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Andrea Velasco

El culto a San la Muerte en Jujuy

      Este texto intenta una aproximación para la interpretación y el desentrañamiento de la trama de significaciones que comprende el culto al Señor de la Muerte en San Salvador de Jujuy. Los significados que las personas le otorgan a este santo durante la adoración, representan los inicios para llegar a comprender qué es lo que le falta a la gente y que necesita encontrarlo en la fe, en este caso hacia un “santo pagano”.  Según Clifford Geertz “El hombre es un animal inserto en tramas de significaciones que él mismo ha tejido. La cultura es esa urdimbre, y el análisis de la cultura debe ser una ciencia interpretativa en busca de significaciones” .
      El ser humano tiene la necesidad de sobrevivir buscando una protección divina “...de allí surge el culto a un dios supremo en las grandes religiones universales” . Sin embargo, esta urdimbre ha unido a los cultos consagrados por la Iglesia con una serie de cultos populares paganos donde se reflejan a través de sus prácticas.
      Existen distintas denominaciones para una misma entidad: “San La Muerte”, “Señor de la Buena Muerte”, “Señor de la Paciencia”, “San La Paciencia”, “Señor La Muerte”, “San Justo Nuestro Señor de la Muerte”, “Nuestro Señor de Dios y la “Muerte”, “San Esqueleto”, “Señor Que Lo Puede Todo”, “San Severo de la Muerte”, o “San”, simplemente. Representa sólo un  "santo" en la mentalidad  de la gente, pues no lo registra el santoral católico.
      Cubierto con una capa negra y guadaña en mano, con guadaña y sin capa, o, en la versión más sugestiva: un esqueleto acuclillado y con las manos sosteniendo la barbilla, este payé o amuleto debe estar  hecho preferentemente de plomo; mejor aún si es de la bala que mató o hirió a algún ser humano, de hueso humano, o en su defecto, madera o yeso. No debe tener más de diez centímetros de altura y si los sobrepasa, el altar que lo guarde no debe estar expuesto a miradas indiscretas .
      De su origen extraemos dos versiones. Una dice que hace mucho tiempo existía un cacique que administraba justicia en forma ejemplar. Cuando murió, Dios lo llamó a su lado para que lo ayudara en una difícil tarea. Le dijo Dios que habiendo sido tan justo en sus actos sobre la Tierra, le encomendaría el cuidado de la vida y la muerte de los humanos. Le condujo a un lugar del cielo donde le ofreció un trono, y alrededor del mismo se extendían hasta el infinito cantidades innumerables de velas, algunas recién encendidas y otras a punto de apagarse. Dios le dijo que las que estaban por terminar de arder eran de los hombres que debían morir y que él debía bajar a la Tierra para recoger sus almas. Así, por orden divina, se convirtió en el ayudante de Dios para controlar la existencia de los hombres. La otra versión cuenta que San La Muerte es producto de la unión entre las vertientes culturales de los guaraníes y las enseñanzas religiosas de los misioneros Jesuitas . Esto aporta, junto a la comparación de las oraciones y algunos rituales que pertenecen a la práctica religiosa y se desarrollan en el ritual al “San”, para hablar de la influencia de la Iglesia Católica en rituales y oraciones del culto mencionado.

