Salinas Grandes se encuentra en la región puneña del noroeste argentino, más precisamente entre las provincias de Jujuy y Salta a 3.350 metros de altura sobre el nivel del mar, una capa de sal con una extensión de 212 km2, conocida como el tercer salar más grande de Sudamérica.

    Hace aproximadamente 10 millones de años este lugar geográfico constituía un ecosistema sumamente distinto. La superficie se encontraba cubierta por una laguna pantanosa y a sus alrededores se reproducía abundante fauna y flora de clima tropical. Los miles de años que sucedieron en la conformación de la cadena montañosa más larga del mundo, Los Andes, transformaron el clima de la región. Durante ese periodo la cuenca se cubrió de aguas con gran cantidad de sales provenientes dela actividad volcánica y la evaporación paulatina de tales aguas dio origen a este salar.

    En Salinas Grandes co-habitan comunitariamente más de treinta comunidades originarias pertenecientes a los pueblos/naciones Kolla y Atacama, donde el territorio es considerado una unidad sin divisiones ni desmembramientos tanto ambiental como social y culturalmente. En cuanto a su administración política, está dividida entre Jujuy y Salta. Desde sus orígenes la cultura de las comunidades Kollas y Atacamas, sus costumbres y creencias, representan una cosmovisión que se arraiga en los valores de la naturaleza. La Pachamama -Madre Tierra- aparece como eje de sus actividades, cada una de las cuales se desenvuelve al ritmo que la tierra lo permite. Se recurre a diferentes tipos de producción conforme a las temporadas, a fin de optimizar los recursos naturales (bienes comunes), conservando muchas de las técnicas ancestrales desarrolladas en relación a la construcción de viviendas, agricultura, pastoreo, cerámicas y tejidos. Sobresale la cría de sal, éste es un complemento básico que permite a las comunidades obtener otros recursos. Muchos de los miembros de éstas trabajan o han trabajado en las Salinas, siendo parte de su sustento por generaciones, antes mediante el trueque y los viajes de intercambio, y luego como jornaleros en las cooperativas salineras o como vendedores en los mercados regionales. Las salinas son parte fundamental de su historia e identidad y, desde su perspectiva, la sal no es un recurso económico, sino un “ser vivo”: tiene un ciclo de crianza, al igual que las siembras. En torno a su uso, las comunidades aplican los conocimientos de sus antecesores, reconociendo diferentes tipos de sal y los sitios donde encontrarla. Este manejo racional de la misma ha evitado su extracción fuera de control y la preservación del ambiente.

    Este territorio hoy forma parte del ‘triángulo del litio’ (noroeste argentino, norte chileno y sur boliviano), espacio que concentra el 55% de las reservas mundiales y el 85% de los depósitos en salmueras.

    En las últimas décadas, el litio generó un creciente interés por ser materia prima esencial para la producción de las baterías recargables Ion-Litio, empleadas en dispositivos de consumo masivo, así como en autos eléctricos e híbridos y cobra especial relevancia frente al eventual agotamiento de las energías fósiles, que obligaría a transformar la matriz energética actual, motivo por el que es considerado un recurso natural clave en la frontera tecnológica y para el despliegue de una economía de posdesarrollo.

   Aunque el litio se encuentra diseminado globalmente en fuentes diversas, la decantación por evaporación en los salares constituye el modo más rentable de explotación. En 2010, comenzó a circular información sobre el descubrimiento subterráneo de este mineral y su posible explotación en la región. Este escenario despierta preocupación en las comunidades de las Salinas, quienes nunca habían sido consultadas acerca de las posibles nuevas exploraciones y sus eventuales consecuencias socioambientales; escenario que llevó a la autoconvocación de las 33 comunidades originarias que allí habitan con motivo de proteger su territorio. Conformaron así la Mesa de Comunidades Originarias de la Cuenca de Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc para la Defensa y Gestión del Territorio.

En la Provincia de Jujuy, lugar en el que se asientan veinte de Las 33 Comunidades, la invisibilización mediática es una constante. En los discursos establecidos desde los medios de comunicación, la Puna es vista como un lugar desierto e improductivo, cae sobre ella el peso de una visión hegemónica de desarrollismo. La falta de consulta previa y participación a la cual están sometidas Las 33 comunidades, responde a las dinámicas extractivistas que sustentan el actual modelo neodesarrollista, donde una cultura hegemónica vulnera los derechos de determinación de una cultura ancestral.

En lo que respecta a la difusión de esta problemática que confronta un modelo de desarrollo hegemónico y extractivista con el Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos, se puede preguntar cuál es el rol de los medio de comunicación nacionales y provinciales sino es hacerse eco de estas manifestaciones. Hoy son una constante en los medios de la Provincia de Jujuy las noticias que celebran el arribo de empresas extractivas internacionales que buscan instalarse en los salares de la puna, particularmente en Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc, sin expresar las voces de las comunidades que se oponen a ello. Cabe destacar que actualmente las comunidades se ven imposibilitadas de incluir sus comunicados dentro de esta agenda jujeña, encontrándose en una situación de aislamiento mediático que redunda en un alejamiento de las instituciones.

    Cuando hablamos de medios de comunicación implícitamente se habla de intereses y de relaciones de poder. Esta estrecha relación entre medios, poder político y poder económico, hace que sortear el cerco informativo y ubicar tal problemática en la agenda sea tarea difícil de alcanzar. “Las 33” es un documental audiovisual que relata la lucha que llevan adelante las comunidades originarias de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc, frente al posible avance de empresas mineras transnacionales interesadas en la explotación de litio en los suelos de la puna jujeña. Este documental aparece como herramienta para posibilitar la visibilización, reivindicar la lucha de las comunidades y revalorizar la cosmovisión de los pueblos originarios.

YouTube: “Las 33”

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