bases al 90 %. Se ha logrado además el relevamiento de información de servicios básicos, transportes, comunicaciones, salud, actividades económicas, identificación de zonas de riesgo y áreas naturales protegidas, turismo, cultura y administrativa.

      A partir de la Declaración de la Quebrada de Humahuaca como Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad por parte de la UNESCO, toda la región se ve implicada en un proceso de recuperación de las tradiciones, de cuidado del medio ambiente y de una serie de posibilidades y trabajos a encarar que tienden a conservar los valores históricos intrínsecos de la región, tanto en el aspecto natural como en el cultural. Este asunto también se trató en los talleres del encuentro, partiendo de las implicancias que la Declaración tiene a la hora de planificar el ordenamiento territorial y de cualquier acción que se lleve a cabo desde la UGICH y la COBINABE (y, por lo demás, desde cualquier otro organismo o persona) dentro de las limitaciones y beneficios que esta Declaración supone. Néstor José, de la Secretaría de Turismo y Cultura de Jujuy, y uno de los principales impulsores del proyecto, hizo un resumen de la historia humana en la Quebrada, de su geología, flora y fauna. Relató además el proceso de preparación de la postulación ante la UNESCO y, sobre todo, detalló el trabajo y las condiciones que en adelante van a caracterizar la actividad humana en la Quebrada para mantener el título otorgado por las Naciones Unidas.

      La presentación de la bióloga Karina Pinasco refiere a una proceso desarrollado en el departamento de San Martín (jurisdicción equivalente a una provincia argentina), originado más que en un proyecto en un sentir de la población, que fue originando el surgimiento de diferentes proyectos. Perú es conocido como un país netamente andino, pero lo cierto es que desde un criterio de cuencas, el 70% de su superficie es amazónica y contiene el 98% del agua el Perú. San Martín es una importantísima región en cuestiones de biodiversidad, ubicada en el noreste peruano, con 5 millones de hectáreas de superficie y 750 mil habitantes.
      El proceso iniciado en esta región de la Amazonia busca conseguir una base productiva competitiva, desarrollar una identidad cultural fuerte, conservar la biodiversidad, para lo que se ve al Ordenamiento Territorial como una columna vertebral. “Por eso, de alguna manera -dice Karina- nos metimos todos en este proceso, para que no genere equidad y satisfacción de nuestra necesidades, si no conocemos nuestro territorio no hay posibilidades. Por eso no hemos propuesto responder a tres preguntas fundamentales: ¿Qué actividades vamos a desarrollar? ¿Dónde? y ¿Cómo? A través de la zonificación ecológico-económica y el ordenamiento territorial en la región estamos pretendiendo responder a esas preguntas. La zonificación como un instrumento de información, investigación y planificación, pero sobre todo de negociación, porque a través del proceso de zonificación estamos en el Perú ante la oportunidad de comenzar a gobernarnos a nivel de regiones, lejos del centralismo que queremos revertir metiéndonos también en la parte política”.
      Así, se conformó un gran equipo integrado por el Gobierno Regional con el soporte legal de la Comisión Nacional de Medio Ambiente y el soporte técnico del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana. Se formaron, a su vez, tres sub-grupos de trabajo: Generación y procesamiento de información, el más técnico, donde se homogeneizan criterios y metodologías y donde se creó un base de datos libre por la que circula toda la información. Capacitación, para fortalecer las capacidades locales a todo nivel, donde tuvo un gran éxito la formación de facilitadores para procesos de concertación. Y finalmente Concertación, participación y difusión, donde se involucraron todos los gobiernos comunales.
      â€œEl hecho de iniciar un proceso macro en la región –continúa Karina- ha permitido envolver a otros medianos y pequeños procesos. Además, el Sistema Nacional de Inversión Pública dio un ley de descentralización que nos declara administrativamente autónomos, aunque no financieramente, a menos que sus planes de inversión estén elaborados en base a un programa de ordenamiento territorial. El mensaje inicial era que no íbamos a ser capaces, pero ya la corriente comenzó, entonces ahora existe la obligación de otorgarnos la autonomía financiera. Este año hemos revisado la visión de la región y el resultado es esta frase fuerte: San Martín, región andina amazónica, líder en ordenamiento participativo y uso sostenible del territorio.

ENCUENTRO
EN HUMAHUACA
      Los días 5 y 6 de agosto de 2004 se realizó en la ciudad de Humahuaca el 3er Encuentro Regional COBINABE-UGICH – Ordenamiento Territorial – “Un espacio para el diálogo”, en el que trabajaron especialistas en diferentes materias referidas al ordenamiento territorial. El embajador Julio San Millán, Delegado por Argentina  y presidente de la Delegación de la COBINABE en nuestro país abrió los talleres haciendo un presentación sobre el trabajo de la Comisión y sobre la Cuenca del Bermejo como un ámbito para el desarrollo. El ingeniero Edgardo Sosa, presidente del directorio de la COREBE (Comisión Regional del Río Bermejo) habló sobre los trabajos realizado en Tilcara e Iruya. Invitados especiales que trabajan en proyectos análogos en Perú también trajeron su experiencia. La Ingeniera Susy Jurado, de la UGICH (Unidad de Gestión Integrada de Cuencas), disertó sobre instrumentos de análisis de riesgo y la Licenciada Rita Jordán, sobre Indicadores y Monitoreo para el seguimiento de los proyectos. La geóloga Susana Chalabe, el ingeniero Roberto Bernal y la profesora Carmen Salva expusieron sobre el marco conceptual y metodológico del Proyecto Participación – Investigación – Acción. La abogada Alicia Chalabe disertó sobre el Marco Jurídico Institucional.