Imágenes de
San la  Muerte
      Al “Santo” se lo suele representar de distintas maneras. Unas veces viste capa roja, a veces negra. En algunos santuarios el devoto hace el pedido frente a la imagen diciendo oraciones como el Padre Nuestro, el Credo u otras, especialmente creadas para el “Pirucho” , por supuesto haciendo siempre la señal de la cruz (persignándose) al entrar y salir de la capilla. Otras, el poseedor de la imagen hace de intermediario ante el poderoso “Señor de La Muerte”, pidiendo por el sufriente de males físicos y del alma. En ambos casos debe dar una ofrenda a cambio del favor. De no hacerlo, el santo es implacable con sus fieles incumplidores y los castiga de manera que el sufrimiento se duplica.
      Cuando “San La Muerte” está vestido con capa roja, se lo exhibe públicamente. Parado con su guadaña; a veces está al lado “Santa Catalina” . Otras veces, a los pies de la imagen de esta santa está incrustada una calavera que lo representa. En este caso sólo se le pide el “bien”. Es decir, que sane a algún ser querido enfermo, que proteja el hogar, pedir por el amor en la pareja, buenos resultados en los estudios y para que no falte el dinero, entre otros. El solicitante pide en persona el favor.
      Cuando está vestido de capa negra, la mayoría de las veces sus devotos lo utilizan para hacer el mal. No permite el dueño del santuario que se lo vea porque pierde el poder.
      â€œLa fiesta principal la hacen en la mayoría de los santuarios cada 15 de agosto (Día de la Ascensión de la Virgen María). No sólo se rezan rosarios y novenarios a la imagen, también se realizan multitudinarias procesiones. Mientras dura el paseo de la imagen por el barrio, una gran cantidad de rezadoras van orando en forma de letanías y grupos chamameceros interpretan música. Nunca debe parar la música mientras dure el circuito, porque se disgustaría el “santo”. Entonces cuando un grupo finaliza una interpretación, inmediatamente comienza otro, de manera que no haya silencios entre cada canción” . 

Los poderes de
San la Muerte
      Entre los múltiples poderes que se le atribuyen  se destaca por hacer a sus devotos invulnerables al daño, además de inclinar a su favor la suerte en la fortuna y el amor, los poderes del amuleto se acentúan, si éste ha sido tallado en hueso humano.
      Al señor la muerte se le pide gracias o daños. En el primer caso, se lo puede colocar  sobre la foto de la persona a la que se quiere enamorar, colgarlo cabeza a bajo hasta que satisfaga el pedido o enterrarlo en el patio de la casa o frente a la puerta de casa hasta que cumpla. En el caso que se desee hacer un daño a un enemigo también se lo puede asentar sobre la foto de la persona  o colocarlo mirando hacia el lugar donde vive la persona a la que se desea hacer el mal. También se cree que para que el santo comience a actuar teniendo todos su poderes, hay que llevar su imagen durante siete viernes seguidos a siete iglesias diferentes” .

Los altares de
San la Muerte
      El culto personal se realiza en el hogar, rezando ante su figura colocada en un altar revestido de paños negros e iluminado por velas de color rojo, negro o amarillo. Hay una serie de oraciones dedicadas al “Santito” a través de las que puede cumplir con lo pedido mediando ante Dios.
      Las ceremonias de este culto se celebran los días martes y jueves. Si el pedido que se le va hacer es un daño, se debe encender la vela pasadas las 24 hs. Estando el devoto completamente solo frente a la imagen, ya que en este caso si la  imagen es vista por otras personas pierde por completo sus poderes; se dice entonces que sólo “el dueño lo atiende”.
      Si el culto al “Santito” es público, este debe tener su altar colocado en un lugar de la casa que sea exclusivamente para él, estando su imagen alumbrada por velas  rojas, o blanco y negro, o amarillo y negro adornado su espacio por claveles de color rojo.
      Este culto público esta destinado a los buenos deseos, los pedidos para el bien se hacen a la caída del sol, hasta la media noche porque como dijimos antes pasadas las 24 horas. sería malo. A diferencia del otro altar, éste debe estar acompañado por crucifijos o la imagen de  Santa Catalina. Los pedidos buenos de los que hablamos son del tipo de protección para la familia, para que abra los caminos, para que libere a la vivienda de posibles ladrones o de las envidias de otras personas.

