Municipalidad de Jujuy Jujuy en L�nea Diario Jujuy
San Salvador de Jujuy - ARGENTINA /

Hotel Gregorio
Finca La Colorada

Hotel Gregorio

 

 

Martín Güemes

Pablo Latorre asesinado en Salta
el 29 de Diciembre de 1834

      Cuando el General en Jefe del Ejército de Vanguardia sobre el Alto Perú, Gobernador de la Intendencia de Salta, Coronel Mayor Martín Miguel de Güemes agonizaba en Las Higuerillas, el domingo 17 de junio de 1821, entre los inconsolables oficiales de su Estado Mayor que lo rodeaban junto a las milicias gauchas, había dos, formados en la experiencia original de la guerra gaucha, que no tenían la sospecha que el final que les esperaba sería el mismo que el de su querido y llorado Caudillo. Uno era salteño y el otro tucumano. Eran los Coroneles Pablo Latorre y Alejandro Heredia. Ambos pertenecían junto al Coronel Jorge Enrique Widt y el General José Ignacio Gorriti, al círculo más íntimo del gobernador salteño.
      Causalmente, como un eslabón más de los intereses heridos por el accionar popular e independentista de Güemes, ambos serían asesinados por los mismos protagonistas que complotaron y decretaron la muerte del Caudillo Gaucho. Los sectores sociales y económicos que se movieron para matar a Latorre, fueron los mismos que actuaron contra Heredia, y todos ellos con anterioridad estuvieron unidos para terminar con el proyecto Güemesiano de Libertad e Independencia. Los salteños de la Patria Nuevaestaban unidos con los jóvenes mayos tucumanos. Esta conspiración norteña hirió de muerte a la Patria Vieja, partido en el cual militaban Latorre y Heredia.

Su vida, su drama, su tiempo
      Pablo Latorre nació en Salta, en 1788, ingresado a la carrera militar en el Virreinato del Río de la Plata, tuvo su bautismo de fuego en las invasiones inglesas (1806 – 1807). Revistaba en el batallón de “Arribeños”, tal como muchos futuros Caudillos norteños. Luego de la Defensa y Reconquista de Buenos Aires, vuelve a la Intendencia de Salta del Tucumán (su tierra natal). Allí revista como Capitán de las Milicias Urbanas. Al desatarse el viento sur de la Revolución de Mayo, se enrola en la División Voluntaria de Caballería de Salta que comanda Güemes, cuerpo militar que es aprovisionado por las casas comerciales de Gurruchaga y Moldes. Acompaña el avance del Ejército Auxiliar del Alto Perú, combate victoriosamente. Desmovilizadas las tropas gauchas por los jefes porteños, ante el ímpetu y protagonismo revolucionario de las mismas, acompaña a Güemes en su retirada a Salta.
      En 1811 vuelve a enrolarse en el Ejército del Norte, actúa bajo las órdenes de Pueyrredón, Belgrano y San Martín. Bajo la conducción de Güemes, participa en la resistencia victoriosa sobre cinco invasiones realistas (1815 – 1821). Contribuyó decididamente a la causa patriota en la Epopeya de la Guerra Gaucha.
      Asesinado Güemes (1821), encabezó la resistencia a quienes frustraron el Plan Sanmartiniano. Mediante una rebelión gaucha (acompañada por Macacha Güemes), destituye al Gobernador Antonino Fernández Cornejo (designado por el Partido de la Patria Nueva, después del indigno armisticio con el General Pedro Antonio de Olañeta, jefe de la Vanguardia Realista). Asume Latorre  como Gobernador interinamente, ocupando el cargo entre el 22.09.1821 y el 1.01.1822, fecha en la cual es reemplazado por el General José Ignacio Gorriti. Hombre de conciliación entre la Patria Vieja y la Patria Nueva. Unitario por vocación social y proyección geopolítica.
      Los imberbes, idiotas, mercenarios y traidores que habían complotado contra Güemes, nunca le perdonaron a Latorre esta rebeldía política, esta conducción de los humildes que veneraban al mártir de la Patria Grande.
      Terminada la guerra de la independencia, en tiempos de luchas civiles entre centralistas porteños, unitarios provincianos y federales, Latorre se encolumna con estos últimos. Acompaña a todos los jefes federales norteños, apoyándolos con las milicias salteñas. De las cuales era jefe natural. Después de Oncativo, derrotado Quiroga por el manco Paz, los unitarios salteños con apoyo militar del cordobés, instalan en el poder provincial al General Rudecindo Alvarado. Latorre busca protección del Caudillo santiagueño Felipe Ibarra, luego se retira a Santa Fe, donde Estanislao López lo asila. Marcha nuevamente al Norte, bajo las órdenes de Juan Facundo Quiroga, venciendo a Lamadrid en la batalla de La Ciudadela, en Tucumán, el 4 de noviembre de 1831. La derrota unitaria es el fin del sueño libertario de la gente decente de Jujuy, Salta y Tucumán. Únicas provincias en las cuales el unitarismo tenía apoyo de una parte de la población. Aliados posibles del proyecto regional del Mariscal Andrés de Santa Cruz, que planeaba una Confederación con Perú, Bolivia y el Norte Argentino.
      Facundo de Zuviría, uno de los hombres claves en el derrocamiento y posterior asesinato de Güemes, era corresponsal de Santa Cruz y sus ministros. Con conexión directa con Rudecindo Alvarado, quien bregaba también por unirse al proyecto del Cóndor de los Andes. Derrotados, los unitarios salteños emigraron a Sucre, en Bolivia.
      En esta situación, en 1832, asume el Gobierno de Salta el Coronel Mayor Pablo Latorre. Presos Paz, derrotado Lamadrid, el orden y la calma se extienden por el país de los argentinos. Rosas deja el mando, y emprende la expedición al Desierto. Asume el gobierno bonaerense Balcarce, son años de trabajo, paz y prosperidad.

