-Leer el diario
Está probado que no es conveniente, dado que se acaba rápido, entretiene poco y cuesta dinero, lo que a los cinco minutos produce una gran irritación por el malgasto hecho.
-Chusmear con algún vecino
Sin palabras.
-Mirar el televisor
Desde hace un tiempo el único programa que se suele ver es âMañanas informalesâ, sin volumen. Se ha dejado de lado la utilización de los canales nacionales de noticias, seguramente no colaboraban en el estado anÃmico de los pacientes. Una buena: no se utilizan los canales locales en sus propuestas matutinas.
-Mensajear
Esta práctica se puede tornar por momentos peligrosa, ya que se debe intentar hacerlo a escondidas del guardia, lo cual le pone un poco más de pimienta al momento. De todas maneras, está comprobado que los guardias de todos los bancos en algunos momentos de la mañana se hacen los âboludosâ, para utilizar el vocabulario especÃfico que conceptualiza su actitud.
-Masticar los propios problemas
Este tipo de acción rumiante no es aconsejable ya que el nivel de paciencia se encuentra ya muy bajo, y sumado a la automortificación produce un cóctel peligroso.
-Lectura de materiales varios (panfletos)
Una de las posibilidades más elegidas, ya que permite saber el estado de las relaciones entre el gobierno y APUAP, o entre Jenefes y la CTA.
-Respirar normalmente
Para evitar los efectos de la claustrofobia, es aconsejable llevar alguna clase de elemento que permita el movimiento del aire alrededor de la cara, produciendo ese efecto abanico.
-Escritura ocasional
Una manera de canalizar la furia contenida in media colae es tratar de escribir algún pensamiento de propia inventiva. Este trabajo fue ideado en la situación ya descripta.
Conclusiones
Teniendo en cuenta lo descripto hasta aquÃ, la potencia de los sentimientos que puede generar la realización de una cola en un banco (sobre todo ya sabemos en cuál) es importante que el esperante se prepare correctamente para su tarea, que definitivamente lo modificará para el resto de su vida. El paso del tiempo en ese cautiverio causa cambios a niveles insospechados, produciendo el efecto âviaje de idaâ, uno entra uno y sale otro muy distinto: con menos paciencia, más malhumor, más edad y menos tiempo de vida. Todo en la cola de un banco.
Nota al Lector: La utilización de todas o algunas de estas estrategias puede implicar que cuando finalmente el esperante llega a la caja no haya firmado el cheque que va a cobrar, ni tenga el DNI en mano, o las boletas y dinero para pagar, produciendo el consiguiente enojo de sus coesperantes.