Culto publico en San
Salvador de Jujuy
      Según informantes, cuando llega la fecha de festejarle su día al Santo, que es entre el 15, 19 o 20 de agosto, se realiza una gran fiesta en salones alquilados o casas, donde se levanta un altar muy grande con candelabros a su alrededor, iluminados por velas en color rojo, blanco y negro, haciéndose presentes todas las imágenes de los promesantes que llegan a la fiesta, quienes le traen de ofrenda vino, licores, comida que le gusta al “santo”, como chancho, chinchulín, etc.; golosinas como chocolates y confites. No faltan los claveles rojos ni los  cigarrillos. Todo esto está distribuido en el  altar.
      La fiesta es organizada por un grupo de devotos que a través de sus  promesas  le ofrecieron como regalo la comida, la música, la bebida. Entre otras aspectos destacados, la fiesta se lleva a cabo a puertas cerradas. Cuando se entra se le da al devoto una “vacuna” , que no se puede rechazar, ya que sería un desprecio para el santo.
      En el transcurso de la fiesta se cena, se bebe, todo en un ambiente familiar. Al término de la cena la orquesta, que en todo momento acompaña con su música, llama al centro a la gente, quienes en ronda escuchan atentamente las historias de las promesas cumplidas y las gracias recibidas por el santo, como así también de los castigos por no cumplir con alguna promesa.
      A continuación se reza en conjunto (El Credo y el Padre Nuestro pertenecientes al cristianismo), se lo vitorea a coro: “Viva San la Muerte, viva, viva”. Este también es un hecho simbólico perteneciente al  cristianismo.
      Al terminar este primer momento del ritual, todos regresan a sus mesas a seguir bebiendo o a la pista, bailando en honor al señor. Mientras esto ocurre algunas organizadoras de la fiesta se acercan a las mesas con los licores, obligando a tomar un vaso a cada persona. Cabe destacar que nadie puede retirarse de la fiesta hasta que termine, la puerta es custodiada hasta el final, lo cual es sabido por los devotos con anticipación.
      En el  segundo momento del ritual se vuelve a llamar a la gente al centro frente del señor y se pregunta quién quiere caminar descalzo sobre el azúcar (entre 3 o 5 personas abrazadas  caminan descalzas sobre el azúcar rezando y pidiendo suerte, salud y protección para cualquier mal que los quiera alcanzar. Para los creyentes “es una manera de limpiar el alma”. Luego de esto se continúa  bailando y tomando, lo que finaliza con el regalo de un souvenir. La fiesta  comienza a las 21 horas y termina al otro día como a las 8 de la mañana.

