Otra vez sufrimientos, desilusiones, manos en la cabeza, impotencia, caras largas y frustraciones. Sentimientos y gestos que coparon las pantallas de millones de televisores, testigos de una final más sin Argentina como protagonista. Una vez más tuvimos que mirar el último partido con otros equipos por televisión. En una de las tantas desilusiones que acumula la selección argentina en los últimos años, los dirigidos por Sergio Batista quedaron fuera de esta Copa América frente a Uruguay, que lo derrotó por penales.
      El equipo que casi pierde en el debut, terminó empatando con Bolivia, luego con Colombia y al final ganándole a Costa Rica por goleada. Pero cuando llegó el momento de la eliminación y la clasificación a las semifinales, Argentina se quedó en el camino ante los uruguayos, los nuevos lÃderes del fútbol sudamericano. No fue malo el encuentro de los dirigidos por Sergio Batista ante los charrúas, pero los muchachos argentinos fueron ingenuos en defensa, improductivos en ataque y dejaron en evidencia una preocupante falta de actitud, esa que parece sobrarles a otros equipos y que hace un tiempo extrañamos. Las culpas y las responsabilidades aparecen una vez que el resultado deportivo no es positivo. Las crÃticas apuntan a la cabeza del presidente de AFA, Julio Grondona, aunque el fútbol volvió a dejar en claro que es un deporte colectivo y no individual. Una vez más quedó en evidencia que lo más importante que tiene el fútbol es el corazón, la actitud y el espÃritu de equipo y es por eso que los apasionados hinchas no se olvidan de quienes manejan el fútbol argentino, él que desde hace 18 años no obtiene un tÃtulo. Atrás quedaron los logros de las selecciones del â78 y el â86, también el sub campeonato del â90 a pesar y las decorosas eliminatorias de las selecciones de Passarella, Basile y Bielsa, aunque después en los mundiales no nos haya ido tan bien. Muy lejos quedaron esos exitosos equipos, que apostaban a poner todo en la cancha, cuando a veces no aparecÃa el fútbol.
      Tampoco hay alguien que se encargue de la selección de talentos en las divisiones menores, como antes lo hicieron Pekerman, Tocalli o Ferraro, técnicos que marcaron una época y fueron los padres de las generaciones que hoy brillan en la selección mayor.  En el último partido de la selección en la Copa, Uruguay, que tiene ese âcorazónâ que le faltó a Argentina, no jugó bien, pero apostó a su férrea defensa, a transformar cada pelota parada en situación de riesgo y a la inteligencia de sus dos delanteros Suárez y Forlán. A la postre ese partido le sirvió a Uruguay para tomar envión hacia la final, primero eliminando a Perú y luego a Paraguay, equipo al que avasalló con absoluta superioridad en la mismÃsima final. El torneo evidenció que el nivel de Argentina fue regular. Messi jugó solo y nadie se acercó para acompañarlo, que más le vamos a pedir al mejor jugador del mundo al que no sabemos aprovechar, sea el técnico que sea y juegue contra quien juegue. Siempre se apostó a lo individual por sobre lo colectivo y nunca Batista tuvo la lectura de juego acertada como para intentar hacer valer la supremacÃa de figuras internacionales que triunfan en el mundo. Los flojos rendimientos de Burdisso, Milito, Zanetti, Tévez, Cambiasso, Banegas y Mascherano, entre otros, no provocaron ningún cambio en el entrenador que siguió dejándolos en la cancha, a pesar de la apatÃa futbolÃstica que demostraban. Esta vez Lionel Messi jugó solo, nadie lo acompañó, nadie lo ayudó, nadie sacó la cara por él, clara muestra de que falla lo colectivo, de que no hay equipo. Y en esto no sólo falló Batista, sino también Maradona en el Mundial, aunque por lo menos los que estuvieron en Sudáfrica, dejaron el alma en la cancha. Fue visto por todos que el técnico nunca hizo ensamblar las figuras para transformarlas en un conjunto y ese viene siendo el mayor déficit de los últimos tiempos. Aunque si nos preguntamos porque en siete años, la Selección Nacional tuvo seis técnicos, la responsabilidad no es sólo del Checho, un entrenador que arrancó mal, con la convocatoria de Carlos Tévez, quien le terminó dando de su propia medicina, desgano y obligación para citarlo por parte de Batista, falta de juego y actitud a cargo de Tévez cuando salió a jugar.
