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Hotel Gregorio
Finca La Colorada

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Lorena López Steinmetz/Ma. Soledad Arroyo

El arte y el tratamiento de la sicosis

De una obra de arte nace un pintor,
de una melodía un músico,
de un escenario un actor,
de una metáfora un cantante, poeta o escritor....
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A modo de introducción… 
      Suele resultar tema de interés qué tiene para decir o interpretar la psicología acerca de los dibujos. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que los psicólogos no interpretan cualquier dibujo ni en cualquier contexto.
      A propósito de ello, dentro del amplio campo de la Psicología como ciencia, existe una sub-especialidad dentro de esta disciplina, la cual es reconocida y denominada como Psicodiangóstico. Esta sub-especialidad que constituye el Psicodiagnóstico cuenta con Instituciones, Entidades y Agrupaciones cuya misión es – entre otras – velar por el correcto y ético desempeño de la praxis profesional de los psicólogos en este ámbito. El Psicodiagnóstico requiere para su práctica no sólo la formación profesional y académica a nivel epistémico, sino que también requiere para su administración (aplicación) de la observancia por parte del profesional de determinadas pautas, normas éticas, encuadres específicos, etc. todo lo cual se encuentra explícitamente establecido y regulado por parte de las Instituciones pertinentes (ADEIP, 2000 (a), 2000 (b)).

      Retomando el interrogante acerca de los dibujos y la psicología, cabe aclarar que el Psicodiangóstico, si bien se sirve de gráficos de pacientes, lo hace mediante la administración de diferentes tests, entre los que interesa hacer mención a los denominados tests proyectivos gráficos. Éstos están estandarizados tanto en su consigna, en su modo general de administración, así como en los modos de ser interpretados a través del análisis de recurrencias y convergencias de indicadores psicopatológicos en técnicas proyectivas. También cabe aclarar que un solo test administrado, por sí mismo, no es útil a los fines del psicodiagnóstico, ya que más allá de ello se requiere del profesional la selección de una batería de tests a administrar, la cual será planificada en función de las particularidades de cada caso. Además, en toda batería de test se deberá incluir la entrevista psicológica, ya que esta es una herramienta ineludible a los fines de poder realizar el correcto análisis de los tests administrados. Entonces, los tests psicológicos constituyen una herramienta para poder estimar diagnósticos, pero que además requieren de entrevistas psicológicas, ya que no solamente a partir de los indicadores gráficos aislados que se puedan obtener de un test se establecerá una conclusión diagnóstica.
      Así las cosas, es de destacar que en el campo de la psicología, el uso predominante de gráficos viene teniendo la función de aportar elementos diagnósticos, pero no así, terapéuticos.
      Ahora bien, si recorremos la historia, encontramos que uno de los antecedentes acerca del origen de las técnicas proyectivas se remonta a la evaluación del talento artístico, durante el Renacimiento de la mano de Boticelli y da Vinci, quienes recurrieron por primera vez a un material inestructurado para evaluar la capacidad imaginativa, a fin de seleccionar quienes serían los alumnos de su taller.
      En el año 1921, Rorschach por su parte, con sus manchas de tinta, evaluó diferentes grupos de pacientes, a los fines de seleccionar las manchas de tinta que se constituyeron en el Test de Rorschach, al haber demostrado su fiabilidad y validez para detectar, de manera diferencial, indicadores psicopatológicos.
Puede notarse entonces, que la pintura hace su aparición ya en aquellas épocas pero, más allá de su uso diagnóstico en psicología, ¿qué más podemos decir acerca de ella?...

 