Altar público  en San
Salvador de Jujuy
      En la provincia de Jujuy desde hace tres años podemos encontrar el altar del Señor de la Muerte a orillas de la ruta Nacional Nº 9, en dirección a Palpalá. Según informantes se registró que algunos devotos concurren caminando al altar en modo de promesa. Como parte de este trabajo, quisimos hacer lo mismo: llevando velas para el momento de alumbrar el altar, se caminó a orilla de la ruta con los autos pasando muy cerca y disfrutando un poco del día soleado, mientras a lo lejos se visualizaba un color rojo, y al acercarse más se podía ver unos pañuelos colorados colgados, así también unos metros antes bastones con banderines rojos que guían el camino hacia el Gauchito Gil , fiel devoto de “El Señor de la Muerte”, cuyo santuario está casi 8 años en ese lugar. Por lo tanto, durante este tiempo fue evolucionando, y hoy el santuario es utilizado por todas las familias devotas tanto del  Gauchito Gil como del “Señor de la Muerte”, que se llegan al lugar para compartir y ofrecer su fe a sus santos.
      Es un terreno extenso, donado por la Empresa Benito Roggio, que fue siendo modificado, ya que antes era sólo un paisaje natural y hoy muestra la intervención del hombre, donde se puede ver: mesas, asadores y lavatorios. En ese espacio existen tres santuarios: el del Gauchito Gil en el medio y dos del “Señor la Muerte” uno a la derecha y el otro a la izquierda,  diferentes entre sí, aunque ambos están construidos con ladrillos y cemento; la capilla es grande con rejas en el frente. El de la derecha no está pintado en su totalidad solo tiene la imagen de una calavera en el lateral izquierdo, en su interior podemos observar una repisa que atraviesa lado a lado las paredes donde se encuentra una imagen grande del señor portando una corona de plata, una capa roja, unos ojos penetrantes rojos y su guadaña. También podemos observar imágenes medianas y pequeñas de distintos colores, que representan en este ámbito el bien, el mal, la suerte, el dinero, el amor, salud, la paz, etc. En sus paredes están colgadas banderitas de color rojo y negro, con  la oración del “Señor”. Sus devotos también le dejan ofrendas como flores cigarrillos, vino, empanadillas, pochoclos, cartas con pedidos y velas alumbrándolo.
      El altar de la izquierda el día en que se hizo la observación fue el más visitado. La estructura es la misma, pero está pintado completamente de negro en el frente, con calaveras. Al costado izquierdo está escrita la oración del señor. Las velas que lo alumbran casi en su totalidad son negras, la imagen del Gauchito Gil no podía faltar como así tampoco las ofrendas, caramelos, chocolates, vinos, cartas con los pedidos y diferentes adornos con su imagen.
      Al pasar la mañana en este lugar observando tratando de  explicar un hecho particular (el santuario) una hipótesis e inferir una conclusión falible a parte de interpretar indicios, pistas o signos no observados o poco tenidos en cuenta, siguiendo a Carlo Ginzburg , se presentó un joven en el santuario de la izquierda. Era un devoto, estaba en pleno ritual, prendiendo una vela al “Señor de la Muerte” y se estableció una relación al acercarme. El joven podría decirse que por su imagen, pertenecía a  una “tribu gótica” , tenía aritos en las cejas, en las orejas una hilera de ellos, y  tatuajes en los brazos cubriendo varias cicatrices muy visibles en sus muñecas, entre estos tatuajes uno mediano era de la imagen del  señor de la Muerte.
      A partir de la percepción e interacción con Hugo, el devoto entrevistado, explicó que esa era su imagen pero “es sólo moda “ya que su trabajo es realizar tatuajes y colocar de piercings. Tiene 18 años y por el trabajo dejó de estudiar y se dedicó a “cosas malas”: “me portaba mal”, dijo, pero ahora estaba tratando de salir adelante.
      A partir de ahí comenzó a describir cómo era su devoción al “Señor de la muerte”. Dijo que creía, que tenía fe pero sobre todo respeto: “lo tengo tatuado en mi brazo izquierdo”. Al preguntarle si sabía qué significaba el tener tatuada la imagen en la piel y las consecuencias, de acuerdo a ciertas creencias, que podía traer en el momento de su muerte agregó que “sí, pero asumo todo” .
      Al momento de la entrevista, Hugo realizó una diferenciación entre devoto y creyente. El que es devoto tiene la imagen del señor en su casa. El creyente sólo lo respeta y cree en él. Dentro de este último grupo se incluyo él: “ahora soy creyente, nada más, antes tenía la imagen en mi cuarto pero en momentos de locura y peleas con mis amigos volví a mi casa y la tiré contra la pared”.
      Según su relato él se caracterizaba por ser muy extremista, tomaba mucho, hasta que decidió calmarse y cambiar, volver a la escuela terminar el secundario y seguir estudiando.
      Pensaba que todo lo malo que le pasaba era por un castigo del santo entonces ahí decidió venir a enterrar la imagen quebrada atrás del santuario, pedirle perdón y transformarse sólo en creyente, pero sigue teniendo la imagen en su piel y en una medalla colgando de su cuello.
      Con respecto a las promesas y  pedidos al santo se diferenció de otros creyentes y devotos diciendo que él no pedía y daba algo a cambio, luego de que el santo le cumpla, sino todo lo contrario: él le pide y al mismo momento le ofrece algo como ser un cigarrillo, una vela, alguna ofrenda que el pueda darle. “Nunca le prometo nada que no pueda cumplirle, ya que si no le cumple me puede castigar” dijo.
      Al hablar del santuario contó que quien lo construyó fue un colectivero muy devoto; él lo conoció ya que fue quien pintó las imágenes en el  santuario.
      Esto nos llevó a preguntarle sobre la razón por la que se perciben signos tan diferentes entre ambos santuarios, el de la derecha y de la izquierda. Signos como la cantidad de imágenes en uno y en otro, el color negro tan marcado en el de la izquierda y la mayor cantidad de visitas a este último.
      Hugo respondió que es sólo por cuestión de seguridad. Que al de la derecha lo habían robado varias veces y por eso los devotos no dejan sus promesas en él, por temor a que las roben, y por la mayor seguridad que brinda el de la izquierda tiene más imágenes y ofrendas.
      La misma mañana se presentó una mujer. Bajó de una moto y fue directamente al Gauchito Gil y prendió una vela de color rojo. Hizo lo mismo con los otros dos santuarios del “Señor de la Muerte” pero a ellos los alumbró con una vela de color negro. Cuando se acercó al santuario de la izquierda hablé con ella, acercándome para lograr una interacción, de acuerdo a las estructuras de significación o desacuerdo a los códigos establecidos según Geertz.
      Contó que era dueña de una santería, que realizaba limpias y distintos trabajos. Comentó la significación de los distintos colores de los santos: rojo el amor, dorado el dinero, blanco la pureza, naranja la tranquilidad y negro, la maldad entre otros. En cuanto a las ofrendas, dijo que las comidas son siempre las que le gustan al “santo” y representan las gracias del devoto. Que en este santuario, que predomina el negro, no significa lo malo ya que como dice la historia al ser un altar público no se lo utiliza para el mal sino lo contrario,  también destacó que  la historia cuenta que se lo debe llevar a 7 iglesias diferentes para que reciba la bendición, ya que así obtendrá todos sus poderes. Explicó que el siete significa buena suerte.
Podemos hablar de acción simbólica, según Geertz, ya que es todo acto concreto con significado social en determinadas prácticas, las cuales tienen una definición simbólica, que realiza un sujeto cuando interactúa con otro igual a él o con su contexto.
      Analizar la cultura es de por sí y como ya lo venimos observando una tarea difícil pero desafiante. A pesar de ser tan pequeño y puntual lo que analizamos, en este caso el santuario y la relación de los devotos con él, mientras más profundamente se lo analice menos completo serán nuestros rasgos teóricos.  Por ello es que lo que hacemos es “intrínsicamente incompleto”. Interpretar eso íntimo, eso esencial, es descubrir, traducir el valor de las cosas y según como lo entiendan ellos (los objetos/sujetos investigados) no será interpretados en su completud.
      Al  interpretar y ponernos a analizar detenidamente cada uno de los conceptos que componen esta simple pero compleja frase  “interpretación de la cultura”, tratamos de  formular interpretación en términos que no sean desde el investigador, sino desde la sensibilidad del otro, es decir, de cada uno de los personajes de nuestro trabajo (Hugo, Santera): interpretaciones del primer orden.
Abordamos el tema desde una de las condiciones de la teoría cultural de Geertz Clifford, el enfoque semiótico, ya que desde allí nos ayudará a acceder al mundo conceptual en el cual viven nuestros sujetos y analizar esa interacción de signos producidos.

