En mi vida no sentà el llamado de unirme a ninguna causa, ni polÃtica ni pública, sin embargo, el matrimonio entre personas del mismo sexo, no por una vocación matrimonialista, sino por una vocación de igualdad de derechos, me encendió el fuego de la participación. En una causa en la que ni la elección sexual ni la necesidad de casarme me representaban, sà me espejó la búsqueda de igualdad, algo que desde niña me pone la piel de gallina. Desde que recuerdo a la madre de mi mejor amiga diciendo que âa los putos hay que ponerlos a todos contra el paredón y matarlosâ. Y yo, en esa confusión pre adolescente de aquellas lejanas épocas, sin saber muy bien qué era un gay, pensaba que nadie merecÃa ser castigado por ser distinto (porque eso sà estaba muy claro, la diferencia).
La discusión sobre la ley se tornó en una polarización de si estabas a favor de la Iglesia o no; de si eras un degenerado o no. No me cabe ninguna duda de que en la mayorÃa de las provincias argentinas la mayor parte de la población, particularmente en el norte, está en contra. Tampoco me cabe la menor duda de que la ley salió por la patoteada Kirchnerista. Para muchos esto no le quita valor, para mà sÃ, y me entristece. Otros opinaron que no era el momento de discutir como sociedad esta cuestión (¿es que habrá algún momento para discutir algo que tiene que ver con la homosexualidad, que molesta tanto?) porque habÃa otros temas prioritarios, y sin embargo, no podÃa dejar de pensar que la igualdad de derechos tiene prioridad. Más aun teniendo en cuenta los años que hace que la comunidad gay viene âpechandoâ por esta ley. El uso que hizo el oficialismo del tema molestó y eso se reflejó en los actos a favor de la ley. Además, todos hablamos de la âcortina de humoâ, de las âdistracciones mediáticasâ.
El debate en el Senado duró más de 14 horas, y culminó con 33 votos a favor y 27 en contra, más 3 abstenciones. En las presencias y las ausencias se vio la presión del gobierno. Menem bajó a dar quórum y se fue; Rached evitó dar su voto en contra. Algunos aclararon que si bien no estaban a favor, votarÃan en bloque, como Teresita Quintela (FPV). Por Jujuy, votaron a favor Liliana Fellner y Gerardo Morales, y en contra Guillermo Jenefes, como ya se sabÃa que iba a ocurrir. El eje de las posturas en contra fue la adopción, basándose en la creencia de que la homosexualidad es una desviación o una enfermedad y que podrÃa tener consecuencias psicológicas en los hijos de estas parejas. Otro punto fue la defensa del matrimonio como una âinstitución que no puede ser avasalladaâ, como lo explicó José Mayans. Quienes estaban a favor hablaron de igualdad de derechos, de que no habÃa que temer âfilas de homosexuales que se van a casar y luego pedir adoptarâ (Samuel Cabanchik). Y, sobre todo, se buscó legislar sobre situaciones que existen de hecho como las uniones entre personas del mismo sexo y la situación de los hijos de esas parejas. Ernesto Sanz recalcó âEl matrimonio católico es un sacramento y es indisoluble, el civil no tiene ninguna religiónâ.
Debates en Jujuy
Durante la audiencia en la Legislatura, a fines de junio, convocada por la Comisión de Asuntos Institucionales del Senado de la Nación, con la senadora Negre a la cabeza, se vieron y escucharon muchas cosas. Me tocó entrevistar a un referente de la Democracia Cristiana que habló sobre la imposibilidad de que el âaparato digestivo se convierta en aparato reproductorâ, grabación que guardaré en mis archivos. En ese momento intimidaba la cantidad de manifestantes en contra de la ley (âbrigada naranjaâ), muchos de ellos pensaban a la homosexualidad como una enfermedad. También allà entrevisté a Claudia Castro, referente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Travestis (LGBT). Contó que en muchas provincias ânos encontramos con lo que pensábamos que estaba pasando, que hay muchos lugares donde la Iglesia católica profundiza mucho en este debate y sobre personas que no tienen toda la información necesaria para discernir entre una idea y otra. Hay mucha confusión. Cada vez que hablamos con las personas en las que la Iglesia se enfoca, vemos que confunden la homosexualidad con una enfermedad, y la OMS en 1990 sacó la homosexualidad de la lista de enfermedades. La Iglesia confunde y genera miedos. Dice que somos drogadictos, delincuentes, que tenemos tendencia a lo peor. Jamás se nos pregunta quiénes somos, cómo están conformadas nuestras familias. Soy más que una activista lesbiana: tengo un papá, una mamá, una familia amplia, una compañera hace 14 años, con la que quiero legalizar mi relación porque los bienes que tenemos los tenemos juntas. Si a las dos nos pasa algo, quedarÃan a la deriva. Estamos pensando en tener un hijo o una hija, y quiero que las dos tengamos la patria potestad compartida. Hay muchas parejas conformadas que tienen niños y no tienen los mismos derechos sobre ese niño. Con la reforma al Código Civil se está pidiendo que esos niños tengan la patria potestad de sus dos mamás o de sus dos papásâ. Y detalló âno sólo se pelea contra gays y lesbianas, también hay prejuicios contra los hijos de padres separados, o de familias monoparentales. Yo vengo de una familia tradicional, heterosexual. Y no todas son asÃ. El matrimonio ya no es como antes, como el salario no se paga con sal. L civilización va cambiando y gays y lesbianas existimos desde el principio de la historia. Lo que está lo tienen que regular, estamos fuera de la constituciónâ.
