Laura Barberis
Buscar la risa, buscar de qué reÃrme todos los dÃas es un imperativo personal. Hace muchos, muchÃsimos años que adopté el ejercicio diario de encarar la vida con humor; aunque tengo un amigo que siempre dijo que era al revés, que uno no elegÃa, sino que âhay dioses benevolentes que decidieron concedernos el balsámico beneficio del humor para sobrellevar con más templanza, y menos miedo, los espantos de este misterioso mundo en el que aterrizamos sin saber nada y del que nos vamos en las mismas condiciones.â
La polÃtica, que tan seriamente me interesó siempre, también fue la que más contribuyó al divertimento cotidiano de mi vida. Debo decir que dÃa a dÃa me he desternillado con inefables maravillas circenses de gobernantes y/o dirigentes infatuados con su propio poder; recuerdo a Méndez en Tartagal saltando entusiasmado hacia la estratósfera; a De la Grúa explicando que sólo Domingo Cavallo podÃa manejar la crisis en el gobierno de la Alianza. Si hasta en el proceso no podÃa evitar reÃrme, por ejemplo cuando Nicolaides explicó que la amenaza del comunismo empezó seis o siete siglos antes de Cristo porque ya por entonces habÃa âcomunidadesâ. Para recordar solamente algunos de los episodios más notables. Pero definitivamente, la polÃtica fue y es un dÃa a dÃa lleno de comicidad.
Por ejemplo ahora, de cara a las elecciones de junio, fÃjese como todos los dÃas las pantallas de televisión, los diarios y las radios nos proporcionan una zarzuela continuada en la que Jorge Macri explica que la inmoralidad de la vieja polÃtica se expresa por la cantidad de parientes que son candidatos y por cómo hacen negocios con el poder los amigos del Frente para la Victoria de la provincia de Buenos Aires, mientras su primo Mauricio se lamenta por las incompresibles quejas de los pobres, ya que en la Ciudad Autónoma sólo deben habitar de clase media para arriba. O Scioli, con su cara de hombre bueno e inocente, algo pasmado, señalando la corrupción de âciertos ámbitos de la polÃticaâ mientras dicen las malas lenguas que su esposa, en el avión de la gobernación, distribuye los perfumes que fabrica a la antigua usanza romana con excremento de gato. O cómo dirigentes de la ex Coordinadora cantan loas a la decencia de Raúl AlfonsÃn cuando fueron los que más la combatieron, sÃ, a la decencia. De paso ¿se acuerda del jopo con spray de Angeloz? Otro que era taaaan decente pero, pizzerÃa va pizzerÃa viene, se llenó de mozarella. ¿Y los K? Cobos mediante, ahora se dan cuenta que Kirchner no es lo suficientemente K y es mejor volver a la fuente, porque en los orÃgenes siempre estuvo la verdad.
Notó que los santafecinos hermanos Rossi explican que Reutemann y Binner son dos antigüedades -con votos, claro- y que ¡los tres senadores por Santa Fe siempre votan contra el Gobierno! toda una argumentación de consistente hondura polÃtica; un tratado. De paso quiero decir que se ve que nuestro Carlos Daniel quiere mucho al Rossi presidente del bloque, porque después de cada votación positiva, lo abraza por TV.
Mientras tanto Carrió elige ir tercera en la lista porteña -nunca del Chaco- para que los argentinos constatemos su probada humildad, pero hasta el más gil se aviva que teme competir cabeza a cabeza con Gabriela Michetti, que a su vez, confusa como está en la celeridad de esta corta campaña, hace pensar si convoca por sà misma o por la silla de ruedas -perdón- y explica que está bien que ella deje el cargo para el que fue votada por cuatro años porque renuncia al mismo en función del compromiso con âla idea y el proyectoâ, que no es igual, por favor, al compromiso con âla idea y el proyectoâ de Scioli o de los otros candidatos âtestimonialesâ de la provincia de Buenos Aires, que por su parte advierten que si no se los entiende, la puta oligarquÃa va a terminar por engullirnos a todos y nunca se va a dar la tan ponderada y necesaria redistribución de la riqueza, bandera que hacen flamear ante cuánta cámara tienen cerca, mientras acomodan las solapas de sus trajes de Armani. Lo de la redistribución de la riqueza es genial; me encanta como lo explica el ex presidente y también Cristina, y DâElÃa, y sobre todo Kunkel. Lo hacen tan bien que avergonzarÃan a Peron y aún a Teresa de Calcuta. En Jujuy vemos, sabemos, tenemos alguna idea de cómo es la vaina ésa, adónde va la plata, qué se hace, porqué.
¿Y Prat Gay? ¿Vió la expresión que tiene el hombre? Hasta ahora no pude entender porqué es tan valioso, si es de derecha o de izquierda, si el capitalismo le viene bien o le viene mal, de cuál de los pensamientos filosóficos de Patricia Bulrich está más cerca; bueno, ella no es candidata ahora, pero cada cuatro años la vemos en algún partido, frente o alianza, defendiendo las convicciones y principios polÃticos que correspondan para la ocasión.
¿Y Cobos? ¡Qué cosa, Cobos! Nuestro Gerardo, a la cabeza del centenario partido, primero lo puso en caja sin miramientos, pero ahora, ahoooora, la Convención estimulada por la sana brisa marÃtima, decidió ser más comprensiva y tolerante y aceptar su regreso al hogar, cumpliéndose asà el designio bÃblico de un hijo pródigo con tan buena imagen en las encuestas. Del caracú, ni hablemos. Los argentinos somos increÃbles: no soy yo quién va juzgar aquel voto no positivo, pero por grande que fuera ¿basta para construir una imagen presidencial? Asà elegimos. Asà nos va.
¿Y Ricardito AlfonsÃn. Taaaan buenito. Los correligionarios deberÃan ser un poco más prevenidos con Ricardito. Por último ¿no da hasta respeto lo gracioso que es el senador Pichetto? La forma en puede decir ni si ni no, ni blanco ni negro, pero a la vez. Es único el senador.
En mayo va a estar divertido evaluar a los candidatos locales. Analizar los resultados de la democracia interna en los partidos polÃticos de Jujuy. Si me animo; de lo que no estoy  muy segura.
No quiero dejar de decir algo de aquÃ. Cuando nuestro Eduardo y nuestro Gerardo hablaron tan inteligente y tan puntualmente -los dos únicos discursos polÃticos- despidiendo a Raúl AlfonsÃn en el Congreso, un conocido paspado local expresó solemnemente su orgullo por los dos jujeños tan encumbrados. Quiero aclarar que no me dio risa (digo, por el discurrir de esta nota). Tampoco me dio orgullo. Me dio bronca. Porque la provincia está mal e insisto en que los dos se tienen que venir para acá y hacer algo serio y en serio.
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