âDemocracia es no sólo garantizar los derechos polÃticos o el sufragio, sino es extender la ciudadanÃa cÃvica y social a todos los habitantesâ.
En estos tiempos, donde la democracia nos lleva nuevamente a las urnas, la frase que deja AlfonsÃn no es menor: âDemocracia es vigencia de la libertad y los derechos, pero también existencia de igualdad de oportunidades y distribución equitativa de la riqueza, los beneficios y las cargas sociales: tenemos libertad pero nos falta la igualdadâ. Al rendirle homenaje debemos reafirmar para sostener la bandera de este partido centenario y continuar la lucha: honestidad; austeridad; diálogo; consenso; compromiso militante; seriedad, estudio y responsabilidad para enfrentar los problemas del paÃs y recuperar su coherencia en la lucha. En un artÃculo de 1974, titulado âLo que les pide AlfonsÃn a los jóvenesâ escribÃa â(â¦) que todo el mundo participe, porque solamente sobre la base de la participación de todos es como lograremos afirmar este paÃs nuestro demorado en el tiempo. Que nadie les venga a decir mañana. A nosotros nos dijeron mañana, a los hombres de la generación anterior a la anterior a la mÃa, les dijeron mañana. Y asà anda el paÃs. Ustedes respondan No. Ahora.â
En Jujuy quienes tuvimos la gran oportunidad de conocerlo, lo aprendimos a querer.
Actualmente estamos viendo cómo el kirchnerismo y el justicialismo hablan de memoria, siendo ellos mismos los que aplaudÃan y loaban a Menem. En Jujuy Fellner, actual presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, repite lo mismo y ahora salen con el invento de las candidaturas testimoniales, engañando al pueblo. Por eso a todos los ciudadanos, afiliados y pueblo en general les pido que en estas elecciones voten a un partido centenario como lo es la Unión CÃvica Radical, que hagan de la elección un verdadero acto de fe, de responsabilidad, de respeto a la Constitución Argentina.
Hablar de Raúl AlfonsÃn y de su reciente desaparición fÃsica, es hablar de un grande de la democracia que el pueblo espontáneamente reconoció. Desde sus valores éticos y morales supo trabajar por la recuperación definitiva de la democracia en la argentina, a través de todas las etapas de su vida, desde sus primeras incursiones en la polÃtica. Los jujeños tuvimos la oportunidad de conocerlo. Personalmente, tuve el honor de conocerlo en mis años de juventud, cuando tenÃa 30 años de edad, lo encontré en el comité nacional cuando Ãbamos un puñado de radicales. En Jujuy éramos pocos.
Desde joven se destacaba Raúl AlfonsÃn como dirigente de la provincia de Buenos Aires, él hablaba de un radicalismo grande, de la recuperación de los valores de la generación de los â90, de los valores éticos de la polÃtica. Tan grande era, que el propio Ricardo BalbÃn, quien presidÃa el comité nacional lo consideraba su discÃpulo. En la década del â70 cuando se hace la famosa convención de Avellaneda y el Dr. BalbÃn, en un vibrante y emocionado discurso anuncia su retirada, dice que su ciclo se habÃa cumplido y que debÃa dar paso al costado para que otros jóvenes tomen la posta de la Unión CÃvica Radical. El Dr. BalbÃn tenÃa un entorno de gente que no aceptaba irse (una de las figuras que más trabajaba era Salcerdi Jiménez). Después de ese discurso famoso de BalbÃn, nos preparábamos para ver quién podÃa sucederlo, cuando él dio marcha atrás y decidió quedarse. Es entonces que AlfonsÃn junto a un grupo de amigos, entre los que me encontraba, pensábamos que no se podÃa aceptar esta actitud tan inesperada en la que se iniciaban nuevas etapas en la polÃtica argentina, donde no habÃa más antiperonismo. En ese momento, el Dr. AlfonsÃn dijo âno podemos seguir con la misma presidencia ya que si en la convención de Avellaneda renunció a continuar en el cargo, era necesario, llevar nuevos cuadros polÃticos a la UCRâ. Entonces me mandó una carta cuya fotocopia figura en este trabajo. En ella me invitaba a una reunión para formar un movimiento nuevo. La primera reunión se realizó en la localidad de Pacheco. Todos los medios dijeron que se reunÃa la generación intermedia, es decir los jóvenes de 30 a 40 años. Estaban AlfonsÃn y Conrado Storani al frente. Después en la provincia de Santa Fe nació el Movimiento de Renovación y Cambio. Esto significaba renovar el partido, su dirección, su constitución, y cambiar la polÃtica, hacer un partido realmente ágil, generoso y que siguiera el ejemplo de los grandes maestros que tuvo el radicalismo, Amadeo Sabatini, quien dio ejemplo de ética y moral; Moisés Lebenshon que en el congreso de la juventud en Avellaneda habÃa dado las bases de lo que era la profesión de fe doctrinaria. Ahà con AlfonsÃn no sólo surgió una afinidad en una lÃnea polÃtica sino una afinidad en lo personal, una amistad muy grande que me acercó más a él. Siento el honor de haber sido su amigo, toda la verdadera concepción de la palabra amistad. Empezamos a formar acá en Jujuy un trabajo de hormiga con Raúl AlfonsÃn a la cabeza, el primer acto con la presentación del libro que se denominó La cuestión argentina. Como AlfonsÃn era un hombre que no tenÃa medios, decidimos con Alejandro Nieva sacarle un crédito en AerolÃneas Argentinas para comprarle el pasaje aéreo de ida y vuelta, pagándole también la estadÃa. Y frente a un puñado de jóvenes presentó esa obra en la Sociedad Obrera de calle Balcarce. Después de este acontecimiento tan importante, se hizo conocer en Jujuy y empezamos con un grupo de hombres- muchos de los cuales no han tenido la constancia de seguir en la UCR, a trabajar con AlfonsÃn.
