(DE UNA VEZ PERDIDA DE PRIMAVERA EN EL CARMEN. Y DE TAMBOR)
A veces la tarde se nos pone allá
y nosotros desde aquà la miramos.
Como si fuera algo quieto.
Ya me comà todos los sugus.
(Valdrá la pena esperarte tanto?)
Lo lindo de los cafés es que uno llega, se sienta, pide un café, mira por la ventana y el tiempo ya no es de uno, es de los que pasan.
Uno queda afuera del mundo en un café.
Vivir
Deja de ser obligatorio.
Meliza Ortiz
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