      Argentina volvió a fracasar en un certamen tan importante y más siendo anfitriones, eso duele, como dolió el tÃtulo logrado por los uruguayos y que en las semifinales hayan participado equipos como Venezuela y Perú, sorpresas del torneo, demostrando que al fútbol se juega con las piernas, pero la táctica, la actitud y el corazón siempre deben estar presentes. Eso no faltó en los uruguayos, paraguayos, peruanos y venezolanos, dueños de actitudes que los llevaron a las instancias definitivas. Argentina fracasó una vez más porque desde la designación del entrenador para reemplazar a Maradona se improvisó, creyendo que teniendo los mejores del mundo, cualquiera puede dirigir y asà nos fue.
      Eliminados una vez más y después de la frustración de los penales, tampoco hubo autocrÃtica por parte del D.T y ese fue el mayor motivo de la salida de Sergio Batista, el único que no consideró fracaso, quedar al margen de la final de la Copa que para colmo se jugó en casa. Algunos pueden considerar que es muy fácil echarle la culpa al técnico, pero las convocatorias las hacen ellos, quienes son los que eligen los integrantes de la lista, ésta vez integrada por varios jugadores en el mismo puesto, como los casos de Mascherano, Banega, Gago, Cambiasso, Biglia, quienes casi juegan juntos ante Bolivia, pero el técnico se dio cuenta que ya era mucho, tener todos estos volantes en el mismo lugar. O los casos de HiguaÃn, Tévez, Milito, Lavezzi, Messi, Agüero, que ante la desesperación ante Colombia, los puso a todos menos a Milito. Podemos encontrar miles de cuestionamientos y creernos dueños de la verdad, pero lamentablemente ésta nota coincide con los fracasos anteriores. No apostamos a un trabajo a largo plazo, nos importa sólo el resultado y queremos los éxitos ya, porque aseguramos que somos los mejores y antes del comienzo de cada torneo estamos para campeones. ¿ Pero alguien se pregunto si es que verdaderamente somos los mejores, o si el fútbol se equiparó tanto, que ya no importa tener tanta técnica y si más táctica y actitud. Analizamos alguna vez si verdaderamente el fútbol argentino ya no es parte de la elite del mundo?. Ahora quedará todo en manos de la dirigencia de AFA, que tiene como preferencia a Alejandro Sabella, quien en pocos dÃas se convertirÃa en el técnico de la selección, aunque el ex técnico campeón con Estudiantes en la Copa Libertadores, deberÃa rescindir su contrato con el fútbol árabe.
      Que cada uno asuma sus responsabilidades desde el lugar que sea, la revancha está a la vuelta de la esquina, ahora con un nuevo técnico para la selección, que como preferencia personal deseo que sea Carlos Bianchi, quien no comulga ni tiene contactos con dirigentes de AFA, pero que bien podrÃa bajarle el perfil a semejantes apellidos del fútbol mundial. Ni más ni menos el técnico indicado para trabajar con seriedad, sin declaraciones estruendosas y juntando ladrillo por ladrillo para terminar con la obra que hace mucho tiempo está parada. Ni más ni menos, tanto Sabella como Bianchi, son los técnicos que deberÃan ser elegidos para ordenar y reorganizar un proceso que se convierta en algo serio, responsable y con mucha humildad, esa que hace tiempo se extraña en el fútbol argentino.           Â
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