Hicimos el primer acto en la calle Necochea y San MartÃn frente la Escuela Normal, nosotros armamos el palco, tiramos las bombas y alrededor del palco no habÃa más de 20 a 30 personas, y los curiosos de siempre que escuchaban una figura nueva en la polÃtica argentina. Y todos se preguntaban quién era. En Jujuy estaban acostumbrados escuchar a hombres como Ricardo BalbÃn, y por ello era una novedad sentir el nombre de Raúl AlfonsÃn. Hicimos un acto que impresionó mucho y nos dio fuerza para formar el Movimiento de Renovación y Cambio, porque éramos jóvenes que querÃamos el cambio. En Jujuy estaban anquilosados viejos hombres, que aunque se les reconocieron sus valores, eran los mismos de siempre, los que mandaban en el partido. En cambio nosotros éramos los que imitábamos lo que habÃa pasado en la revolución de mayo, los viejos representaban con Saavedra la moderación, el trabajo tranquilo y el joven Mariano Moreno era el revoltoso, el que querÃa cambios drásticos, profundos, nosotros compartÃamos esa idea. Cuando Ricardo BalbÃn se enteró de que acá en Jujuy habÃamos resuelto desafiar su poderÃo polÃtico y habÃamos formado el Movimiento de Renovación y Cambio decidió intervenir la UCR de Jujuy. Uno de los interventores fue Armando Claros. Nosotros nos resistimos, tendrÃa que haber habido elecciones pero sabÃamos que Ãbamos a perder porque ellos tenÃan el aparato del partido siendo mayorÃa y tenÃan muchos años gobernando la UCR en el orden nacional y provincial. Resolvimos renunciar a las candidaturas electivas de diputados, concejales etc., dejarles para que el Balvinismo ocupara todo. En esa elección el radicalismo no sacó ni un diputado, únicamente llegó a la función un candidato a Concejal por la Ciudad de El Carmen, el viejo caudillista Balvinista Don Rafael Nani. Tristemente en el año 1976 se dio ese golpe que dejó tan herida a la Argentina. En ese momento la presidencia la tenÃa el Balvinismo, pero el presidente decidió renunciar por la dictadura. Es entonces cuando me piden que asuma el cargo y asà en esa instancia tan peligrosa asumo la presidencia del Comité Provincia. Allà se produce la verdadera dispersión de radicales, porque toda la gente tenÃa miedo a la desaparición, a la tortura. Como radical y siguiendo el lineamiento de AlfonsÃn y de BalbÃn decidà seguir luchando hasta último momento, manteniendo las banderas del radicalismo, haciendo posible que el partido subsistiera, aunque muchos de la comisión directiva del comité provincia hayan renunciado en ese momento. Y con hombres como Florencio Araya, Don Castillo y Cleofe Sajama, lográbamos reunirnos sosteniendo el comité, hasta las últimas consecuencias. Todo esto lo hacÃamos a pesar de las constantes persecuciones. Personalmente era citado por la PolicÃa Federal, y cada vez que me preguntaban en qué andaba, les respondÃa: âandamos en el camino de la recuperación de la democraciaâ.
