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Porque un domingo resucitó

René Cortez
Gimnasia se quedó en Primera contra todos los pronósticos. El Lobo jugará una temporada más en el fútbol grande de la Argentina, a pesar de que la gran mayoría aseguraba que todo estaba perdido. Los medios nacionales y los jugadores de los otros clubes no le daban ni un centavo y soñaban con viajes más cortos, veían con buenos ojos llegar sólo hasta Tucumán como el traslado más largo de jugadores, técnicos y más o menos hinchas. Los periodistas estrellas se mofaban cada vez que les tocaba relatar un partido que protagonizaba el equipo del norte, hasta se escuchó decir fuera de micrófono que no había que dedicarle demasiado tiempo a un club que ya estaba descendido.
Sin embargo hasta contra ellos mismos lucharon para que Jujuy pudiera jugar un año más en Primera; es que también el plantel totalmente desmoralizado no reaccionaba y la caída libre era inevitable. Errores groseros, bloopers y distracciones increíbles, se sucedían partido a partido, hasta desfilaron sacerdotes y pastores espirituales que regaron el 23 de Agosto con agua bendita; tampoco faltaron los “manochantas” que aseguraban que algo tenía la cancha.
Pasó de todo, partidos casi ganados que se perdían o se empataban sobre el final, árbitros villanos que influían en el resultado en contra y jugadores que se lesionaban para todo un campeonato, aunque también estaban los que decidían emigrar a otro equipo. Sin ir más lejos a Gimnasia se le lesionaron tres delanteros y el otro decidió partir al fútbol del exterior, problemas graves que no suceden siempre. Muchas contras tuvo el Lobo, algunas que le caían de arriba, imprevistas, y otras que involuntariamente las provocaban los mismos jugadores dentro del campo de juego.
La cantidad de puntos que sumó Gimnasia en el torneo, es otro de los motivos por los que muchos pensaban que el plantel necesitaba de un milagro para la salvación final. El propio Omar Labruna declaró que él no pudo revalidar la categoría con Olimpo con 49 puntos y sin embargo el equipo que hoy dirige llegó a una promoción con 35 puntos.
Con éste último puntaje cualquier equipo hubiese descendido directamente, la buena para el Lobo fue que también los otros planteles fueron muy intermitentes y no aprovecharon la oportunidad de sumar, cuando Gimnasia tampoco lo hacía. Toda una historia, si hasta puede servir para escribir una novela y justo cuando la Comisión Directiva encabezada por Raúl Ulloa cumple veinte años al frente de la institución. Pero la justicia en los resultados futbolísticos no es muy frecuente, aunque al final tarde como toda justicia, llega.
Hubo dos claves fundamentales para que el equipo se mantenga en Primera división. En principio hay que destacar que la llegada del cuerpo técnico encabezado por Omar Labruna fue fundamental, el plantel no daba pie con bola y Ramacciotti lo hundía cada vez más. Labruna aceptó el desafío desde la octava fecha y se propuso, como primer objetivo, levantar anímicamente al equipo que estaba destrozado. Y de a poco lo fue cumpliendo, pero los resultados tampoco llegaban. Entonces también trabajó mucho en lo futbolístico y le terminó aportando a su equipo una identidad de juego que antes no tenía. Pero los días pasaban y los resultados no aparecían, la prensa se encargaba de pronunciar fecha a fecha “hace 10 partidos que el Lobo no gana” y después fueron 11, 12 , 13, 14. Los errores increíbles de la defensa, donde siempre pasaba algo, y la falta de efectividad del ataque, eran los grandes problemas de los muchachos. El equipo llegaba y dominaba todo el partido pero no convertía y para colmo se equivocaba y perdía, como pasó contra Boca, Independiente, Rosario Central, Gimnasia de La Plata y otros.
Pero todo tiene un final y frente a Lanús el maleficio llegó su fin. Ese fue el primer paso de la inyección de ánimo que necesitaba el plantel, el triunfo. Después todo quiso volver a la normalidad y también llegaron derrotas, pero el equipo ya sabía a qué jugaba y a pesar de todo tenía identidad. El entrenador estaba convencido de lo que pedía a sus jugadores, pero el promedio bajo acechaba y la pesadilla del Nacional B se repetía fecha a fecha. Sin embargo, problema tras problema y error tras error, Gimnasia siguió adelante, a pesar de los insultos y los aprietes de los hinchas que repudiaban a la Comisión Directiva y al Presidente Ulloa, quien a su vez era reconocido por el Presidente de AFA, Julio Grondona y la dirigencia de la Liga Salteña de Fútbol; pero los hinchas sólo querían que el equipo se salve del descenso. Ni siquiera se pusieron contentos cuando la dirigencia anunció que el balance había dado un superávit; los enfervorizados y críticos simpatizantes querían ver ganar a su equipo. Pasaron varias fechas, después del triunfo ante Lanús y en la decimoséptima el Lobo volvió a la victoria ante San Martín de San Juan, partido clave para que Gimnasia se quede en Primera.
También ayudaron los empates ante Newell's y San Lorenzo que sumaron para llegar a la promoción, esa que para muchos era lejana. Todas las fichas estaban puestas en Olimpo, el equipo de Bahía Blanca se había recuperado y prometía ensuciar el camino del Lobo, al que le había ganado inmerecidamente.
Para los medios nacionales primero existía Racing, después Olimpo y al final Gimnasia, al que nadie le daba un peso. Pero Labruna y sus jugadores seguían adelante, el técnico apeló al amor propio y a la motivación, pero también le fue dando confianza a una base de jugadores que repetía en cada formación, salvo uno o dos cambios, el equipo era el mismo. Así el Lobo encontró su juego, y generó por partido entre siete y diez o más jugadas claras de gol. Lo que le había faltado durante todo el campeonato se le daba al final, justo para que Estudiantes de La Plata, ya sin poder ser campeón, deje todo en la cancha y le gane a Olimpo. Gimnasia hizo lo suyo con San Lorenzo en un partido que podría haber ganado, pero sin embargo le sirvió para jugar promoción, ya se habían ido al descenso directo los sanjuaninos y Olimpo, que vendía cara su derrota ante el Pincha, en esa tarde fría y con un manto de incertidumbre.
No les cuento el negocio de los vendedores de calculadoras y de pilas que hicieron unos manguitos extras, igual que los cardiólogos en los chequeos del “bobo” que había sufrido tanto el domingo. Nadie olvidará esa jornada que no fue apta para cardíacos, porque el empate le daba a Gimnasia una salida, pero cuando perdía también había empatado Olimpo y en esos cinco minutos de angustia, el Lobo descendía. “Santas historias”, diría el enmascarado Robin, pero estas fueron ciertas, si hasta ese día nos llevamos el poncho de cábala, la misma ropa y algunos extraños amuletos que no me quedan dudas sirvieron para que Gimnasia se quede en Primera, perdón pero algunas fichitas me tengo que anotar.
A pesar de todo e incluso antes de que se juegue el partido frente a San Lorenzo, siempre tuve la sensación que Gimnasia la pelearía hasta el final, y así fue. Esa misma sensación la vivieron miles de hinchas que acompañaron al equipo frente a San Lorenzo y lo recibieron como si hubiese sido el último. Fue para emocionarse, casi nunca los jugadores eran recibidos por sus hinchas. Pero todo cambió, el Lobo iba a la promoción con Unión y la banda se armaba para viajar a Santa Fe. Renacieron las esperanzas y también afloró el sentimiento del hincha “viste yo te dije que no se iba, vamos lobo, carajo”, se escuchaba por ahí. Otros preferían la cautela aunque no le ponían tantas fichas a los santafesinos.
Y el primer día llegó, miércoles por la tarde, dos mil hinchas jujeños en el estadio “tatengue” ante dieciocho mil de ellos y la serie de promoción comenzaba. La caravana que había salido de Jujuy casi grita victoria, porque si bien ese partido fue empate, los de Labruna merecieron el triunfo. “Grande petiso” se le escuchó decir a un fanático jujeño refiriéndose a Carranza, que junto a Ricky Gómez y Desvaux fueron las figuras del partido. La serie se definía en casa y ese domingo 29 de junio determinaría si Gimnasia se quedaba o no en Primera. El clima con un sol radiante y algo de viento norte, acompañó a miles de hinchas jujeños que coparon el 23 de Agosto, ante dos mil quinientos de rojo y blanco que alentaban al visitante.



