Hasta hace poco tiempo un RR PP era un Poli Armentano, un Alan Faena, personajes oscuros de la noche oscura de los boliches, como Gaby Alvarez. Sin embargo, el relacionista público tiene un perfil profesional que no siempre tiene que ver con la luz ostroboscópica y los flashes. La relacionista pública Inés Leiva habla acerca de esta profesión y su inserción en Jujuy.

      â€œRelaciones Públicas como una carrera en Argentina comenzó en la década del ’50. Hasta hace unos veinte años, e incluso a veces actualmente, los relacionistas públicos estamos vinculados –a través de los medios masivos- con aquellos personajes de altísimo perfil de la noche porteña, de las discos. En realidad, se trata de un profesional de bajo perfil, que trabaja detrás de escena en empresas o consultoras y está preparado para organizar estrategias comunicacionales, eventos, que efectivamente pueden trascender a través de los medios. Se trata de influir –en el buen sentido de la palabra- para lograr la aceptación de la opinión pública de lo que se quiere mostrar, que puede ser una empresa, una organización pública o privada, civil, etc.”, comenzó diciendo Inés Leiva, relacionista pública que trabaja en nuestro medio.
      En cuanto a las competencias específicas, Leiva explicó “Se aplican técnicas que tienen que ver con la capacidad para aplicarlas que tiene el profesional en sus relaciones. Es un proceso en el que intervienen las investigaciones y las soluciones que se programan, se llevan adelante y se evalúan. En todas situaciones como eventos, reuniones, momentos de crisis, etc.”.
      Partiendo de crisis planteadas como Cromagnon o la rotura del acueducto en Jujuy, Leiva indicó que existe un Manual Crisis, “que permite gestionar las situaciones difíciles. En general, se habla de que es necesario que los damnificados y sus familiares puedan tener una comunicación directa con la empresa, por ejemplo a través de líneas gratuitas, atendidas por empleados entrenados para este tipo de tareas. Por otra parte, el relacionista público debe conocer la verdad de lo que sucede y a partir de ahí comunicar y dar a conocer lo que la población necesita saber”.
      Acerca de la importancia y de la inserción del trabajo de los relacionistas públicos en la administración pública, Leiva explicó “aun no se conoce a fondo desde el estado la importancia de nuestro trabajo.  Evidentemente, cuando se está frente a campañas políticas, se ve el trabajo de los relacionistas públicos. A la vez, se plantea como un desafío la gestión de la comunicación interna, hacia adentro de la organización: entre funcionarios y empleados, por ejemplo. Por otra parte, el estado al brindar servicios necesita del relacionista público respecto a la difusión, gestión y beneficios de estos, a través de canales de comunicación ágiles, accesibles, claros y que puedan ser comprendidos por todos; la diferencia con el periodista es que nosotros trabajamos con toda la opinión pública, no la dividimos en sectores de público. Además, es necesario el trabajo en la relación que establecen los empleados del estado con los ciudadanos, teniendo en cuenta que la buena atención es fundamental, pero que a la vez el empleado no tiene incentivos, muchas veces tampoco tiene capacidad ni estabilidad laboral: este es un tipo de trabajo que se realiza a partir de encuestas, por ejemplo, pero que es de largo plazo y que finalmente puede permitir la reubicación del empleado, teniendo en cuenta sus características y capacidades”.
      â€œEn Jujuy, hay un campo laboral incipiente, que tiene que ver con empresas, instituciones, aunque en realidad todavía es una carrera que está muy ligada al Ceremonial y Protocolo, en relación al ceremonial público, que es una serie de fórmulas, de rituales y ceremonias preestablecidas”, concluyó.