Los diarios de la época decÃan que la UCR con don Roberto Hansen nos acompañaba en todo cuando Ãbamos a exigir la democracia, al Gobernador Urdapilleta, militar de la dictadura. SostenÃamos que el pueblo era el único principio y fin de la democracia, la fuente del poder sólo residÃa en el pueblo, y asà luchando con la ayuda de algunos pocos partidos como el Intransigente, el Demócrata Cristiano, logramos conformar un Frente de la democracia. El justicialismo que era conducido por José Humberto Martiarena y Carlos Snopek se negó a acompañarnos, porque ellos preferÃan reivindicar la figura de Isabel MartÃnez de Perón, y cuando habÃa sido ella misma que les habÃa dado amplios poderes a los militares. Después se produjo la desaparición fÃsica de un demócrata excepcional, el Dr. Ricardo BalbÃn, y quedó de hecho la gran figura de Raúl Alfonsin, como un reaseguro de la UCR. En el 1983, todavÃa hubo muchos avatares, persecuciones. Aquà muchos se rasgan las vestiduras hablando de los derechos humanos y se olvidan de que fue Raúl AlfonsÃn, en el orden nacional quien interpuso una serie de innumerables habeas corpus a favor de los detenidos por la dictadura. Precisamente en Jujuy el grupo de Renovación y Cambio y muchos hombres que también habÃan estado en el Balbinismo como Lalo Carrillo, Nene Meyer, entre otros, Ãbamos a visitar al Buen Pastor, a las mujeres detenidas, entre las que se encontraban la Sra. del Dr. Aredes, que fue una luchadora de los derechos humanos.
El Dr. Alfonsin era nuestra bandera, la figura de él se agigantaba, y el radicalismo empiezó a ser más convocante que nunca, porque fuimos elegidos en internas donde el candidato opositor era el Dr. Fernando De la Rúa. Sin embargo, la figura aplastante de AlfonsÃn, con su carisma, su lenguaje, por su invocación al Preámbulo de la Constitución, pasó a ser la gran figura. La juventud se constituyó en eje de todo su gobierno. Mientras en el justicialismo la juventud estaba en los que se denominan montoneros, eligeron las armas para luchar contra los militares, el radicalismo tenÃa solamente a la juventud, el idioma que decÃa âsomos la vida, somos la pazâ, es decir querÃamos lo mismo, pero éramos la paz. Este radicalismo se aglutinó a través de su figura, y por eso el resonante triunfo. Dos proyectos distintos, uno encarnado en Italo Luder, que decÃa que habÃa que aceptar el decreto de autoanmistia que habÃan dictado los militares, contra todo delito de lesa humanidad, y por otro lado la propuesta de Raúl AlfonsÃn inédita de someter a juicio a las juntas militares, a los responsables del genocidio. Por primera vez, como un verdadero Nürenberg, en la Argentina un gobierno constitucional democrático y civil sometió a juicio a los miembros de la junta militar y los condenó. A todos: Videla, Massera, Viola. En Jujuy habÃamos tenido, después de cincuenta años, el honor de ir dos radicales, quien habla y el Dr. Adrián Ãlvarez, como diputados de la Nación, votamos el rechazo del decreto de autoanmistÃa y aprobamos el sometimiento de los militares a la junta. El pueblo argentino habÃa votado de una forma muy particular, nos habÃa dado la mayorÃa amplia en todas las provincias, para integrar diputados, pero Senadores tenÃa mayorÃa del peronismo. Ese fue el gran problema que afronta Raúl AlfonsÃn. Se habÃa propuesto primero democratizar a la CGT, proyecto que naufragó en Senadores y costó un Ministro de Trabajo, Muchi. Fue resistido por otro proyecto, la propaganda que hizo del PAN (Programa Alimentario Nacional) en su discurso. AlfonsÃn decÃa âNo vamos a permitir que haya hambre en los niños argentinos, los niños que vienen de hogares marginales, son niños que sufren daños irreversibles en el cerebro, y que pueden tener desventajas en las escuelas, por la mala alimentaciónâ. Tuvimos que aceptar lo que nos pedÃa el peronismo: 50% del manejo del Programa. FÃjense ustedes en las minucias en la que andaban porque no querÃan hacer la polÃtica grande sino la politiquerÃa. Pero la verdadera lucha para AlfonsÃn fue con la iglesia, cuando pusó a consideración del pueblo la ley de divorcio. Estábamos viviendo una hipocresÃa porque habÃa muchÃsimas uniones que fracasaban y luego cada una de esas parejas buscaba nuevos vÃnculos y nacÃan hijos que aparecÃan injustamente como hijos naturales. Alfonsin hizo realidad su promesa, se aprobó la ley, Eso a muchos legisladores radicales que habÃamos aprobado el proyecto de AfonsÃn, nos significó la ex comunión. AlfonsÃn tenÃa por un lado una traba con la CGT, a eso se sumaron los militares y luego la iglesia. Todo eso lo afrontó con grandeza, con espÃritu inquebrantable. Por eso hay que reconocerlo como âel padre de la democraciaâ, independientemente de todos los boicots que recibió, los 113 paros que le hizo Ubaldini, los ataques de la Iglesia por haber aprobado el divorcio, de los militares por haberlos juzgado, AlfonÃn tuvo la valentÃa de afrontarlo sin claudicar.
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