Pincelando…
      Todas las manifestaciones artísticas en sus diversas expresiones: pintura, música, teatro, literatura constituyen modos de sublimación. Freud (1915) manifiesta que la sublimación es uno de los cinco destinos posibles de la pulsión. La pulsión, definida desde la teoría freudiana, es la agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intrasomática en continuo fluir, y con ello, constituye uno de los conceptos de deslinde de lo anímico respecto de lo corporal. Así, mediante la sublimación, la pulsión sexual, cuya meta es siempre la satisfacción, es pasible de orientarse hacia un objeto social o culturalmente aceptado. Es decir que el objeto de la pulsión es aquello en o por lo cual la pulsión puede alcanzar su meta, la cual como ya se mencionó, es siempre la satisfacción. Y la satisfacción sólo puede alcanzarse cancelando el estado de estimulación en la fuente de la pulsión. Siendo que por fuente de la pulsión debe entenderse aquel proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo, cuyo estímulo es representado en la vida anímica por la pulsión. Asimismo, cabe mencionar que toda pulsión es un fragmento de actividad – no existiendo entonces pulsiones pasivas –, el carácter esforzante es una propiedad universal de las pulsiones y, aun, es su esencia misma. De este modo, por esfuerzo de una pulsión se entiende su factor motor, la suma de fuerza o la medida de la exigencia de trabajo que ella representa.
      Desde otro contexto teórico, en algunos países occidentales como EEUU, Inglaterra y España, se aplica la llamada Arteterapia, sea en Escuelas, Hospitales Generales u Hospitales Psiquiátricos. En Argentina, por ejemplo en la Ciudad de Buenos Aires, en el “Hospital Psicoasistencial José T. Borda” se implementaron dispositivos de Talleres Plásticos para los pacientes que reciben asistencia allí. En la provincia de Jujuy, en el Hospital Psiquiátrico “Dr. Néstor M. Sequeiros”, desde el año 2008, se viene realizando el Taller denominado “Expresionarte”, a cargo de la Licenciada Mariana Villafañe (Psicóloga Residente de la Residencia de Psicología Clínica y Comunitaria de la mencionada Institución).
      En el marco del Plan de Estudios vigente para la Carrera de Licenciatura en Psicología de la Universidad Católica de Santiago del Estero, Departamento Académico San Salvador (UCSE-DASS), se realizan las así denominadas “Prácticas Menores”, a partir de las cuales tuve oportunidad de insertarme en la Institución asistencial monovalente local antes mencionada, y pude entonces vivenciar lo que supone el Taller “Expresionarte” en su práctica y en sus fundamentos. Es así como surgió el disparador para preguntarme: ¿Puede la expresión plástica, funcionar como un dispositivo terapéutico posible y complementario al tratamiento individual de pacientes psicóticos?
      Ese interrogante es el que actualmente guía el foco de mis investigaciones para la realización de mi Trabajo Final de Licenciatura en Psicología en UCSE-DASS. La Licenciada L. Cecilia López Steinmetz, quien actúa como Directora de dicho Trabajo Final, y quien fue artífice de la publicación del libro El lugar del analista en la clínica de la psicosis. Hacia un tratamiento posible (López Steinmetz, 2010), además de las diversas publicaciones a lo largo de su desempeño profesional, a través de ese escrito realiza un recorrido por los principales desarrollos sobre la psicosis, apuntando hacia el desarrollo de un tratamiento posible de la psicosis, y ejemplificando dichos desarrollos a través de un caso clínico extraído de su propia práctica profesional.
      Por mi parte, son dos los principales virajes a los que apunto lograr con la realización de mi Trabajo Final de Licenciatura. El primero de ellos se relaciona con el tratamiento de la psicosis: donde el dispositivo individual pueda verse enriquecido con aquellos aportes que desde el dispositivo expresivo-plástico pueden brindarse. Y el segundo de ellos, es el de poder proponer (y concretar) que estos dispositivos se realicen fuera de las Instituciones Psiquiátricas, apostando a que se puede coordinar el modo mediante el cual, los pacientes hospitalizados, puedan asistir a dichos dispositivos, por ejemplo en sus permisos de salidas de la internación.
      A partir de la experiencia de participar en “Expresionarte”, y al estar en contacto con los pacientes, pude observar cómo la expresión plástica actúa como disparador para que los sujetos psicóticos verbalicen. Siendo esta una de las razones que convierten a este dispositivo como un viable complemento al tratamiento individual de los pacientes.
      Si bien el hecho mismo de plasmar una pintura en un lienzo o en un papel no curará la enfermedad – y en este punto cabe preguntarse si ¿el tratamiento psicofarmacológico y/o psicoterapéutico y/o psicoeducativo por sí mismos acaso logran curar la enfermedad? –, sin embargo, es a través de las producciones logradas por medio de la expresión plástica, es decir, a través del trabajo de la psicosis, que algunos pacientes logran realizar un tratamiento de lo Real. Siguiendo a Soler (1991), puede afirmarse que ese trabajo de la psicosis suele ser efectivo para alcanzar una estabilización, sea en casos en que se realice un tratamiento de lo real por lo simbólico, el cual sigue las sendas de algunas sublimaciones creacionistas. O bien en los casos en que se recurra a “…otros tipos de soluciones que no recurren a lo simbólico sino que proceden a una operación real sobre lo real del goce no apresado en las redes del lenguaje. Así sucede con la obra – pictórica, por ejemplo – que no se sirve del verbo sino que da a luz, ex nihilo, un objeto nuevo, sin precedentes […], en el que se deposita un goce que de este modo se transforma hasta volverse “estético”, como se dice, mientras que el objeto producido se impone como real” (Ibíd. p. 18). Es decir, estas son las producciones del arte que alcanzan un bien-inventar. Ese trabajo de la psicosis tendiente a la estabilización, es una de las razones que convierten a la expresión plástica en un complemento de los tratamientos clásicos.


