Desde aquellos cerros
que parecen quietos
llegan mensajes azules,
olor veraniego
-muña muña,
cedrón,
humo de primeros fuegos-
El agua de deshielo baja clara
golpeando/acariciando piedras
-me recuerda
el agua
la transparencia universal-
Así, en secreto,
lluvia, piedras, vertientes, aromas,
tejen la música profunda
que nos sostiene
sobre esta tierra
de provincia.
Ajos
Salían de la tierra gredosa los ajos;
salían en las última horas de la tarde
con su aroma salvaje, irreverente.
Después las mujeres los trenzarían
en ristras largas,
como promesas
de difícil cumplimiento.
*Poemas del libro Verdeyuyo,
Apóstrofe Ediciones, año 2014
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