La coordinadora general del Presupuesto Participativo de la Municipalidad de Rosario, Graciela Ciciliani, estuvo en la provincia -invitada por el Frente Unión por Jujuy- para explicar de qué se trata este modelo que busca no sólo llegar con obras donde más se necesitan sino aportar a la construcción de ciudadanÃa, mejorar la relación de los vecinos con el Estado y contribuir a la credibilidad. En esta entrevista, compartida con el candidato a intendente Ekel Meyer y a diputado provincial Ramiro Tizón, se examina la experiencia del socialismo rosarino y se analizan los desafÃos de su puesta en marcha en Jujuy.
-¿Cuánto tiempo hace que se empezó a implementar en Rosario esta experiencia?
-Ciciliani: Desde el 2002, en el marco de un proceso de descentralización municipal. Nosotros primero conocimos otras experiencias. Hay muy pocas ciudades en el mundo pero se habla y se está difundiendo mucho y se visualiza la importancia de funcionar con el presupuesto participativo. El Ãcono y la experiencia mundial más importante es la de Porto Alegre, Brasil, que empezó en 1987.
-¿Cómo evolucionó?; ¿enseguida tuvo interés por parte de los vecinos y de las instituciones intermedias?
-No surgió a pedido de la gente; fue una decisión polÃtica del Gobierno de la Ciudad que continuamente brinda espacios de participación a los ciudadanos. En el 2000, que fue un año muy difÃcil de la crisis polÃtica, institucional, económica; de legitimidad de los gobernantes en todo el paÃs; la gente se reunÃa en las plazas, era la época del âque se vayan todosâ. Entonces, en ese momento, se decidió abrir este espacio de participación, fundamentalmente para lograr diálogo e intercambio con los vecinos de Rosario. En el momento más difÃcil, cuando habÃa menos fondos para discutir obras, empezamos a implementarlo. Por eso nosotros decimos que no solamente el Presupuesto Participativo es una obra sino que es una propuesta que hace a la construcción de ciudadanÃa, mejora la relación de los vecinos con el Estado, aporta a la credibilidad.
-Déme un ejemplo, ¿ustedes fueron y les preguntaron a los vecinos cuál es la prioridad acá?
-Hay que ver y analizar con qué metodologÃa; es como establecer las reglas de juego: cómo pregunto y cómo opinan y deciden los vecinos. Si queremos que sea una propuesta colectiva y democrática, hay que pensar muy bien la metodologÃa. En eso hay diferentes experiencias; en cada ciudad hay que construir de acuerdo a su historia, de acuerdo a su realidad polÃtica- institucional. Empezamos a convocar a los vecinos a reuniones donde plantearon sus problemas, no habÃa ni siquiera un monto sujeto a discusión. Al año siguiente, pensamos en continuar y mejoramos a propuesta y decidimos: será mejor que los vecinos, además de exponer sus problemas y reclamos, elijan sus delegados que son los que van a continuar trabajando. Asà que se eligieron delegados y creamos los consejos participativos de distritos.
-¿Cómo fue el mecnismo?
-Los vecinos se auto-postulaban, el resto que estaba presente votaba si habÃa muchos que se postulaban, y esos fueron los que siguieron trabajando, obviamente los más interesados. Con ese grupo fuimos elaborando la metodologÃa: quiénes podÃan ser consejeros, cuánto duraba cada mandato, cuáles eran las funciones de unos y otros; cómo se iba a decidir respecto de las distintas cuestiones, tanto las previsibles como las que se fueran presentando; si era vinculante o no. Se debatió en el 2002 y 2003 y esa propuesta se fue construyendo y mejorando y ya la tenemos bastante clara.
-¿Qué notaste en la gente de Jujuy cuando se habló de presupuestos participativos?
-Meyer: Necesitamos aprender muchÃsimo para poder transformar el presupuesto participativo en una cuestión real y expresada a través de la relación concreta entre la gestión municipal y la decisión de los vecinos de elegir cuáles son las prioridades de sus barrios. Para ello, la herramienta fundamental es la descentralización. Si no existe esa posibilidad y llevar al municipio al lado de la gente, no se puede hablar de presupuesto participativo.
-Rosario es una ciudad que pudo mantener la identidad a pesar de estar a cuatro horas de Buenos Aires, pero igual es parte de los múltiples paÃses que forman este paÃs. Un modelo como éste, inclusive desde la estructura legal, ¿cómo se implementa en Jujuy?
-Tizón: Algo que recalca la gente de Rosario es que esta es una experiencia que no se puede copiar. Es fundamental que se la haga a partir de las necesidades de la historia que se vive en cada ciudad, a partir de la realidad de cada una. Nosotros tenemos puntos en común con Rosario, como ser grandes sectores de marginados, gran orilla urbana, prácticas clientelares de muchos años y con mucha fuerza que tenÃan allà antes del socialismo. Hay puntos en común y puntos diferentes, como es el aspecto de la inmigración tanto nacional como internacional que hay en Jujuy; hay multi-culturalidad.
-¿Lo ves aplicable en Jujuy?
-Creo que es perfectamente aplicable, creo que incluso hasta por la misma forma geográfica en que se distribuye la ciudad es necesaria su aplicación. Jujuy es casi tres ciudades que están pegadas. Hoy, la gente de Alto Comedero, cuando conoce algún funcionario municipal es quizás en esta época de elecciones, alguna vez y nunca más; no puede hacer un reclamo, no puede pagar un impuesto, no puede hacer conocer una necesidad si no es muchas veces por medio de algún tipo de protesta.
|