Juan de la Cancha

      Desde la esperanza, el fútbol que sostiene Jujuy en Gimnasia, pasa hoy a la ilusión. Los dos triunfos que construyó el equipo que dirige Ferraro con severa consigna de orden y entrega, en el comienzo del Clausura del Nacional B, conmueven la adormecida fibra del hincha. Este quiere creer en el eslogan del “Se puede” y la provincia futbolera retorna su mirada hacia el “fútbol grande”.
Comienza a creer. Afila lápices para el cálculo que vendrá. Espera (todavía no desespera) resultados y hasta se anima en el análisis técnico-táctico. No cuenta para el soberano que esto recién comienza. El cree ya tener derechos para la exigencia. Pedirá entrega al jugador, aciertos al técnico, esfuerzos al dirigente.
      Si los números aumentan en la tabla de posiciones y colocan al Lobo en la parte superior, crecerá la fe. Las tribunas serán el espectáculo. Las boleterías auyentarán fantasmas. Si esto no ocurre, volverán las voces de la protesta, del insulto y la torpeza. Retornarán los claros en el cemento del 23 de Agosto. Quedarán allí banderas celestes y blancas rasgadas, fanáticos o amigos del fútbol empedernidos tomando sus cabezas ante cada desacierto, ante cada gol no convertido, con cada tanto recibido.
      Hoy mientras ambas alternativas (la de un estadio colmado o la de las graderías desiertas) no se adviertan, el fútbol sigue vivo. Está en las formaciones de cada domingo, en el expectador ansioso, en las dudas de los más reticentes, en la confianza de los más entusiastas. Está en el recambio casi completo del equipo titular, en los nombres desconocidos que poco a poco serán familiares para el simpatizante, en los triunfos del comienzo logrados a puro esfuerzo. Está también en las preguntas sobre cómo fue posible tamaño cambio, sobre cuáles fueron las exigencias económicas encaradas o los esfuerzos que debe realizar la entidad loba. Está en la escasa información que entrega la prensa sobre estos temas.
      Pero, principalmente, el fútbol está vivo por ese comienzo afiatado y prometedor que la alineación elegida por Ferraro ha entregado. Más aquí de los resultados podrían exponerse análisis sobre el rendimiento exclusivamente futbolístico del Lobo y todos ellos tenderán al elogio o la ponderación. Sin embargo, es tiempo de cautela. Ella favorecerá cualquier opinión futura. La hará más valiosa y elogiable.
      El Lobo ha iniciado un camino difícil hacia un objetivo que buscan una veintena de clubes: el ascenso. El fútbol de Jujuy parece sacudir su modorra. La tarea encarada parece estar orientada hacia la seriedad y el buen tino. En este comienzo la esperanza ha sido superada y se ha transformado en ilusión. Más allá de ésta vendrá la realidad. Esta podría ser exuberante o magra. Por ahora el hincha y el fútbol juegan con la ilusión.