Conclusión
      El culto a San La Muerte  evidentemente es  un sincretismo religioso-pagano que posee características de creencias tan opuestas como el cristianismo, la magia, el bien, el mal  y  la superstición, convirtiéndose así en uno de los cultos más insólitos y misteriosos de Argentina.
      Es un "santo popular”, su nombre y su figuración esquelética se encuentran estigmatizados, llevan a muchas personas a pensar que su devoción sólo acarrea desgracias para el promesante o para el destinatario de sus odios y rencores o que la entidad exige a cambio de sus "favores" morbosos pactos sangrientos.
      Por un lado, se debe aclarar que según la religión católica, sólo Dios hace milagros. Los santos interceden, como muestra la Biblia que hizo la Virgen en Caná y después San Pedro y San Pablo. Pero los santos populares pueden aparecer como milagrosos.  Por otro lado, al finalizar este trabajo y haber reflexionado sobre los testimonios dados por los informantes se puede apreciar y afirmar que tienen este culto pagano porque ya están cansados de las mentiras de la Iglesia, por la pérdida de legitimidad que fue teniendo a lo largo de la historia, a partir de las malas acciones de sus representantes,  así también por la burocracia que presenta poder acceder a la palabra o algún sacramento de la fe católica, “se perdió lo inmediato” resaltaron los informantes. Todo lo contrario sucede con el culto a San la Muerte: el contacto es directo  se acerca al santuario, le reza, le pide y espera recibir la gracia. Sin embargo, se percibe que al haber una simbiosis entre lo católico y lo pagano esta gente no deja de creer y tener fe en un Dios supremo.
      Otro punto en el cual se puede reflexionar a partir de las distintas opiniones de los entrevistados es que a este “santo” en general las personas lo identifican con el mal y con los presos provocando temor, ya que según informes los presos lo utilizan para tener el poder de la protección y así salir ilesos de todo peligro.
      Pero no sólo los presos o las personas que quieran hacer el mal lo adoran. Se investigó que, actualmente,  en la provincia de Jujuy familias enteras de distintos niveles sociales e intelectuales se reúnen en grupos para la organización de la fiesta de cada año, identificándose todos sin diferencias con la misma  fe y los mismos objetivos (pedir por la seguridad, el dinero salud, amor entre otros).
      El “santo" les brinda inmediatamente lo que le piden si es que ellos lo recompensan con una gracia para “él”. 

