No hay caso los dirigentes no tienen suerte o eligen mal. Cuando todos creíamos que Omar Labruna venía a Gimnasia para ser protagonista y plantear los partidos de igual a igual en cualquier cancha y salvar definitivamente al Lobo del descenso directo y de la promoción, patapúfete, se pudrió todo. Otra vez un técnico sale a especular en uno de los partidos más importantes de la campaña, metió atrás a su equipo y especuló con un mísero punto ante el último de la tabla. Eso le pasó a Gimnasia frente a Olimpo y, a  pesar de la desgracia de Héctor Desvaux, la gran figura antes del gol en contra que marcó cuando se terminaba el partido, el Lobo comandado por un Labruna amarrete, demostró que es el peor equipo del Torneo.
      Tan crudo como real, el comentario no puede ser otro, porque en ningún momento los muchachos que visten la camiseta jujeña demostraron que querían ganar el partido. Es increíble, pero Gimnasia revivió a Olimpo que estaba casi muerto, así como pasó ante otros equipos que transitaban en el fondo de la tabla. Da la sensación que a pocas fechas del final del campeonato, los players de Labruna están predispuestos a sumar de a uno o a conformarse con jugar la promoción. 
      No puede ser que un equipo que pelea por salvarse especule contra otro que está peleando lo mismo. Otra vez tenemos que acostumbrarnos a los cambios malísimos, que sólo sirven para perder los partidos, una vez más Gimnasia no aprovecha las oportunidades, crea situaciones y las dilapida, aunque que hay que reconocer que si por merecimientos fuese hace rato que este equipo tendría que estar salvado. Pero si de culpas se trata no todas pasan por el técnico, los delanteros o quienes sean no pueden errar tantos mano a mano, los goles no aparecen y es una verdadera lástima la desesperación para definir que tienen jugadores de experiencia como Turdó o el novato Arraya, sólo por poner algunos ejemplos.
      Pero por desgracia es así y nadie se explica porque tanta malaria, algunos dicen que los jugadores no sienten la camiseta porque vienen sólo a cumplir un contrato, otros siguen pensando que este plantel no tiene jerarquía y a que Gimnasia llegan jugadores que ya están de vuelta. No se cual de estas opiniones es la acertada y hasta me preguntaría si no son las dos cosas, y en esto algo de culpa también tienen los dirigentes, que nadie me lo puede negar, son los que traen a los jugadores.
      En defensa de Labruna digo que este plantel no fue elegido por él, pero sí decide quienes son los que salen a la cancha y a veces se equivoca. Es cierto también que el técnico arrancó muy bien, el equipo cambió de actitud, mejoró en su juego, pero lo más importante no aparece, los goles no están y entonces me vuelvo a preguntar hasta cuando tendrá que sufrir Gimnasia, porque más allá que los que salen a la cancha y están frente al arco son los jugadores, la táctica o el planteo del entrenador empuja a cuidarte, a salir precavido, con temor, es decir a no perder, y permítanme desarrollar mi capacidad psicológica, no es lo mismo salir a ganar y llevarse el mundo por delante que salir a no perder, no es lo mismo. A pesar de todo y de esta falta de actitud que se observa en algunos jugadores, no me explico tanta mala pata, porque si ustedes repasan las veces que se equivocó Gimnasia, cobró, le pasó contra Boca, Gimnasia de La Plata, Independiente, Huracán, Colón y Olimpo.
En todos esos partidos hubo gruesos errores es cierto, pero hay veces que otros equipos se equivocan y justo en ese momento la pelota sale disparada para otro lado. Por eso es que este equipo no debe salir a refugiarse, porque siempre le falta algo y el que se cuida demasiado casi siempre termina accidentado. Este técnico no puede salir a defender un resultado, cuando sabe que necesita los tres puntos, se quema y quiere seguir calentando leche, cuando podría tomarse una limonada fría, está claro que no aprenden del error y eso le está costando caro. Dos que saben mucho de fútbol como Menotti y Valdano piensan que el jugador de fútbol es él y su estado de ánimo y esa puede ser otra de las razones por la que Gimnasia no arranca, ustedes se imaginan cómo estará el jugador a esta altura, destruido con una sola victoria en todo el campeonato, preocupante sin duda. Por eso si uno suma las razones sigue preguntándose como hay jugadores que no sienten la presión a favor, el amor propio dónde está, el hambre de gloria del pibe Noir de Boca lo vemos en algunos de los jugadores del Lobo, ni siquiera en Arraya que es jujeño se nota. Dicen que a la suerte hay que ayudarla, a la mala suerte también, si desde el vamos hacés las cosas mal o vas predispuesto a no arriesgar, es muy difícil ganar y cuando estás en la mala, mucho menos.  
      A esta altura no pidamos más que pierdan los demás para que si Gimnasia no aprovecha y ojo que a pesar de las derrotas la mayoría del plantel está entregada a los brazos de la promoción. Me da la sensación que si Gimnasia se salva del descenso directo será gracias a los demás. Lo de la promoción es inevitable a esta altura, pero porque Gimnasia se metió solito en ese lío, por especular cuando pudo haber ganado, pero también está la otra, los muchachos no le hacen un gol a nadie, hace cuánto que no le cobran un penal, eso sumado a la mala suerte, es fatal. Pero esperen, capaz que yo estoy renegando demasiado y esto está todo preparado para darle emoción a la cosa, no será que el Lobo quiere jugar la promoción para chocarse una vez más con Mario Gómez, técnico de Belgrano y que ahora puede ascender a primera jugando la promoción justo con Gimnasia de Jujuy. Si es así avisen, no saben cuántos sedantes me estoy tomando, viejo, pucha ché no me había dado cuenta las cosas que tiene el destino ¿no? enfrentarse con el pirata de Don Gómez, que no se fue nada bien de Jujuy. Ah, pero si se salva también de ésta, hay que cambiar y apostar a los chicos que sientan la camiseta como pide la gente -varias veces dije yo que no sólo los chicos sino hombres de experiencia deben jugar en el equipo- pero ahora les doy la razón a los que piden por pibes que sientan la camiseta y sino pensar en jugadores de jerarquía o que tengan fama de dejar la vida en la cancha. 
      El Torneo se termina y la pregunta está latente, se levanta Gimnasia de este profundo pozo anímico, perdiendo sobre la hora, equivocándose permanentemente, con goles en contra, se levanta anímicamente o quedará destruido y hundido en la “B”. Por supuesto que la esperanza es lo último que se pierde pero hasta ahora sólo me queda pensar que este equipo es el peor del Torneo, ojala demuestren que la historia en estas últimas fechas se puede cambiar.