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Finca La Colorada

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Entrevista a Claudio Samos, Julio Racioppi, Antonio Pujía,
Norberto Russo, Carlos Scannapieco y Enrique Valderrey

“Les guste o no somos contemporáneos”

     Hay veces en que se hace necesaria una explicación un poco más larga que lo común para contextualizar una nota. Para esta entrevista de entrevistas a seis artistas plásticos, difícilmente esa explicación quepa en papel y tinta, pero igual lo voy a intentar. En el mediodía del sábado 14 de marzo me esperaban en casa de Claudio Samos (pintor) y Fátima Haidar, Antonio Pujía (escultor), Julio Racioppi (pintor), Carlos Scannapieco (grabador), Norberto Russo (pintor),  y Enrique Valderrey (escultor). Los manjares probados en ese almuerzo son indescriptibles, surgidos de la creatividad, paciencia y cariño de la dueña de casa. Casa que se transformó en el centro de una reunión, con clima de desenfado, de reclamo y de necesidad de ser escuchados, en la que se habló de pasado, presente y futuro de esos pintores, escultores, grabadores, de la plástica, del oficio, de los maestros. Un lujo inolvidable. 

-¿Cómo se cuela la globalización en el arte?
-Samos: No hay identidad en algunas vertientes del arte de hoy, lo que se puede ver en el Centro Cultural de la Recoleta es lo mismo que se ve Jujuy. Es la globalización. Hace poco hubo una muestra de Jujuy en Buenos Aires, ahí vi algo realmente valeroso, unas fotografías blanco y negro de los rostros de gente de la Quebrada, de Pablo Canedi. Fue lo más auténtico que vi, lo demás, no importa dónde se haga, es exactamente lo mismo. Con perdón de muchos.
-Scannapieco: Se dejó de lado lo propio y la globalización entró en todo, y estamos manejados por críticos de otros lugares. ¿Se acuerdan cuando alguien dijo que la pintura había muerto, que no existía más la pintura de caballete? Fue hace 50 años. Y sin embargo, sigue existiendo.
-Samos: Picasso también lo dijo.
-Russo: Por ir un poco más lejos. En el siglo XX, en el que nos formamos, había transcurrido medio siglo y las rupturas respecto del siglo XIX ya se habían manifestado de una manera u otra. Estaban en vigencia algunas cosas, y otras se iban perimiendo también, y que en los ’50 habían pasado de moda. O sea que el siglo XX fue una cosa vertiginosa de cambios y variantes, encadenados unos con otros, una escuela mataba a la otra, y anteriormente eso no había ocurrido. La gran ruptura del siglo XIX es el impresionismo, que conecta un siglo con el otro y a partir de ahí se dan una cantidad de escuelas y secuelas que se sucedieron. Actualmente, todo eso, para mí, trajo una disgregación de todo. Parece que todo está hecho, se hizo o se intentó. Tengo esa sensación, parece que al arte le están buscando otra salida. Hoy se vive un caos, donde se ha roto con todas las tradiciones anteriores de todos los lenguajes, y parece que se estuviera buscando otra cosa, que en el fondo no sé qué es ni dónde va. En lo personal, me aferro en lo que se quiere romper o denostar desde hace una cantidad de años, la tradición pictórica, la pintura como lenguaje. Para la gente nueva, no existe. Los cánones actuales eran todo lo que no había que hacer cuando nosotros comenzamos. En el siglo XX, Picasso está entronizado, porque rompe con todo, pero lo hace con el lenguaje de la pintura.
-Racioppi: Hay declaraciones de Picasso del sesenta y pico, donde confiesa que todo lo que hizo fue una pantomima, dice “me dediqué a hacer plata y a tener fama”.