 
      ORACION A SAN LA MUERTE

 SEÑOR, LA MUERTE, ESPIRITU
ESQUELETICO PODEROSISIMO Y FUERTE
 POR DEMAS COMO UN SANSON EN TU
MAJESTAD, INDISPENSABLE EN EL
MOMENTO DE PELIGRO YO TÉ INVO CO                                             
SEGURO DE TU BONDAD.
RUEGA A DIOS TODOPODEROSO DE
CONCEDERME TODO LO QUE TE PIDO, QUE
SE ARREPIENTA POR TODA SU VIDA AL QUE
DAÑO O MAL DE OJO ME HIZO Y QUE SE
VUELVA CONTRA EL ENSEGUIDA. PARA
AQUEL QUE EN AMOR ME ENGAÑA PIDO
QUE LE HAGAS VOLVER A MÍ, Y, SI DESOYE
TU VOZ EXTRAÑA BUEN ESPIRITU DE LA
MUERTE HAZLE SENTIR EL PODER DE TU
GUADAÑA, EN EL JUEGO Y EN LOS
NEGOCIOS MI ABOGADO TE NOMBRO                                                 
COMO EL MEJOR, Y, TODO AQUEL QUE
CONTRA MI SE VIENE, HAZLO PERDEDOR.
¡OH, SEÑOR LA MUERTE, MI ANGEL
PROTECTOR! AMEN.


NOTAS
En La interpretación de las culturas: descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la cultura.

Pérez, Rojas Eneas. (2002). Pág. 5.

Pérez Rojas, Eneas. (2002). Pág.12.

El culto a San La Muerte, “el santito”, (2004).

Pérez Rojas, Eneas. Pág. 31

“Santa Catalina”: niña mártir, niña mestiza y cristiana, fervorosa en su fe la cual fue atada en una rueda de cuchillos y puñales.

Pérez Rojas, Eneas. Pág. 31.

Ibidem. Pág. 16.

“Vacuna”  denominación “popular” dada al la ingesta de bebidas alcohólica durante algún festín.

“Gauchito Gil,” Mártir adorado perteneciente al santoral pagano.

Ginzburg, Carlo. (1979). Morelli, Freud y Sherlock Holmes: indicios y métodos científicos.  Turín. Einaudi.

Jóvenes que visten con ropas negras y perforaciones en el cuerpo,  que gustan el sentir dolor llamado “masoquismo”.

Según la historia, te brinda protección en todo momento, pero en momento de agonía hay que extraer la imagen de la piel para un descanso en paz.

De nuestra redacción, Ariadna Tabera.

*La autora es alumna de la carrera de Comunicación Social de la UNJu. El trabajo fue presentado en la cátedra Teoría de la Comunicación II.






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