Para sobrellevar la que se viene, hay que armar cordones sanitarios que protejan la salud mental que nos va quedando.
Por ejemplo, rodear la Legislatura con cajas y cajas de sedantes, para que se sirvan quienes entran y salen y también los que pasan.
Fumigar la Casa de Gobierno con tanques y tanques de té de tilo.
Sahumar los partidos polÃticos con mirra, incienso y benjuÃ, a ver si asà depurados, se sanea aunque sea un poco, la elección de candidatos.
Y hablando de cordones sanitarios, parece que hay hijas, hermanas y esposas, a las que el cupo femenino no les cabe.
Debe ser por aquello de que la polÃtica es cosa de hombres.
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