Unos dÃas antes habÃa estado en Jujuy la diputada nacional MarÃa Luisa Storani (UCR), vocera del proyecto en la Cámara de Diputados. Recalcó algunas ideas, en el contexto de las marchas que se habÃan comenzado a hacer. âLa Iglesia católica decide hacer una marcha en contra, me parece muy bien porque ninguna persona está hablando del matrimonio o el casamiento religioso. Estamos hablando del matrimonio civil en un paÃs laico donde debemos respetar las libertades de todos los seres humanos de con quién casarse y cómo hacer su vidaâ. Acerca de la igualdad de derechos dijo: âTenemos que legislar con responsabilidad con igualdad y respetando las libertades. Esto está previsto en el art 19 de la Constitución, el estado debe proteger a las personas para que construyan su vida privada como quieran y el estado debe legislar para arriba. No nos metemos con las iglesias, que deciden cómo es el matrimonio religioso, los ciudadanos eligen si toman ese matrimonio o no. Estamos legislando el matrimonio civil en un paÃs laicoâ. También habló de la adopción, el punto más áspero de las discusiones. âHoy en la Argentina, cualquier persona se puede presentar al ministerio a adoptar, puede ser gay o heterosexual. No importa, el juez que tiene a su cargo la tutela de ese niño decide según el interés superior del niño; si la persona está capacitada o no. Y hay varios casos, está el padre de Rosario al que le acaban de otorgar la adopción plena, y hay otro papá en Vicente López al que también le otorgaron la adopción plena. En Argentina esto ya está, no sé qué es lo que estamos discutiendo. Con la adopción plena el hijo lleva el apellido y es heredero. La adopción tendrá el mismo proceso en cualquier caso, porque el interés superior el juez lo tiene en cuenta de acuerdo al niño. Antes de entregar un niño en adopción hay un estudio para preservar a ese niño. Estoy impulsando una ley de Adopción, novedosa, a la luz de la legislación que protege los derechos del niños, la 26061, que habla del derecho del Niño a una familia, a adoptarla. Cambia el eje de la adopciónâ.
Marchas
En Jujuy, la última marcha de las tres marchas a favor congregó no sólo a integrantes de distintas organizaciones de militancia LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis y Trans), sino también de derechos humanos, como la Red por el Derecho a la Identidad, entre otras, además, también habÃa familias âheteroâ. Me llamó la atención la ausencia del delegado del INADI, nunca supe si habÃa hecho objeción de conciencia respecto del proyecto de ley que impulsaba el gobierno.
Mientras Ãbamos en la marcha se cantaban frases muy duras respecto del abuso a menores por parte de los curas, de la complicidad de la Iglesia en la dictadura. Se pedÃa igualdad, libertad de elección. En las marchas ânaranjaâ se pedÃa por una familia con âmamá y papáâ y porque la institución del matrimonio no se desvirtúe, también se sostenÃa que una familia con âmamá y papáâ defendÃa los derechos de los niños.
En la última marcha a favor, en el medio de un frÃo polar, con unos 250 participantes, vimos cómo la gente salÃa de los negocios, dejaba lo que estaba haciendo para mirar, para vernos, como si fuéramos un corso de deformes por las calles de la ciudad. Para identificar a alguno. Sentà que estaba en la edad media; en muchas ocasiones he visto el comportamiento de la gente cuando pasa una manifestación cualquiera, y ya a nadie le llama la atención un grupo de personas haciendo ruido y cortando el tránsito en Jujuy. Esta sÃ. Y me acordé de las palabras de Claudia Castro, cuando le pregunté cómo se sentÃa por estar teniendo que defender sus derechos en todo momento: âTodo el tiempo hay alguien que te quiere coartar tus derechos, es terribleâ.
La marcha concitó la solidaridad y el apoyo de un grupo de señoras, parecÃan turistas, que aplaudÃan y gritaban a medida que Ãbamos pasando. Y otro grupo, jugadoras del torneo de maxibásquetbol, se sumó cuando estábamos frente a Casa de Gobierno. No acordé con las pintadas en la casa del senador, en mi opinión desvirtuaban lo que se estaba haciendo y lo histórico del cambio.
Llevé en parte de la marcha por el centro de Jujuy la bandera del orgullo gay, fui una âabanderadaâ de esta causa. Mientras marchaba, me conmovió pensarlo asà y me sigue conmoviendo.
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