René Cortez

      Con el Clausura 2008 a mitad de camino, ya se puede vislumbrar quiénes serán los que estén directamente involucrados en la lucha por la permanencia en la Primera División durante el próximo torneo.
      El más complicado, sin ninguna duda es Olimpo de Bahía Blanca, no solamente por la obviedad de que es el último en la tabla de promedios, sino también por la pobre campaña que está haciendo. Un escalón arriba, está Gimnasia de Jujuy, también muy complicado a pesar de la mejoría futbolística que llegó de la mano de Omar Labruna. Los buenos resultados no aparecen y el equipo sumó sólo 6 puntos, todos por empates, después de 42 en juego. La última victoria fue el 20 de octubre del año pasado frente a Colón, por la 14ta. fecha del Torneo Apertura, cuando Loeschbor marcó el 1 a 0, en el único partido que ganó el equipo con el anterior entrenador, Carlos Ramacciotti. 
      A pesar de los números en contra y el pesimismo de algunos que quieren ver al Lobo en la B, ¿qué es lo que puede darle esperanza al único representante del Noroeste Argentino en el Fútbol de Primera?
      El primer punto a favor es que el equipo ha recuperado la actitud. Como lo habíamos anticipado en la nota anterior, a Ramacciotti le quedaba poco hilo en el carretel y con él se fueron también los enredos con el plantel. Llegó Labruna y como por arte de magia las prácticas tomaron otro color; los partidos, que hasta ahora no son muchos, muestran a jugadores que van para adelante, piden la pelota, pelean un mano a mano a muerte y muchas cosas más que para el que sabe de fútbol son obvias. No había onda con Rama y la dirigencia tardó en darse cuenta, hasta que no le quedó otra que cambiar de rumbo en medio de la tormenta. Porque más allá de la notoria reacción, el Lobo empató con Rosario Central y Argentinos, perdió contra Boca inmerecidamente, pero sigue sin ganar. Es más, Gimnasia hace 14 partidos que no sabe lo que es festejar un triunfo. Pero aún falta bastante y el milagro de la salvación puede ocurrir, depende de los arriesgados valientes que caprichosamente dejaron pasar tanto tiempo sin sumar. No se olviden que muchos de ellos fueron responsables del desgano puesto de manifiesto en los procesos anteriores, y digo procesos porque la mala racha no es sólo mérito de Ramacciotti.  En el promedio, como su palabra lo indica, se dividen las últimas tres campañas, de las que también formó parte Mario Gómez, entrenador que decidió abandonar el barco utilizando una salida elegante y “atribuyendo” el muerto a los dirigentes.
      Para los que no tienen memoria, si a Gimnasia por desgracia le toca descender, no se olviden de Gómez, quien sabía que la cosa estaba difícil, pero decidió cambiar de aire. Claro que tampoco me quiero imaginar que si por esas cosas que tiene la vida, el Lobo queda en promoción y le toca chocar con Belgrano, que está en la B y buscando llegar a Primera. Mamita querida, te la regalo. Qué me cuentan, ¿se pusieron a pensar?
      Otro de los puntos a favor del plantel, es el apoyo de la mayoría de los hinchas, que intentan convencerse de que hay una onda positiva y de que pase lo que pase siempre habrá alguien para salvarnos. Pasó con Boca. Muchos simpatizantes se olvidaron de los pergaminos del equipo de Ischia, y antes del partido hasta apostaban por una victoria a favor del Lobo. Los jugadores también se dieron cuenta de esto y de la misma manera salieron a jugarle de igual a igual a uno de los planteles más importantes del fútbol argentino. Claro que si la suerte, que también ayuda, hubiese estado del lado jujeño, otra pudo haber sido la historia, pero lamentablemente terminó a favor de los “Xeneixes”.
      Si seguimos enumerando los “pro” de Gimnasia, no debemos olvidar la llegada del delantero Luis Miguel Escalada, que con nombre de cantante o de actor de telenovela parece ser el que con sus goles vencerá a todos los villanos que quieren empujar al Lobo al temible infierno. Sin duda, Escalada, es una de las cartas de gol a las que debe aferrarse el Lobo Jujeño. Sin considerarlo el “gran salvador”, el delantero ya comenzó a pagar contra Boca. Si seguimos mirando el lado positivo, podemos decir que la recuperación de Turdó es una buena noticia, más la puesta a punto del ex capitán Gabriel Ramón, que para las últimas fechas podría convertirse en un soldado más del ejército de Labruna.
      Pero la más importante ayuda que puede tener Gimnasia, la podemos encontrar en los rivales contra los que tiene que jugar, a saber: Gimnasia de La Plata, Lanús, Independiente, Huracán, Colón, Olimpo, Banfield, San Martín de San Juan, Newell’s y San Lorenzo. De los nombrados, sólo dos pelean directamente con el Lobo, ya que es muy difícil que Olimpo se recupere. Colón y San Martín de San Juan, a quienes Gimnasia recibirá en su cancha, son dos partidos que serán determinantes en la lucha por no descender; los demás están salvados o cerca de seguir en Primera. Para no ser más amplios, se fijaron en los partidos que les tocan a los demás comprometidos.
      Pero claro también están las malas. Los jugadores de Gimnasia sufrieron lesiones graves, salvo a Arraya y a Osvaldo Miranda que se fue, no les pasó nada. Héctor Silva fue operado, Diego Miranda sufrió la rotura de ligamentos, Mario Turdó volvió recién en la mitad del torneo y eso que no estoy contando la mala suerte de Gabriel Ramón, o de otros jugadores desgarrados y algunos que no se recuperan como Maxi Salas. ¿No será mucho, che?   
      Otras de las contras más importantes pasan por los resultados positivos de los equipos que también luchan por salvarse. San Martín de San Juan ganó tres partidos, perdió uno y siempre acecha porque al estar recién ascendido no divide. Racing parece haber revivido de la mano de nuestro conocido Franco Sosa y aunque ya conoce lo que es el descenso y en pasajes del torneo estuvo en promoción, nadie se imagina a la “Academia” descendida, más allá de los “refuerzos” que el ex presidente le está queriendo dar al club. Pero pensándolo bien por qué no podría tocarle a los de Avellaneda, el castigo del descenso, sería el premio para muchos dirigentes que dejaron que la institución se haya convertido en una empresa que no encuentra el camino.
      Finalmente, la contra más importante que puede tener el equipo para lo que viene, es la incredulidad. Hacer leña del árbol caído no sirve nunca y menos en este momento. La reacción por la mala campaña, ya llegó, tarde pero llegó. Hay un nuevo proceso, se nota en los jugadores una actitud diferente; el equipo ya tocó fondo y puede ser que el impulso sea muy fuerte para salir adelante de una vez por todas. La pregunta está instalada, se la escucha en la calle, en las “confis”, en la cancha, en el café, en todas partes. ¿Se salvará el Lobito?, muchos apuestan a que sí, pero también hay otros que piensan que la caída es irreversible. Ahora, si a estos últimos el tiempo y los resultados les dan la razón, habría que definir si el descenso es un drama, o simplemente la consecuencia de tres años irregulares en los que un equipo, por ciertas circunstancias, no obtuvo resultados deportivos.
      Señores, todos queremos que Gimnasia se salve y aunque sabemos que los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes la van a pelear a muerte, el fútbol es un juego, no la guerra.