Los gorditos de Unión seguían repitiendo, igual que su presidente, que el mejor rival que les había podido tocar era Gimnasia de Jujuy y que los jugadores jujeños no tenían hambre de gloria. No sólo Gimnasia dejó todo en la cancha para quedarse en Primera, sino también que tuvo la suerte de enfrentarse a Unión, un equipo que demostró ser de la segunda categoría del fútbol argentino. El Lobo le mostró su chapa de primera, se paró firme en el campo de juego, como diciendo “aquí estamos los que no tenemos hambre” y le dio una lección de humildad. Estos muchachos a los que se les había dicho de todo y a los que también calificamos como el peor plantel del torneo, resucitaban en las últimas fechas y milagrosamente se acordaban de jugar. Milagro en Jujuy, Juan Arraya, el jujeño, el que tuvo decenas de goles para hacer y los marró, por fin convertía y aparecía en el partido clave, porque ese gol dio la tranquilidad a los muchachos lobos para asegurarse una temporada más en Primera. El desahogo y el alivio afloraron en los hinchas jujeños que después de un campeonato por fin vivían una alegría, su equipo, el querido Lobo se salvaba contra todos los pronósticos y cuando muchos los daban por muertos, con una pésima campaña de treinta y cinco puntos y sólo dos triunfos en el semestre, un domingo resucitó.