-¿Qué fue pasando con el oficio?
-Scannapieco: A partir de la segunda mitad del siglo XX, el oficio pasó a ser secundario, cuando antes era lo principal, tenías la posibilidad de expresar algo y sabías cómo. Hoy todo es efímero. Trasladamos esta mesa a una exposición, la ponemos como una instalación y nos sentamos a comer ahí. Esta la obra de arte actual.
-Racioppi: Eso te lleva a que se está negando un lenguaje. Porque no es lo mismo que yo haga el dibujo de una botella a que ponga una botella. A partir de cómo dibujo la botella estoy expresando algo. Si pongo el objeto, es algo literario.
-Russo: Se rompió, o se niega, el lenguaje de lo que tradicionalmente han sido las manifestaciones de las disciplinas artísticas. De alguna forma, esto mismo se criticaba a los impresionistas.
-Racioppi: Cuando Duchamp habla sobre que el arte se convirtió en algo retiniano, está hablando de esto, porque el impresionismo es una impresión sobre las cosas, después se empieza a dar más importancia a lo fugaz, se dejan de expresar ideas.
-Samos: Y la respuesta de él es hacer el mingitorio.
-Racioppi: Hay un agotamiento del pensamiento moderno, de que el progreso es permanente y no termina nunca. La cosa continúa y tengo la sensación que vamos hacia un pozo.
-Russo: Si yo expreso mis ideas pintando, no debo traicionar el lenguaje de la pintura.
-Racioppi: Particularmente se ha dado en la plástica esto, porque cada vez se usa más lo literario para expresarse y deja de existir la imagen, como esa forma de hacer adentro que tiene el artista.
-Sacannapieco: Trabajan en un objeto y después tienen folletos para explicarlo, viendo el objeto en el que trabajaron no alcanza.
-Russo: También hay que reconocer que desde que el arte es arte, siempre tuvo una historia atrás. El Renacimiento tuvo como aval la Biblia, y era la expresión de eso, de esa idea, vinculada con lo religioso. A partir de la religión crearon arte mayor a través del lenguaje de la pintura. Se narra en los términos de la plástica. Pero ya se rompió con todo eso.
-Racioppi: Se cuestionó el lenguaje. Pero la imagen no necesita nada que la explique. Interesa más la ocurrencia, más que la idea, en el hecho de hacer la obra. El arte hoy es arte expresión, y cómo me expreso a mí mismo, no hay códigos, nada.
-Samos: Hemos vuelto al expresionismo figurativo de Alemania. Y ya sé que algunos no comparten este pensamiento. No se habla de expresión colectiva. Lo que era un oficio y un trabajo, hoy no. El artista se expresa; la expresión está en todo lo que hace.
-Russo: Yo no estoy de acuerdo con eso, el expresionismo estaba en Alemania a principios de siglo XX.
-Racioppi: El arte siempre fue expresarse diciendo algo: no haciendo cualquier cosa, como pegándole a un tipo en la calle: me expreso pero no es arte. El problema del arte es codificar eso, meterlo en la imagen. Eso ha ido desapareciendo.  Por ahí habría que redefinir el arte, la plástica para este siglo.
-Samos: ¿Qué pasa cuando a un chico le das pinceles y pinturas?, se expresa, pero no es arte.
-Racioppi: tiene que hacer un camino, estudiar, conocer el oficio, hacer un proceso.
-Russo: Eso es lo que se niega hoy.

-¿Hay que redefinir el arte?
-Scannapieco: Sí, porque es un concepto que va cambiando según la época.
-Racioppi: Entonces pregunto: Si el arte no es lo que era, ¿lo que se hizo con el otro concepto es arte?
-Scannapieco: El tiempo lo dirá.
-Russo: Me imagino que sí. El arte es intemporal. Lo que han hecho los primeros hombres en las cavernas hasta el renacimiento, hasta hoy es arte.
-Racioppi: Cada época tiene su paradigma. En la Edad Media, el hombre sentía en forma religiosa, actualmente habría que ver cuáles son los paradigmas, tal vez la revolución tecnológica, la diversificación de todo, la expresión individual sin ir a fondo, sin oficio, sin que importe aprender a ver.
-Samos: O sea que es la decadencia.
-Racioppi: Para mí sí.
-Russo: No hay duda que sí.
-Scannapieco: Me acuerdo cuando Mathieu hizo el action painting y tiró pintura en la Belgrano. Pintaba un cuadro en 20 minutos, cuando uno estaba meses y meses. Estamos en una época en que parece que todo se va muriendo y después vuelve a renacer. Van cambiando los conceptos. Pero uno se toma del arte y de laexperiencia que vivió cada uno. Son distintas generaciones. Como los hijos. Tu hijo va a ver y a sentir de distinta forma que vos y vos a luchar para que vea y sienta como vos.
-Samos: ¿Cuánto duró Mathieu? Porque el cubismo duró hasta hoy.
-Scannapieco: En realidad los artistas jóvenes hoy son Mathieu, porque hacen una muestra, tienen prensa y están durante un año y después desaparecen todos.
-Racioppi: Paul Virilio dice que si uno entra en el museo de Auschwitz tenés la sensación de estar en una muestra de arte moderno. Y dice, por consiguiente, que ganaron los que perdieron.
-Valderrey: Ha habido siempre una gran parábola en la que existe un movimiento que se va renovando, que va haciendo cosas distintas, pero resulta que llega un momento en que empieza otra nueva generación, que habla de una nueva plástica, o clásico-plástica, que dice otras cosas que no habían dicho, por ejemplo, los artistas figurativos en su momento. En todas las épocas se da esto.
-Racioppi: Ojalá comenzara un movimiento que se pusiera a rescatar valores. Después del formalismo, viene un movimiento que busca la figuración. En este momento estamos viviendo otras etapas.
-Scannapieco: Lo que pasa es que antes las etapas duraban hasta 10 años, ahora duran uno. Al otro año, la manifestación cambia. Pronto va a pasar cada seis meses.
-Russo: Ahora se hace simultáneamente, la comunicación es instantánea.
-Racioppi: Uno puede usar la globalización para hacer lo mismo que hacen en otras partes o para meter su identidad y que se conozca.
-Scannapieco: Ahora todo es publicitario. Se hacen campañas en los medios, que se pagan muy bien, para dar a conocer e instalar artistas. Todo cambia; antes no se hacía. Eso lo puede hacer uno que tiene poder económico: hace el libro, la exposición, trae un curador, el video sobre la muestra. Se hace sobre un escrito, uno lo lee y parece muy bien, después va a ver la muestra y no hay obra. Pasa hoy. El tiempo dirá qué es eso.
-Racioppi: Lo que a mí me interesa no lo veo. Entro a una galería, miro y me voy.
-Scannapieco: Es lo interesante de ser viejo, uno va viendo y se va dando cuenta de por qué están algunos en algunos lugares: por amistad, por relación, porque tienen dinero, etc. Convengamos en que además de oficio, uno tiene que tener suerte de caer justo en el momento en que está el periodista y descubre que tenés cierta capacidad.  

