El análisis de la situación polÃtica local es realmente difÃcil para mÃ, porque prácticamente, mes a mes, lo único que se puede agregar es que los silencios de los medios jujeños se acentúan. Quienes escriben columnas semanales o tienen programas de âopiniónâ en los medios masivos son allegados al oficialismo, a no dudarlo porque esa es la lÃnea editorial de las empresas y, aparte, se perdió en Jujuy aquella habilidad que permitÃa a los colegas decir aunque no se dijera o mostrar aunque no se mostrara; es que aquello es todo un arte que, creo, empieza cuando uno es joven y le enseñan cómo se informa en cinco o en cincuenta lÃneas que habrá un corte de luz en tal barrio o en saber poner los acentos según se trate de agudas, graves o esdrújulas.
Cada palabra, cada idea muestra lo que ya se sabe, lo previsible, lo tantas veces ensayado y repetido desde cada sector a través de sus voceros. Ni siquiera la evidente -estadÃsticamente hablando- preferencia de la gente por algunos medios digitales y uno que otro programa radial de FM, modifica la cómoda posición de los dueños de los medios que presionan con su cada vez más menguada masividad en la rebatiña por la partida publicitaria gubernamental; es que, mientras puedan seguir ordeñando a la vaca que tienen tan bien empaquetadaâ¦, ya que salvo Annuar Jorge (Pregón) todos tienen cargos electivos desde los que pivotean en el mar de la nada de la información y la noticia y, claro que sÃ, en el resguardo de más de una forma de rentabilidad porque a nadie le da vergüenza, fijesé, ser arte y parte y sino ¿quiénes son en Jujuy los mayores proveedores del estado? Asà es, por supuesto. Es más, se instalan nuevas empresas, verdaderos emprendimientos, porque por qué le van a dejar la posibilidad a alguien que no está en polÃtica.
Sucede que, ante la falta de blanqueo de la mayorÃa de los temas, los corrillos en las oficinas públicas y las confiterÃas funcionan como verdaderas usinas y allà sÃ, se habla de lo lindo, se pondera la realidad, se inventan teorÃas y se irradian posibilidades; total, es gratis. Y la última que escuché, verosÃmil pero extraña (en el sentido de extrañamiento), no tiene desperdicio: en el PJ, de cuya fragmentación, enfermedad y absurdo se ha hablado mes a mes en esta revista, estarÃan considerando la alternativa del retorno de Carlos Daniel Snopek al redil -lo que está en boca de todos desde, prácticamente, las pasadas y adelantadas elecciones generales- pero el operativo rumor indica ahora que serÃa el próximo candidato a gobernador del peronismo oficial, ya que, al parecer, Eduardo Fellner, harto de las presiones y tires y aflojes decidió que no va a competir ni exponerse a tanta pelea con unos y otros sectores del poder económico provincial, más las dificultades financieras de la provincia, más las prácticas de los gremios estatales, más las de algunas organizaciones sociales, más, más y más. Si la especie fuera cierta, el oficialismo actual estarÃa devolviendo al viejo palo justicialista el poder polÃtico, eso, por lo menos, en teorÃa. Porque quizás Carlos Daniel pueda ser un buen gobernador-técnico de Jujuy, hay una lógica clara, dados sus antecedentes, que permite pensar eso, pero harto demostró que, como estratega es muy, pero muy malo, léase listas de diputados provinciales y alianzas con sectores realmente deplorables y no muy distintos de aquellos a los que tanto criticó desde el espacio que quiso instalar, aquél del shock ético y moral, ¿se acuerda? El show se convirtió en un show.
Si la especie fuera cierta, ¿podrá el PJ unir a todos los sectores que âmanejanâ votos? ¿Qué condicionamientos le pondrÃa el fellnerismo al ingeniero, con quién gobernarÃa, de dónde saldrÃa el Gabinete, serÃan sus ministros sus actuales adherentes, los que dejaron de hacerlo hace poco, ¿quiénes? ¿Quién cubrirÃa la candidatura de vice gobernador, función temible y amenazadora para cualquier primer mandatario local? ¿Será el actual presidente del Bloque de Diputados justicialistas? ¿O será Melé, porque no dudo que con Jenefes, Carlos Daniel podrÃa llegar a acuerdos básicos, pero qué pasarÃa con el binomio Rivarola-Segura y su cadena de partidos municipales, ¿qué les van a tener que dar para que se queden adentro? ¿Y qué con los contadores amigos de Fellner, que no tienen votos pero sà su porcioncita de poder? ¿Y el gobernador que habemus, tan moderado y silencioso, qué opinará? ¿Y Cacho Alderete que no simpatiza demasiado con Carlos Daniel? ¿Y los viejos peronistas que siempre lo están comparando con su papá? Son inimaginables los cabildeos, elucubraciones, sociedades y movimientos que habrÃa. Ud. puede agregar sus propias inquietudes, si las tiene.
La verdad es que Gerardo Morales tiene otra vez servida la posibilidad de la Gobernación para la UCR, lástima que no quiere, dirÃa un correligionario amigo de ésta columna.
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