La institución âmerengueâ está dando mucho que hablar en los últimos tiempos y no es precisamente por los buenos resultados deportivos. Las noticias se suceden dÃa a dÃa, renuncias, despedidas, arrepentimientos, balances sin presentar, jugadores mal incluidos, son algunos de los temas que motivan a los medios a no dejar de lado la información de Zapla, ni un instante. Al mejor estilo Tinelli y como un verdadero reality, todos los dÃas los medios tienen algo distinto que destacar del club palpaleño.
Después de festejar el ascenso al Torneo Argentino âBâ, al que tanto le costó llegar, muchos creÃmos que la institución arrancarÃa de una vez por todas hacia el objetivo planificado, âascender al Argentino âAâ. Nada más alejado de la realidad, los pocos dirigentes encabezados por Dante Colque siguieron manejando el club con su propio estatuto, con decisiones equivocadas y represoras que no le hicieron bien a nadie.          Â
Dicen que el que mal comienza, mal acaba y, para ser sinceros, la cosa no venÃa bien desde el mismo ascenso, por el famoso tema de las recaudaciones en los partidos importantes, cuando todo el mundo veÃa el âEmilio Fabrizziâ lleno y los dirigentes decÃan que sólo juntaban monedas.
Sin embargo, el presidente prometió cambiar, manifestando que desde ese momento todo serÃa distinto, hasta se animó a anunciar que en poco tiempo regularizarÃa la situación institucional del club, llamando a elecciones. Nada de eso pasó, todo lo contrario. Colque se aferró más y más a su sillón y se hizo dueño del club en el que fue tomando decisiones que convirtieron la institución en un campo de batalla. El primer paso de Zapla por el Argentino no fue bueno, ya que perdió en el escritorio el punto que habÃa sumado en su cancha ante Talleres de Perico, por la indebida inclusión del jugador Diego Sueldo. En ese momento comenzaron las mentiras, âel Consejo Federal nos dará la razón a nosotros y el jugador está bien incluidoâ, repetÃan Osvaldo Soruco y Colque, quienes se molestaban con la prensa porque manejaba otra información. La decisión del ente de AFA fue determinante; no sólo le quitó el punto a Zapla, sino que le dio el partido ganado a Talleres.
Una vergüenza que un club pierda puntos porque no lleva en cuenta las amarillas de sus propios jugadores y que a pesar del error sigan manteniendo que el Consejo no actuó bien, queriendo ellos imponer sus propias reglas. Pero eso no fue nada a lo que después le tocarÃa pasar a Zapla. Los partidos siguieron su marcha, los jugadores y cuerpo técnico encabezado por Ricardo Roldán, continuaron su trabajo sin resultados positivos y sin el reconocimiento económico que todo trabajador debe tener. Ese fue el problema número dos, la falta de pago a chicos que desde hace tres meses venÃan entrenando en el club, incluso algunos de otras provincias que no tenÃan ni siquiera para una lata de picadillo.
Los jugadores tomaron la decisión de no entrenar, se mantuvieron firmes por unos dÃas, hasta que por pedido del técnico y de algunos hinchas que volvieron a sacar plata del bolsillo, decidieron jugar el clásico ante Gimnasia y Tiro de Salta, viajando el domingo al mediodÃa cuando el partido se jugaba a las 4 de la tarde. Es lógico que ese encuentro también lo perdieron, pero dejando todo en la cancha, a pesar de los obstáculos en el camino que ponÃan los dirigentes que no daban el brazo a torcer, aduciendo que no tenÃan dinero. Ni siquiera los sponsors querÃan aparecerse por el club, primero porque su nombre estaba en boca de todos y segundo porque según ellos ya habÃan depositado la cuota del mes a los dirigentes. Papelón, verdadero papelón, vivÃa en ese momento Zapla, más cuando los jugadores volvÃan de Salta con la derrota a cuesta y escuchaban por la radio que Colque echaba al técnico Roldán por haber apoyado a los jugadores Vallejos, Carrasco y Anachuri, sindicados como los generadores del reclamo. Ese fue el paso que Colque no tuvo que haber dado nunca, porque ahà estalló todo, en ese momento Zapla volvió a convertirse en un verdadero âhornoâ. El plantel llegó a Jujuy decidido a no entrenar y asà lo hizo, exigiendo que vuelvan el técnico, sus compañeros y que se les pague la deuda. La batalla duró cuatro dÃas, el plantel entrenaba por su cuenta en otra cancha, los socios le ponÃan candado al club para que no ingrese Colque, quien habÃa designado a Angel Cerdán como nuevo DT del equipo. La policÃa tenÃa que actuar, levantando los cortes de ruta de los socios y trasladando a Dante Colque en patrullero para resguardar al dirigente, quien seguÃa manteniendo que a él no lo iban a presionar y que se mantenÃa en sus funciones, manifestando una y otra vez, que es el único que puede llamar a Asamblea para normalizar el club, por decisión del juez Daniel Alsina, quien hace tiempo impuso una medida de no innovar.
