Las calles de Buenos Aires
se otoñan
de brisa y de hojas
y yo camino por las veredas
anónima
queriendo rescatar
verjas, zaguanes y portones
memoriosos
de otras épocas
Los angelitos de las torres
me guiñan versos y recuerdos
y me piden que recoja el aroma
de la ciudad ventosa
las voces de los cafés antiguos
donde se entretejen tantas historias
de gauchos y compadritos
de tangos y milongas
y yo camino arremolinada
de brisa y de hojas
de presencias y ausencias
por las calles otoñales
de la ciudad ventosa
tan distinta de la mÃa
enhebrada entre cerros
aquella
tan abierta al crepúsculo
la mÃa
tan serena
de calles conocidas
con raÃces que me atan
a la tierra.
Susana Quiroga, poeta y narradora jujeña
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