A pesar de la frustración que significó no ascender a primera ni jugar promoción, el hincha de Gimnasia de Jujuy despidió al técnico con respeto y aplausos, al final del Campeonato. No fue tan catastrófico para los simpatizantes que Gimnasia no haya cumplido con el objetivo propuesto, subir a primera división.
      A principio de año, dirigentes, cuerpo técnico y jugadores reconocieron que éste era el año para ascender y que apuntarían todo al ascenso. Sin embargo, la campaña no cumplió con las expectativas generadas, aunque estuvo cerca de quedarse con el cuarto lugar que bien aprovechó Belgrano de Córdoba. Por lo menos la promoción significaba para el plantel tener expectativas de ascenso, pero a la hora de la verdad el equipo no respondió, no tuvo recambio y tampoco demostró que los planteos de cada partido eran buscar protagonismo en el área rival. Raro en los planteos de Francisco Ferraro, la especulación estuvo presente en varios partidos y así le fue, incluso cuando tenía todo para ganar.
      A pesar de los empates y las derrotas, pasaban los partidos y el equipo seguía vivo para buscar la promoción, pero no se pudo. Los últimos encuentros fueron claves para seguir pensando en la B Nacional, jugadores suspendidos, expulsiones infantiles y varios lesionados, dejaron a Pancho sin variantes. Faltando seis fechas para el cierre del torneo, Gimnasia peleaba por una promoción, el gran triunfo ante Almirante Brown le permitía soñar con una victoria en San Juan, la que conseguía ganando el partido, pero la falta de ideas, hizo que los sanjuaninos reviertan el resultado ganando 2 a 1, en un encuentro emotivo para ellos quienes en todo momento tuvieron bien en claro el objetivo, jugar una promoción para el ascenso. Gimnasia se fue quedando, sin embargo los resultados lo seguían acompañando; era el turno de recibir a Belgrano en casa, pero otra vez el planteo mezquino no favoreció a los lobos. El empate ante el celeste, con la complicidad de los propios jugadores locales y el árbitro Pablo Díaz, dejó al equipo jujeño casi sin chance de pelear por algo. Las distracciones seguían y la falta de contundencia también, a pesar de la garra y los goles de Darío Benedetto, que en todos los partidos fue el mejor de Gimnasia. Pero otra vez el torneo le daría al Lobo la oportunidad de pelear afuera lo que no había conseguido en casa, San Martín de Tucumán esperaba por salvarse de la promoción y el jujeño por recuperar los puntos que habían dejado ante los cordobeses, pero el amor propio de los jugadores de Gimnasia no apareció, y aunque parezca mentira, el partido tampoco fue planteado de la manera más ofensiva posible. Otra derrota sumaba Gimnasia y ahí sí los jugadores se dieron cuenta de que estaba difícil llegar, salvo Benedetto quien seguía inflando la red, pero evidentemente con él sólo no alcanzó. Hasta que llegó la última oportunidad, Rosario Central llegó a Jujuy para jugarse la vida ante el Lobo, pero ninguno de los dos aprovecharon los otros resultados a favor y se quedaron sin nada. Ganaba el Lobo 2 a 0 en un partido con gran protagonismo de los jujeños, hasta que a los disfrazados de hinchas se les ocurrió pelearse entre ellos fuera del estadio, provocando el accionar de los efectivos policiales, quienes reprimieron con gases, que llegaron al campo de juego y el árbitro suspendió el partido en el mejor momento del Lobo. El aire fresco permitió a los rosarinos no sólo empatar el encuentro, sino también ponerse en ventaja, hasta que apareció Super Benedetto, que, contracturado, marcó el empate del honor, porque el resultado determinaba que Gimnasia ya no peleaba por nada.
      Decepción, impotencia, abuso, violencia, son las palabras que utilizamos todos para definir ese momento del Lobo. Muchas cosas se juntaron para que esa tarde sea una de las más tristes de la campaña, que no fue mala, pero tampoco cumplió con el objetivo. Los partidos finales ante el campeón Rafaela que le hizo seis, para festejar el ascenso completo y el triunfo ante la CAI de Comodoro Rivadavia, sólo sirvieron para las estadísticas que marcaron también la despedida del entrenador Francisco Ferraro, quien se fue por la puerta grande, a pesar de los errores cometidos en gran parte del campeonato. Ferraro está en el sentimiento del hincha y de eso no hay dudas, otro técnico se hubiese ido de otra forma y a lo mejor antes, pero Pancho soportó la presión, porque justamente él fue uno de los técnicos que ascendió al Lobo en una oportunidad y eso no se lo olvida nadie.