      Es así que el adentrarse en este taller plástico, el observar las experiencias que allí se viven, las interacciones que allí se desarrollan y todo aquello que se juega en ese espacio, brinda una respuesta, que como tal, implicaría el apostar a incluir una actividad que les permita a estos sujetos salir de la mecánica rutina de la institucionalización, y trazar un desafío allí donde el diagnóstico y el pronóstico de la ciencia afirma una capitulación, al concluir en una enfermedad de por vida.
      â€œExpresionarte” es una apuesta, un desafío a un querer y poder hacer con pacientes que no por tener patologías severas, deben ser confinados a que lo que se pueda lograr con/para ellos se agote en una internación y en muchos casos en una cronificación dentro de Instituciones Totales (Goffman 1992). “Expresionarte” es ir más allá de esto, teniendo siempre presente que son seres humanos, personas, sujetos, lo cual traza un horizonte que va mucho más allá de los calificativos (o des-calificativos) que la sociedad suele atribuirles, y que va más allá de una semiología exhaustiva que pretende encuadrar a esas subjetividades en clasificaciones de categorías diagnósticas universales.
      Propiciar a estos pacientes – a los cuales la sociedad califica de “locos”, “peligrosos” o “inadaptados” – un espacio que les posibilite el desarrollo de la expresión que le pertenece a todo ser humano, más allá de su padecimiento, más allá de los significados que puedan tener sus creaciones, es una herramienta o un recurso que suma a la hora de intentar brindar otra salida en este tránsito por una enfermedad que tiende a la cronificación.
      Más allá de la tautología inútil de las preguntas que interrogan sobre si el arte potencia la locura o si la locura potencia el arte, de lo que se trata es entonces, de apostar a un desafío que implique mirar un mundo interior particular impreso a través de un pincel.
      Para lograr ello, la modalidad de encuadre no es una sola, sino que ésta siempre estará en función de cada subjetividad o, dicho de otro modo, de las características de cada persona, y donde nuestro rol nos requerirá ser estrategas para poder operar con aquellos elementos que nos ofrece el campo y con ese sujeto que configura ese campo, apelando entonces también nosotros a nuestra creatividad para poder maniobrar.
      Es así como esta investigación pretende ir más allá… ya que discutiendo inquietudes e intereses con la Coordinadora de “Expresionarte”, Licenciada Mariana Villafañe, con el Profesor de Artes en Teatro, Marcelo Tejada y con las Licenciadas en Psicología Soledad Nicodemo y Luciana Massaccessi, mientras pintábamos el mural junto a los pacientes en el Hospital Psiquiátrico “Dr. Néstor M. Sequeiros”, decidimos constituirnos como grupo al que llamamos “Cadabra”. El objetivo de “Cadabra” es bogar por la salud mental mediante la inserción en diversos ámbitos y zonas, motorizados por el deseo de conjugar arte y psicología.
(Seleccionado para formar parte del programa científico de Interpsiquis 2012, por  El Comité Organizador del 13º Congreso Virtual de Psiquiatría y Neurociencias.)

 

 

*Psicóloga. M.P. 271 (Jujuy). Psicología Clínica y Comunitaria. Contacto: steinramirez@hotmail.com
- Docente Universitaria de Planta Permanente, Responsable de Cátedras. Licenciatura en Psicología. Universidad Católica de Santiago del Estero, Departamento Académico San Salvador (UCSE-DASS). Investigadora Miembro del "Gabinete de Investigación en Psicología y Educación" (GIPE). Área de Investigación y Desarrollo Científico (UCSE-DASS).
- Investigadora Becaria. Área: Clínica. Becas de Investigación "Ramón Carrillo - Arturo Oñativia". Comisión Nacional Salud Investiga. Ministerio de Salud de la Nación. Presidencia de la Nación.
-Sanatorio Quintar, Edificio Nuevo. S. S. de Jujuy.
- Nefronoa s. a. Centro de Hemodiálisis. S. S. de Jujuy.

* Contacto: masol20@hotmail.com
- Estudiante del quinto año de la Carrera de Licenciatura en Psicología. Universidad Católica de Santiago del Estero, Departamento Académico San Salvador (UCSE-DASS).
- Miembro de “Cadabra”.

Referencias bibliográficas:
a) Asociación Argentina de Estudio e Investigación en Psicodiagnóstico (ADEIP) (2000): Código de Ética del Psicodiagnosticador. Rosario: Impresiones Buffagni.
b) Asociación Argentina de Estudio e Investigación en Psicodiagnóstico (ADEIP) (2000): Pautas Internacionales Para el Uso de los Tests - Versión Argentina.
Adaptado de Moreland. K.L., Eyle L.D., Robertson, G.J., Primoff, E.S. y Most, R.B. (1995): “Assessment of test user qualifications. American Psychologist”. 5, 14-23. Rosario: Autor.
Freud, S. (1915): “Pulsiones y destinos de pulsión.” En Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu.
Goffman, E. (1992): “Sobre las características de las instituciones totales: Introducción” (Puntos I, II y III). En Goffman, E.: Internados. Buenos Aires: Amorrortu.
López Steinmetz, L. C. (2010): El lugar del analista en la Clínica de la Psicosis. Hacia un tratamiento posible. Buenos Aires: Ed. Letra Viva.
Soler, C. (1991): Estudios sobre las psicosis. Buenos Aires: Manantial.






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