Un día a Pablo se le ocurrió
fotografiar el cielo, pero con él. Se
ve que lo soñaba así desde mucho.
Inocente, rodeado de la seguidora
infancia y la familia. Pablo deseaba
su autorretrato con un fondo de
cielo, al que agregaría distancias,
fechas y los esteros de la vida más
otros caudales del mundo. Con
mirada triste calculaba sus dudas
respecto al enfoque, al encuadre
en ese estar pausado de las
estrellas por unas pampas llenas
de galaxias. Le molestaban las
bandadas cruzando los esteros
largos y las señales del cielo con
todos sus universos y estuarios tan
felizmente concertados, referidos
con nombres promulgados por los
viejísimos astrónomos. Le
preocupaba la soledad y el mundo
detenido, como si solo los relojes
acompañaran al tiempo. Y Pablo se
eligió para el retrato disculpado de 
nubes, pero santificado por todos
los silencios de su vida y las 
tristezas. Entonces pensó que ya
estaba el segundo para sacar la
máquina y perpetuarse con un
fondo de cielo, acompañado por
todas sus presencias y fotografías
que él había acumulado
calladamente con éxito.
Así es la manera que Pablo
perpetúa al cielo con él en primer
plano como un ángel sin edad
y tal vez atormentado.
Fue la fotografía más
emotiva. Ese autorretrato mitigado
por alguna sonrisa pura y maternal 
que lo reconocía, y lo volvía a 
conseguir, desde chico.
Ya Pablo se fotografió
acabadamente en el cielo y nunca
más podrá hacerlo porque nunca
más podrá salir de su autorretrato,
de esa fotografía que sabíamos
estaba y buscamos y ahora nos
quedamos mirando y pensándola,
tan bien impresa sobre el pleno de
color del recuerdo.

Noviembre de 2001.

Ernesto Aguirre
Pablo:

Seremos pocos los muchos?
los que intentamos, digo,
despertarnos cada mañana?
Tenés que vernos tratando de ver.

(Nuestra capacidad de siembra,
lo sabés,
es de un ojo por mirada.
Un ojo de los nuestros, claro.
Una semilla en manos que ignoran
los territorios más fértiles).

Desde que decidiste ver
sin opinar, 
nos cuesta, te juro.

El adónde
y el por qué,
me entendés?

No jodás, Pablo
vení,
ayudanos a mirar.