GIMNASIA SIGUE
EN PRIMERA
El sufrimiento ya pasó y Gimnasia se quedó en uno de los torneos más importantes del mundo. El 10 de agosto se inicia una nueva etapa en la que tendrá que hacerse fuerte de local y rasguñar algunos puntos de visitante para no repetir la historia del torneo anterior, aunque da la sensación que Omar Labruna, encontró una base de jugadores que se entenderán en el próximo torneo para jugar prácticamente de memoria.
Se fueron Herbella, De Bruno, Escalada, Almada, Turdó, Valdiviezo, Coronel, Miramontes, Iuvalé y otros más. Se quedaron Fernández, Acuña, Desvaux, Montero, Quinteros, Pieters, Ramasco, Gómez, Arraya, Carranza, Mateo, Loeschbor y Luna, con los lesionados Ramón, Silva y Miranda. Estos jugadores más los juveniles y los refuerzos que elegirá Labruna, pueden hacer un buen papel en el torneo que viene en el que arrancará en el cuarto puesto de los promedios de arriba hacia abajo y debutará de visitante frente a Boca.
Todo un desafío.

ASÍ JUGARÁ EL LOBO
DURANTE LAS 19 FECHAS
Primera fecha
(10 de agosto)
Boca - Gimnasia de Jujuy

Segunda fecha
(17 de agosto)
Gimnasia de Jujuy - Colón

Tercera fecha
(24 de agosto)
Gimnasia de Jujuy - Newell's Old Boys

Cuarta fecha
(31 de agosto)
Lanús - Gimnasia de Jujuy

Quinta fecha
(14 de setiembre)
Gimnasia de Jujuy - Huracán

Sexta fecha
(miércoles 17 de setiembre)
Independiente - Gimnasia de Jujuy

Séptima fecha
(21 de setiembre)
Gimnasia de Jujuy - Argentinos Juniors

Octava fecha
(28 de setiembre)
Tigre - Gimnasia de Jujuy

Novena fecha
(5 de octubre)
Gimnasia de Jujuy - Godoy Cruz

Décima fecha
(19 de octubre)
Estudiantes - Gimnasia de Jujuy

Undécima fecha
(26 de octubre)
Gimnasia de Jujuy - River

Duodécima fecha
(miércoles 29 de octubre)
Rosario Central - Gimnasia de Jujuy

Decimotercera fecha
(2 de noviembre)
Gimnasia de Jujuy - Banfield

Decimocuarta fecha
(9 de noviembre)
San Lorenzo - Gimnasia de Jujuy

Decimoquinta fecha
(16 de noviembre)
Gimnasia de Jujuy - Arsenal

Decimosexta fecha
(23 de noviembre)
Vélez - Gimnasia de Jujuy

Decimoséptima fecha
(30 de noviembre)
Gimnasia de Jujuy - San Martín de Tucumán

Decimoctava fecha
(7 de diciembre)
Racing - Gimnasia de Jujuy

Decimonovena fecha
(14 de diciembre)
Gimnasia de Jujuy - Gimnasia La Plata






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