-¿Qué pasa con los críticos de arte?
-Samos: No hay.
-Racioppi: Cuando en la década del ’90 hacía una muestra, venían cuatro o cinco críticos, escribían sobre mi trabajo. Ahora esto no pasa. No hay más, cambió.
-Russo: No sé si cambió o no te quieren dar bola. 
-Scannapieco: A los coleccionistas antes les gustaba un cuadro, se lo compraban y así se hicieron su pinacoteca. Ahora, son los jóvenes, que se guían por lo que está de moda, y son los que mueven la difusión y la venta, los grandes empresarios muy jóvenes. Y está muy claro que lo que es joven está bien y lo viejo no sirve.
-Racioppi: El paradigma del progreso permanente. Se progresa en un sentido, pero en otro nos vamos al pozo, no es todo uniforme. Y no se puede progresar en todo.

-¿La relación con los galeristas siempre es de amor-odio?
-Samos: Tiene mucho que ver con el negocio de ellos. Si pueden vender lo que vos hacés, sos muy buen artista…
-Russo: Son fundamentalmente comerciantes. Yo estoy con un galerista que es uno de los popes en Argentina, pero sé que en el fondo la relación no cambia. Es amor-odio, una constante. Mientras al que te venda la obra le convenís o lo tuyo es rentable, sos de interés para él. A lo largo de la historia, si uno lee, se encuentra con esto y con la idea de que el artista se queda con las migajas de lo que gana el galerista.
-Racioppi: Antes lo que era de vanguardia estaba fuera del sistema, ahora es al revés. Si no sos de vanguardia, no existís.
-Samos: Lo que ellos llaman vanguardia. Cuelgan a los “contemporáneos”, pero nosotros somos contemporáneos, les guste o no.  

-¿Ese ellos son los galeristas o es más amplio?
-Samos: Los galeristas y el gobierno, las autoridades.
-Racioppi: En notas de Pepe Nun -el secretario de Cultura de la Nación- él habla de las ¡“épocas en las que existían las Bellas Artes, y que estaban llenas de nazis”!
-Russo: Es el establishment, que ahora apoya este tipo de cuestiones que van en contra de la Escuela de Bellas Artes, por ejemplo, a la que están haciendo morir. Hay tipos como Valderrey, como Scannapieco, que son bastiones, que la están peleando.
-Valderrey: Hay que tomar conciencia de que para estar en esto, para ser artista, hay que aprender una serie de cosas, de eso reniegan muchos.
-Russo: Yo en la Escuela de Artes viví la transición, es decir, estuve un par de añitos en el IUNA (Instituto Universitario Nacional de Artes). La gente que había empezado con el otro sistema, renegaban del nuevo, porque sabían que lo que venía era peor.
-Samos: Se dio auspicio, se le abrió la tranquera al IUNA. Recuerdo en otras épocas, un alumno del escultor Romano, quería aprender a estructurar una cabeza, por ejemplo, y él le decía “tiene que ir a aprender eso con un marmolero de la Chacarita. Ud. tiene que agarrar el soplete y soldar”. Había que soldar la república y el mundo. Gente como esa hizo que llegara el IUNA.
-Russo: Él no concebía un escultor que quisiera imitar a la naturaleza, era una cosa más intelectualizada. Si vos buscás tu inspiración en la naturaleza sos un tipo perimido para ellos.    

