El sentido de justicia es innato a la condición humana. Lo sienten todas las personas en el interior de su ser, como sensación de equilibrio y paz que se experimenta cuando hay equidad o, dicho de otro modo, cuando se percibe que cada uno tiene lo que le corresponde. En sentido contrario, la injusticia irrita, genera malestar y lleva a exteriorizar la reprobación, el rechazo o la condena a las actitudes antisociales de otras personas, que por diferentes razones no aceptan las reglas de convivencia, y avanzan sobre el espacio y las libertades de los demás, sin comprender el lÃmite que de la libertad misma se desprende.
Por ese motivo, uno de los tres poderes que rigen y organizan la convivencia de nuestra sociedad es la Justicia, el Poder Judicial.
Los jujeños nos aproximamos, como están dadas las cosas hoy, a un suceso que nos colocarÃa tristemente en la historia como la provincia que consagró legalmente a la impunidad y menospreció ese sentimiento humano de justicia.
Corremos riesgo de convertirnos en la provincia que un buen dÃa, sin debate público ni consenso social, perdona a todos aquellos que cometieron un delito y decide dejar de investigarlos, abandonando la posibilidad de sancionar a aquellos que, con sus actos, convirtieron en vÃctimas a una parte de la sociedad.
Ese dÃa será, si todo sigue como hoy, el 29 de agosto de 2013. Esa es la fecha del calendario que señaló la acordada 130/11 del Superior Tribunal de Justicia, como plazo para resolver o pasar a archivo a las más de 128.000 causas penales que se encuentran en la Justicia como consecuencia de delitos graves que se cometieron antes de la puesta en vigencia del nuevo Código Procesal Penal, es decir antes de que se cambie la forma en que se lleva adelante el trámite de las causas penales en los tribunales. Además existen 600.000 denuncias radicadas en la PolicÃa por sumarios en los que se inició y quedó trunca la investigación de delitos cometidos a lo largo y ancho de Jujuy, que no llegaron a convertirse en expedientes penales.
Para completar el cuadro, debemos señalar que es un solo juez el que ha sido designado por el Superior Tribunal de Justicia como encargado de investigar (o pasar a archivo) todos esos trámites.
La gravedad de la situación se patentiza cuando observamos que ya ni siquiera estamos hablando de una Justicia lenta, con todo lo que eso conlleva, sino de una Justicia que se resigna a no investigar.
Es difÃcil ensayar una respuesta para las vÃctimas de los más de 700 mil delitos o hechos irregulares cuyas investigaciones serán abandonadas de no encontrar resolución antes del 29 de agosto de 2013. Es una escena complicada de imaginar. Decirle a quien sufrió un daño en su vida, su salud, sus bienes, su honor, que la Justicia decidió comenzar de nuevo.
Es más delicado aún imaginar la razón por la cual se dejó acumular âsin investigar los hechos- semejante cantidad de delitos. En algunos casos, seguramente ya no habrá tiempo de revertir lo acontecido, porque el paso del tiempo (prescripción) impedirá indagar sobre esos delitos. Lo que no admite discusión es que algunos responsables tienen que aparecer; los jujeños âespecialmente las vÃctimas de delitos y sus familiares- tenemos derecho a saber quienes debieron supervisar que se faciliten los medios para investigar y que se cumplan las funciones de jueces y fiscales y que se hagan cargo de sus actos u omisiones.
Quienes tenemos responsabilidades públicas que el pueblo nos ha conferido, sencillamente no podemos asistir de modo indiferente a este jubileo de impunidad que podrÃa tener lugar en Jujuy si no se modifica el estado actual de las cosas.
LyDER, a través de la banca de diputada con la que me ha honrado el pueblo, ha presentado un proyecto solicitándole a la justicia que redistribuya las causas, que designe más jueces, que abra nuevos juzgados, que amplÃe los plazos o tome las medidas que considere adecuadas. Pero que de ninguna manera permita que la impunidad se consagre, dándole aliento y una oportunidad más a quienes no se resignan a vivir bajo las reglas que la mayorÃa aceptamos.
Son 700 mil delitos, pero no somos 700 mil delincuentes. La inmensa mayorÃa de los jujeños no mata, no roba, no estafa, no daña. La casi mayorÃa de nuestra gente elige vivir en paz y transpirar todos los dÃas para vivir mejor, a pesar de todo. Es por ellos, por la gente de bien, por los que aún no pierden la esperanza en que sus instituciones le respondan, que debemos actuar de inmediato, y preservar la paz de nuestra sociedad.
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