La reedición de la revista El Nacional en el 2005 trajo reminiscencias de viejas épocas para muchos; representaba una forma de expresión y creatividad para los alumnos del Colegio Nacional que participaban, y para otros fue el origen de un juicio, por calumnias e injurias iniciado por la familia Tolaba contra la institución, que finalizó en noviembre de este año. Esta es una entrevista con Jorge Ripoll, abogado defensor del Prof. Alberto Alabí, vicerrector del colegio y uno de los acusados.

      Respecto a la importancia de este juicio, Jorge Ripoll expresó “Es una causa de la Justicia a favor de la libre expresión de los estudiantes; es genérica porque puede servir, de acuerdo a los fundamentos –que aun no se dieron a conocer-, de ejemplo para otras causas. Sobre todo teniendo en cuenta que en estas épocas convulsionadas los políticos hacen denuncias de cualquier cosa, porque es un mecanismo de defensa que utilizan –está tan vapuleada la política y los políticos- que en el acto hacen querellas por cualquier cosa”.
      â€œEn la provincia de Jujuy no ha registros de un juicio contra una institución educativa –continuó diciendo el abogado-.Y además, hay que tener en cuenta que este juicio generó la aniquilación de la publicación. Hay medios de prensa que fueron querellados y no por eso desaparecieron. Sin embargo, el miedo de los alumnos, de 16-17 años, fue muy grande, porque los profesores se sintieron agraviados por la revista y querellaron; y además, los chicos recibieron otras amenazas de gente de la CTA. Estaban desprotegidos. En este caso, hay dos objetivos: el resarcimiento económico y el desagravio. Y hay que tener en cuenta, que si no se produce el desagravio en el medio o en otro de similares características, la pena es la prisión. En definitiva, los chicos fueron el pato de la boda. Después de las amenzas y de todas las acciones que sufrieron a ningún chico se le va a ocurrir volver a sacar la revista”.
      Acerca de si piensa que podría haber otras razones, más allá del alegado ataque a la “honra de la familia”, a su “buen nombre y honor” -palabras que se escucharon durante las audiencias-, Ripoll manifestó que “Cuando los alumnos hablan de “mafia” en la revista no creo que hayan estado pensando en una asociación ilícita. Yo creo que fue una excusa para atacarlo a Alabí. Incluso, uno de los testigos -Hiruela- dijo que “antes (1959) existía mucho mayor respeto que ahora hacia la autoridad; sin embargo, antes la transgresión era mucho más importante”. Y habló de cómo habían satirizado la imagen del entonces gobernador Guzmán, que era quien ponía el dinero para que la revista saliera, entre otros ejemplos. Hubo una hipersensibilidad de la otra parte y creo que minimizaron las posibilidades y los argumentos nuestros. Además, me parece que este juicio puso sobre el tapete muchas otras cosas, en relación a los docentes, porque en este caso había un docente de Matemática evaluando una publicación periodística. Incluso, la primera reacción fue secuestrar la revista, algo que no tiene nada que ver con la democracia y la libre expresión”.
      Cuando se le consultó acerca de si los querellantes tenían alguna obligación impuesta por la Justicia de desagraviar a los alumnos involucrados, contestó que no.
      Durante la primera audiencia del juicio oral uno de los aspectos más destacados fue la presencia de dos ex alumnos del Colegio, Yoyo Hiruela y Babi Lauandos, participantes del Vegigazo del ‘59, que en ese momento no sólo se expresaba a través de una revista sino que además consistía en una puesta en escena en el teatro de la ciudad. Sus testimonios permitieron contextualizar históricamente la importancia de la publicación y el antecedente que era para los alumnos cuestionados. “Yo sigo pensando que el alumno del Colegio Nacional –comentó- tiene la obligación de ser distinto; carga una mochila pesada que llevar, porque los egresados del Colegio han sido y son gente importante que ha hecho, que son, quienes han dictado las pautas de conducta en Jujuy hasta hace 20 años atrás, e incluso a nivel nacional en muchos casos. Pensemos en Prebisch, por ejemplo”.
      La participación de algunos de estos testigos puso de relieve ante el Tribunal que resulta más agraviante que los dineros públicos se utilicen en este tipo de casos y no se empleen para mejorar las difíciles situaciones que los jóvenes en el Jujuy acutal debe enfrentar cotidianamente.(Entrevista de Ariadna Tabera).