Es llamativa la orientación del esfuerzo publicitario que efectúa la Unión CÃvica Radical para no competir con el Frente de la Victoria por las elecciones de octubre, ante el 25 por ciento de diferencia en menos que le dan las encuestas, diferencia que se potencia aún más si el candidato a gobernador del FPV es Eduardo Fellner.
Tal abrumadora distancia con el Justicialismo ha provocado por lo menos tres decisiones en el partido de Alem de Jujuy:
1).- Como Gerardo Morales no soportarÃa una derrota personal más ante el peronismo, ha descartado la gobernación (como lo hicieron en la presidencial Macri y Pino Solanas quienes se bajaron a jefes de gobierno en Capital Federal); en consecuencia decidió presentarse como candidato a senador para asegurar su cómoda situación de amigable polÃtico opositor. En cuanto al candidato a gobernador de la UCR, prácticamente es descartable, tal cual lo habrÃa reconocido, con mucho sentido común, GarcÃa Goyena mismo.
2) Lo notable es que los radicales decidieron poner como enemigo, no al PJ, sino a las organizaciones sociales en general y a Milagro Sala en particular âque no compiten como partido polÃticoâ¦!!!-, aprovechando las molestias que causan las manifestaciones en el micro centro y teniendo en cuenta que tales molestias se producen, mayormente, en un electorado afin a la UCR.
3) Sindicando a Milagro Sala, como la principal enemiga, la UCR intenta impedir, además, el éxodo de votantes que ven a la presidente Cristina Fernandez de Kirchner como segura garantÃa de la buena situación socio-ecónomica que se percibe en los bolsillos, teniendo en cuenta que la Organización Barrial Tupac Amaru es una firme aliada del gobierno nacional.
Pero tal estrategia es de corto alcance y me parece que corre hacia el fracaso ya que el electorado en cuestión no es un sujeto pasivo de la propaganda radical sino que, con particular sentido de realidad, esta percibiendo la maniobra publicitaria de la UCR como una actitud no tan cierta en su contenido y, por otra parte, derrotista ante el FPV y el modelo nacional y popular instalado por los Kirchner.
Es que un gran sector de la sociedad jujeña va reconociendo, poco a poco, el esfuerzo de la Tupac Amaru y de las organizaciones sociales por instalar en la provincia una nueva cultura del trabajo. En otras palabras, esta constatando que ese esfuerzo ha significado 5 o 6 fábricas que se levantaron, miles de viviendas que se construyeron, colegios primarios y secundarios que ofrecen contención y capacitación a los excluÃdos del sistema educativo, un sistema de salud gratuito y de recreación para los que menos tienen, etc.
Por otra parte, el resultado del trabajo de las organizaciones ha sido fruto de una lucha social en la vÃa pública con las consecuencias conocidas. Pero los jujeños van comprendiendo que las molestias ocasionales que causan las manifestaciones se traducen, también, en un aporte sin precedentes a la obra pública de la provincia; se traducen en un modelo de contención social, en la reducción del desempleo y el crecimiento de la seguridad ciudadana, además de la dignificación del trabajador, antes desocupado.
Todo ello sin contar la movilización de recursos que se produce mensualmente en el mercado interno local.
De tal forma, la estrategia publicitaria de la UCR demonizando las organizaciones sociales, aparece para algunos observadores como fallida y, para otros, como el temor de atacar a su principal rival polÃtico: el peronismo, que se encuentra listo para poner en acción su poderosa maquinaria electoral aplastando el menguado crédito que los radicales todavÃa mantienen en Jujuy.
âSi no podemos ganar las elecciones -parecen decir los correligionarios- intentemos por lo menos destruir a las organizaciones que aparecen más vulnerables ante la mirada de la sociedad. Mientras tanto, sigamos con nuestra quintita opositora y el manejo de los dineros que tenemos asegurados desde el oficialismoâ¦â
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