El Plan de Sangre y escándalo
      Manuel Moreno (hermano de Mariano), representante diplomático en Londres, en notas fechadas el 24.10 y el 6.11.1833 a su gobierno, denuncia un complot (pergeñado por Rivadavia, que se encuentra en París desde 1830), para implantar en el territorio del Río de la Plata la influencia francesa. Sea a través de un príncipe de la casa de Borbón o de los unitarios en Buenos Aires. Estos últimos emigrados en la Banda Oriental (Uruguay), en el Alto Perú (Bolivia), en Chile y Brasil actuarían al unísono para derrotar al federalismo en el poder. Para ello, era preciso intrigar para dividir, e incluso complotar con la meta puesta en el asesinato de los principales dirigentes nacionales.
      â€œ(…) En el Norte, sostienen la situación federal Latorre en Salta, Heredia en Tucumán y Felipe Ibarra en Santiago del Estero… Correlativamente, en Jujuy se trabajaba para separarse de Salta, a la que pertenecía administrativa y políticamente.” (“Atentados Políticos en la Argentina”, Pág. 51/67 de Roberto Juárez).
      Latorre entre tantos movimientos conspirativos, logra desbaratar las sublevaciones encabezadas por los Puch y los Gorriti. La zona de Pulares es testigo de esos hechos. 
      El plan denunciado por Moreno está en plena ejecución. Se producen enconos irremediables entre Heredia y Latorre. La excusa: el asilo en Tucumán del Cnel. Pablo Alemán, enemigo de Latorre. A punto de chocar el ejército tucumano y el salteño, al mando de Heredia y Latorre respectivamente, se pronuncia contra el Gobernador legítimo –Latorre– el Cnel. José María Fascio que conduce tropas jujeñas, apoyadas por Santa Cruz y en conexión con los complotados salteños. (No olvidemos que ambos – Santa Cruz y Fascio – combatieron del lado Realista en la guerra por la independencia).  Quiroga enviado por Rosas a mediar en el conflicto, va en coche hacia la muerte…
      â€œ(…) Latorre, al conocer la sublevación y separación de Jujuy, que Fascio ha declarado “independiente” de Salta, retrocede para someter a Fascio. Mientras Latorre va en busca de Fascio, la Legislatura de Salta reconoce la autonomía de Jujuy, depone a Latorre y designa al coronel José Antonino Fernández Cornejo como nuevo gobernador”.
      Hasta aquí, todo es calcado del complot ejecutado contra Güemes (¡13 años antes!). Son los mismos protagonistas e intereses lugareños. 
      Latorre se encuentra con las tropas jujeñas en el campo de Castañares (19.12). Se suceden varias escaramuzas, y un ardid traidor del Cnel. Mariano Santibáñez, derriba arteramente a Latorre en tierra. Es conducido prisionero a los altos del Cabildo. Sus enemigos fraguan una revuelta, y es asesinado vilmente en prisión, herido e indefenso. Su cuerpo es arrojado desde el balcón del Cabildo, y arrastrado hasta cerca de San Francisco. Murió a los 46 años. Este patriota federal, fue el segundo gobernador asesinado en ejercicio de sus funciones, por defender sus convicciones y la Patria Grande. Los salteños poco lo recordamos, los jujeños vivencian la historia oligárquica, los tucumanos ni saben quién es.






espacio del lector
Nombre/seudónimo*
Edad * años
E-mail *
Comentario *
 
IMPORTANTE: Está terminantemente prohibido incluir agravios, calumnias, insultos, ataques a terceros, lenguaje inapropiado o cualquier comentario discriminatorio. Recordamos que no se publicarán comentarios que no respeten las reglas.


·
·
·

Copyright © 2008 El Ojo de la Tormenta - Reservados todos los derechos.

Lavalle 261, Oficina 5—Bº Centro - San Salvador de Jujuy (4600) - Jujuy - Argentina.
Teléfono: 0388-4235343 / Fax: 0388-4235343 - Correo: info@elojojujuy.com.ar

.   .