-¿Hay que ser muy prolífico para exponer? ¿Cómo deciden cuándo están listos para hacerlo?  
-Russo:
Hubieron años en los que en Buenos Aires había más demanda, más apetencia por el arte. Y a mí siempre me pasó que no fui muy prolífico. Yo no producía para eso, por eso siempre me vinculé con una sola galería, Zurbarán, donde mostraba la obra que iba haciendo, que nunca era mucha. En esta etapa de mi vida, por ejemplo, no quiero mostrar. A vos Julio te debe pasar lo mismo.
-Racioppi: Más o menos cada tres años me da por mostrar, sacarme obras de casa. A veces te llaman, a veces programás la muestra. Por ejemplo, en 2008 yo programé mi próxima muestra para 2010.
-Russo: También hay artistas en la galería donde trabajo que exponen todos los años.
-Samos: Tres años para mí está bien.
-Valderrey: A mí me pasa en este momento algo diferente. Por mi serio problema en las rodillas, no he podido trabajar mucho últimamente. Mi escultura es muy lenta en cuanto a producción, y hace tres años que hago lo mínimo indispensable, hay que mover mucho peso. Ahora ya estoy empezando a reunir piezas para poder mostrar. Siempre trabajo con la galería “Hoy en el Arte”. Generalmente hago modelados en arcilla que luego son fundidos en bronce o algunas tallas en piedra, o trabajos en madera.  

 -¿Cómo se congenia la vida, la familia, con el arte, con la bohemia?
-Racioppi: Por ahí te cuesta más cuando sos más joven. Después te habituás. Pensás en otros términos. Voy por acá caminando y voy pensando en mis cuadros. Me documento. Si voy manejando, lo mismo voy pensando en eso. Los trabajos te aparecen y después los realizás, pero la imagen se te presenta. Imagen es hacer adentro, vos tenés la imagen de lo que vas a hacer. Cartier decía que la ves con sus atracciones básicas. Lo tenés en la cabeza hagas o no el cuadro. Y la vida, más o menos se acomoda.
-Russo: En general, los que somos veteranos en esto, estamos persistiendo en esto es porque hubo un entorno que propició todo eso. Siempre hay una compañera atrás y así tenés un gran apoyo en el entorno.
-Samos: A la edad de uno eso ya está encaminado.
-Racioppi: Hubo épocas difíciles, estuve casi dos años sin pintar porque había que hacer otras cosas, pero lo fui solucionando.
-Russo: Es una manera de vivir para uno, que ama este hacer. Si no, no estaría 40 o 50 años persistiendo en algo. Cada día es un desafío nuevo. 

 
Un galerista
     Ricardo Coppa Oliver es galerista, dueño de Galería Coppa Oliver, donde se expuso una pintura de Claudio Samos, ocasión en la cual viajé a Buenos Aires para hacer esta entrevista. No era poca cosa porque Coppa había desafiado a Samos a que pintara algo de Buenos Aires y dejara a Jujuy de lado (por esta vez), así surgió “San José de Flores”.
     Acerca del cuál fue el criterio que lo llevó a colgar en la misma muestra cuadros de Racioppi, Samos, Victorica, Berni, Alonso, Lacámera, Cuttica, Presas, Roux, entre otros, explicó “Últimamente los que amamos el arte nos damos cuenta de que está llegando a la pavada. Falta oficio y creatividad, que es lo que tiene que tener el artista. El arte contemporáneo no existe, no tiene ni presente ni futuro. Es una estafa, falta seriedad. Hay que innovar pero dentro del arte”.
     Además, habló acerca de cómo se ubican los trabajos en una muestra “La colgada es fundamental. El dibujo o la imagen es una excusa para el color. Cuando se cuelga una muestra se coordina color, tamaño. No es fácil. Esta es una parte que me gusta mucho hacer y aqueí no hubo un curador, porque ese trabajo lo hice personalmente”.
     La primera muestra de una galería es fundamental  “Es la apertura de temporada, y es muy importante porque así la gente sabe de qué se va a tratar el ciclo. Una muestra permanece un mes, y durante el año se hacen 10 exposiciones, 2 o 3 colectivas y el resto individuales. Por ejemplo, después de ésta se expondrán trabajos de Cuttica, que dentro de la modernidad es un clásico”. 

Algunos datos
Todos estos artistas plásticos nacieron entre 1929 y 1940, son argentinos, salvo Antonio Pujía, nacido en Italia. Tienen en común haber estudiado en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón”, donde se recibieron de maestros nacionales; haber estudiado el Profesorado de Artes en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Ernesto de la Cárcova”. Algunos de ellos son profesores en el IUNA (Instituto Universitario Nacional de Arte), como Ernesto Valderrey y Carlos Scannapieco; otros, como  Julio Racioppi, también continúan dando clases en posgrados. A algunos se los “amenazó” con nombrarlos profesores eméritos. Ninguno ha dejado de lado la vocación ni la inquietud de la búsqueda. Son escultores, grabadores, pintores. Sobre cada uno de ellos existe material disponible en Internet.






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