Una verdadera novela la que se vivió las últimas semanas en Palpalá, con picos de ratings en los programas deportivos más escuchados. Con jugadores firmes por un lado y Colque bancado por representantes de un sector no oficialista de Palpalá, por el otro, la situación no daba para más, se acercaba el fin de semana y Zapla tenÃa que volver a jugar. El viernes a la noche, cuando ya no quedaba tiempo para nada, Colque renunció por decisión propia o porque le soltaron la mano, pero renunció de manera indeclinable, lo que motivó el festejo de socios y de hinchas quienes se habÃan convocado en el club ante ésta situación.
Los socios más reconocidos decidieron formar una comisión y hacerse cargo de la institución desde ese fin de semana, preparando todo para el partido que debÃan jugar en su cancha. Ricardo Oviedo, fue surgiendo como lÃder entre los socios para encabezar la comisión, todavÃa no reconocida por FiscalÃa de Estado, organismo que deberÃa acelerar mucho más los procesos de varias instituciones que se encuentran en la situación de Zapla.
En realidad lo que ocurrió en Zapla fue motivado por los socios, porque la prensa pregunta qué pasa en tal institución como es el caso del Club Gorriti, que desde enero no convoca a elecciones, o el caso de Cuyaya, club que también atraviesa problemas institucionales. No hay control, entonces los clubes o las instituciones, asociaciones o federaciones, hacen lo que quieren, inventan sus propias reglas, se hacen dueños del club del barrio que los vio nacer y no se van ni siquiera porque se los pida el mismo gobernador. Hoy Zapla sigue vivo, pero los problemas económicos continúan, más con la salida de Colque, quien no presentó si quiera una rendición de cuentasen un papel de almacén. Nadie sabe qué pasó con el dinero de las anteriores recaudaciones o la plata de los sponsors. Nadie se explica por qué el club tiene tantas deudas, según los socios hay ingresos de otras disciplinas deportivas y del gobierno con la publicidad del âViva Jujuyâ y con el pago del alquiler por la utilización del predio en el que funciona el profesorado Scalabrini Ortiz. Los socios, quienes se llevaron la grata sorpresa cuando los acreedores se presentaron el domingo a la cancha, deben buscar una solución urgente para el club de sus amores. ¿Los jugadores?, siguen como pueden y después de ese partido de local que tampoco ganaron ante Famaillá de Tucumán, lograron cobrar algo, pero el reparto es mÃnimo, dolor de cabeza para los que vienen de afuera y tuvieron que ser alojados por hinchas y socios en sus casas.
La situación no da para más ni en lo dirigencial ni en lo futbolÃstico, porque también el plantel debe hacerse cargo de lo que pasa dentro de la cancha, sólo llevan un partido ganado y otro empatado. En cuanto a lo institucional, el ex presidente Dante Colque deberá presentar todos los balances, desde que se hizo cargo hasta que dejó el club y los que vienen, acelerar los tiempos burocráticos en FiscalÃa de Estado para llamar cuanto antes a elecciones. La Liga Jujeña de Fútbol, por medio de la experiencia de Hugo Manzur, también deberÃa tomar cartas en el asunto y asesorar a los socios que luego podrÃan convertirse en los nuevos dirigentes. De hecho en el último partido que Zapla jugó de local, Manzur estuvo presente en Palpalá, ¿habrá sido para darle una mano a los nuevos o para reclamar deudas?, palabra ésta que en el âmerengueâ no quieren ni escuchar.              Â
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