      Las críticas, los insultos y los cantitos de la hinchada se hicieron a un costado, cuando fue el momento del balance final. Todo un nombre tapaba la realidad que decía que Gimnasia no había cumplido con el objetivo, sin embargo la despedida no fue por los tirantes, sino por la puerta grande del club, que, a través de sus dirigentes, recurrió a él en varias oportunidades y ésta no podía ser la excepción para cubrir la frustración del ascenso.
      Emotiva fue su despedida, porque Ferraro no sólo se fue de Gimnasia, sino también decidió colgar el buzo de D.T. en Jujuy. Todo un regalo para los jujeños, que sabemos que es una especie de sana- sana, que no deja de ponernos orgullosos, porque Pancho decidió retirarse en el Lobo Jujeño. Lo que tiene que quedar claro es que Gimnasia, que terminó el torneo con 54 puntos, ocupando la quinta posición, no cumplió el objetivo fijado, aunque la campaña no deja de ser pasable y suma para el promedio de los torneos que vienen, pero ésa no era la meta. La dirigencia también es en parte responsable de la decepción. En su momento los dirigentes de Gimnasia, encabezados por Raúl Ulloa, los mismos que integran el Comité Organizador de la Copa América, descuidaron el torneo por el evento internacional que tendrá dos partidos en el 23 de Agosto.
      Aunque quieran negarlo el cortocircuito entre dirigentes y jugadores existió y los reclamos de los integrantes del plantel se hicieron escuchar en los medios por la falta de campos de entrenamientos en momentos claves en los que Gimnasia todavía peleaba por el campeonato. Para colmo en ese momento llegaron las lesiones por el mal estado de la cancha en la que se entrenaba, caso Pipo Desvaux, quien no tuvo ningún problema en dar su opinión a través de los medios. Después se sumaron los otros muchachos, quienes también reclamaban un involuntario descuido de los dirigentes en el pago de sueldos. La cosa terminó de estallar y esos hechos tampoco ayudaron a que Gimnasia pudiera ascender a primera o buscar una promoción, a tal punto que los jugadores pensaron que era más importante la Copa América que el ascenso.
      La historia terminó con la salida de Francisco Ferraro, quien se merecía a pesar de todo una emotiva despedida, por buena persona, por su amor al equipo y a Jujuy y por el respeto que en todo momento el entrenador inculcó. Queda todavía el sabor amargo del objetivo no alcanzado, pero como siempre remarco, mientras una institución esté vigente, el fútbol dará revancha.

¿Llegará el Salvador?
      Ante la salida de Francisco Ferraro, la dirigencia de Gimnasia de Jujuy, trabaja en su reemplazante. Picó en punta Salvador Ragusa, técnico que dirigió al equipo en el ascenso a la B Nacional en la década del ‘90 y que viene de lograr que Gimnasia y Tiro de Salta suba al Argentino A. También sonó muy fuerte el ex jugador del Lobo, Marcelo Herrera, quien de una vez por todas quiere ser tenido en cuenta en serio por los dirigentes jujeños. Otros de los nombres que se sumaron a la lista fueron Julio César Toresani, Alfredo Riggio, Gabriel Ramón, Gustavo Coleoni y Alfredo Casini. Las conversaciones siguen no sólo con el técnico, sino también con los jugadores. Se sabe de la salida de Marclay, Bangardino, Gullota, Zunino, Torres, Gil, Balvorín, Machado, Lorefice y otros más que no seguirán en el plantel. Es intención de la Comisión Directiva reducir el presupuesto para el próximo campeonato y que el técnico que venga refuerce el plantel con jugadores con hambre de gloria y no tan conocidos. Se quedarían en Gimnasia Cavallotti, Ramasco, Pomba, Milan, Iuvale, Romero, Di Vanni, Desvaux, Carretero, Yedro, Luna, Pajón, Benedetto, aunque los dos últimos tienen jugosas ofertas de clubes de primera y de la misma categoría como Rosario Central.          
      Como siempre a esta altura del año, la incertidumbre es común denominador en los pasillos del club que representa a la provincia en la segunda categoría del fútbol argentino.