|
Calle Belgrano, feriado del 20de junio cerca del medio dÃa. Una lágrima. |
Luego de recorrer las calles del centro y registrar lo que se repite cada fin de semana largo, un remisero comentó a propósito de la llovizna y el feriado â¡Estas son ideas de los polÃticos nada más!â, dando su propia visión al hecho de que están pensados para fomentar el turismo, para permitirle a la gente realizar viajes cortos y al mismo tiempo incrementar esta inestimable fuente de recursos.
Una de las mejores cosas que le ha sucedido a Jujuy es su ubicación como polo de interés para el viajero local e internacional, en base a la declaración como Patrimonio de la Humanidad de una importante zona, que no sólo revitalizó la Quebrada y Puna sino todo su territorio.
Sin embargo, no alcanza con una resolución para crear la conciencia de que es una industria en la que se debe brindar buenos servicios todos los dÃas para generar la riqueza que de ella se espera. En comparación, podemos decir que Salta hacer rato que pone el despertador â si es posible la metáfora.
En cambio, en Jujuy aún las costumbres provincianas son más fuertes y poderosas que la idea de que el turismo es âservicioâ y que hay que prestarlo tratando de alcanzar el máximo nivel de excelencia, que exige esfuerzo pero que reditúa monetariamente no sólo en forma particular sino que ofrece la posibilidad de un crecimiento colectivo.
Jujuy parece no haberse dado cuenta de que el turista es un consumidor ávido y en mayor o menor medida, deja ganancias sustanciales. Y deja todo librado a la belleza y atractivo natural de Tilcara y Purmamarca, sin pensar en que la ciudad capital es un paso obligado. Debe razonar también en el sentido de que no se puede pedir mucho sin dar nada. Quien paga exige una contraprestación.
A nivel local, se sigue manejando con los cánones culturales que priorizan el sentido de colaboración y favor, considerando a quien emprende un viaje ya sea localmente o inclusive desde Jujuy a otros destinos, como a un amigo al que se le favorece con un paseo y que si no sale muy bien sabrá comprender o estará obligado en todo caso a condescender con incumplimientos de horarios, confusión de destinos, improvisaciones y molestias, y por qué no precios excesivos.
Taxistas, remiseros, guÃas turÃsticos, organizadores, comerciantes, gastronómicos y la gente, el ciudadano común  no han tomado en cuenta la necesidad de invertir no sólo esfuerzo en unos casos y dinero en otros para mejorar el servicio al cliente.
|
Peatonal Belgrano, feriado del 20 de junio, cerca del mediodÃaâ¦Una lástima. |
Aún hay quien maneja el vehÃculo desaliñado, con el radiocomunicador encendido intercambiando chistes y comentarios muchas veces groseros con sus colegas, la música a todo volumen, el vuelto inexistente, el consabido âno tengo monedasâ o el â¿para dónde va? porque para tal lado no viajoâ. Sin embargo, se sabe que muchas veces se aprovechan del viajero para hacer su âagostoâ sin pensar que por el hecho de estar de paseo la gente no mide sus gastos, o que tiene referencias y compara. Y esto ocurre con la gastronomÃa, el alojamiento y otros rubros. Y queda claro que quien invierte en viaje, alojamiento, transporte, requiere por lo menos un buen trato, una oferta seria, una presencia atenta, la satisfacción a sus necesidades y solución a sus problemas, para que esa atención esmerada lo aliente a volver o a promocionar nuestro destino.
En algunos casos, la teorÃa parece poner en primer lugar cierto criterio de entretenimiento fácil como si el viajero se conformara con estar distraÃdo o divertido y en tanto ello ocurra no registrará otras falencias. Pero en contradicción, nuestra plaza deja un flanco abierto al desprestigio.Los ejemplos son innumerables, especialmente cuando se trata de feriados y fines de semana largos, que están pensados justamente para receptar el mayor número de viajeros a quienes no sólo se les debiera ofrecer alojamiento, sino un trato esmerado, una preparación cultural en cuando a idiomas y costumbres para una buena comunicación, a la vez que lugares preparados para atender emergencias médicas, farmacias abiertas, Internet y teléfono disponibles a toda hora.
Si se trata de nuestra capital, muchas de estas cosas brillan (o no brillan, mejor dicho) por su ausencia. Los comercios permanecen cerrados por lo tanto quien se encuentra en esta ciudad sólo tiene galerÃas oscuras y enrejadas, no hay artesanÃas para comprar, no puede reponer sus enseres y bienes de uso imprescindibles en los viajes, si tiene un percance de salud o una dolencia será extraordinario que encuentre una farmacia abierta.
La escasa iluminación, la poca limpieza, los precios excesivos, cuando no el pintoresco piquete, y las consabidas ausencias en cuanto a confort y calidad, conforman el escenario penoso para gente que está dispuesta a dejar dinero pero no al punto de resultar estafado voluntariamente.
No es raro, entonces, ver que sólo acude a las ferias de ropa usada, como si el único aporte a este destino privilegiado fuera esta suerte de aproveche el revoltijo, caracterÃstico de lo más granado de las zonas fronterizas actuales.
|
Calle Lavalle, fin de semana largoâ¦veredas sucias, rejas ⦠|
Las comparaciones con Salta son odiosas pero necesarias. El control que ejerce la vecina provincia sobre el espacio público, la rigurosa protección del acervo cultural, especialmente el arquitectónico colonial, la conciencia individual de que se está para âservirâ y no para aprovechar el momento, y una seria inversión en polÃtica turÃstica, contribuyen a que las preferencias se vuelquen hacia los prestadores salteños, que en efecto incluyen ciertas zonas de Jujuy. Mal que nos pese. Pues es una oferta que no se puede despreciar a la hora de elegir entre la imprevisión y la buena calidad de atención.
Como marco a la abulia respecto de los visitantes, que son muchos y de muy lejos, nuestra capital se muestra lacónica, abúlica, desinteresada y sin personalidad. Los edificios antiguos van desapareciendo poco a poco bajo la picota de un pretencioso progreso que deja a cambio tinglados grotescos e impersonales o tal vez algún edificio de departamentos que âes verdad, hacen falta â pero se cobran el elevado precio de una arquitectura irrecuperable, y va dando cada dÃa más la imagen de las impersonales ciudades de frontera en las que todo está de paso, hasta el buen gusto.
|
|
Peatonal Belgrano, fin de semana largo, cerca del medio dÃaâ¦sin palabras. |
Peatonal Belgrano, feriado largo, medio dÃaâ¦sórdido. |
|
|
Feriado turÃstico: Peatonal Belgranoâ¦un galerÃa enrejadaâ¦una boca de lobo. |
La vieja casona de calle Belgrano, entre Necochea y Lamadrid. Hoy ya es escombros. |
 |
Un edificio emblemático: la vieja âEscuela Hellen Kellerâ. Si antes llenó el silencio con voces de manos â¦hoy las manos la dejaron en silencio. |
|