Ada Galfré, autora de la Ley de Violencia Familiar vigente en Jujuy, evaluó la instrumentación de esta norma, que prevé la asistencia inmediata a las personas que sufren maltrato en sus propios hogares. Para la legisladora mandato cumplido, asesora del Senado e integrante de los equipos técnicos de Raúl “Chuli” Jorge, candidato a intendente de la Capital, si bien se han puesto en funcionamiento algunos de los centros previstos en la norma, todavía hay mecanismos que no están aceitados para facilitar el acceso de las víctimas a la ayuda que necesitan.

-¿Que cuestiones están cruzándose en esto de la violencia que sufren las mujeres? ¿funcionan los servicios que nos han dicho existen en Jujuy? ¿Cuáles son las debilidades y las fortalezas que ustedes ven en estos centros de atención?
-Cuando hablamos de violencia familiar, hablamos de algo que atraviesa todos los sectores sociales. Generalmente lo primera que se piensa, que es en las clases socioeconómicas bajas donde se da la violencia y no es así. Está en todas partes y además se manifiesta en cualquier momento, en cualquier día, a cualquier hora y en cualquier lugar. Tomar conciencia, es muy importante, porque otra cosa que sucede, generalmente, es que se considera el tema como parte tan íntima del núcleo familiar, que hace que el resto no se ocupe, como que a mí no me pasa, eso pasa intramuros. Nos tiene que preocupar y ocupar el tomar conciencia que la violencia es una enfermedad que afecta tanto a la víctima como al victimario, ya que detrás de una persona que ejerce violencia, hay una víctima que la ha sufrido violencia y que es el resultado de no haber sido tratado a tiempo y por lo tanto el modelo se repite. De generación en generación, se va repitiendo. De hecho, en otras épocas estaba como legitimado y naturalizado el hecho violento de un padre hacia un hijo, tomado como un modo de educación. Generalmente se habla de la violencia hacia las mujeres porque es de alguna manera un hecho más significativo por la cantidad,  si bien no hay registros que nos señalen exactamente cuántas mujeres son las afectadas. No hay un registro porque recién se está implementando la ley, en forma muy parcial y, por otro lado, porque no todos los hechos de violencia son denunciados.

-Los hechos de violencia son tantos…
-Lo primero que tenemos que decirle a la ciudadanía es que cualquier hecho de violencia debe ser denunciado. Debe existir la denuncia, porque realmente estamos en pañales en el tema. Lo que sucede es que muchas veces la persona que denuncia es, a la vez, maltratada. Maltrato no quiere decir siempre que se grite o se golpee. Cuando una persona no es atendida ni contenida como corresponde en una situación crítica como la que está viviendo en este caso, por un organismo del Estado, también está recibiendo un maltrato, también es violentada. La anécdota de siempre ¿y vos que hicites para que te pegue? cuando en realidad no hay justificación alguna frente a un golpe o a un hecho violento en sí. Señalemos que hay violencia física, violencia psicológica y violencia sexual, dentro del matrimonio también. Una mujer que no quiere tener relaciones sexuales con su esposo, tiene derecho a no hacerlo y en todo caso hablarlo. No necesariamente debe ser abusada.

-¿Y cómo están funcionando los organismos que deberían recibir estos casos?
-En esto quiero señalar que al querer poner la denuncia, generalmente se le dice a la víctima que mejor no denuncie, que para qué va a hacerlo si después volverá a retirar la denuncia, cosa que es una realidad, que también forma parte de la enfermedad. Entonces se suele hacer una exposición y ahí termina el caso, no se puede hacer absolutamente nada. Es bueno que la gente sepa que cualquier hecho de maltrato, psicológico, físico o sexual, dentro del ámbito de la familia, tanto de parientes, allegados o ajenos, que convivan a o no bajo el mismo techo, es considerado violencia familiar. Ese hecho debe ser denunciado, no expuesto, no debe hacerse una exposición policial, debe hacerse una denuncia y pedir inmediatamente que la policía pida la intervención del juez y, en caso de haber golpes, exigir que un médico forense  revise a la víctima, porque sino las pruebas se pierden. Lo que tiene que saber la persona es que va a estar absolutamente protegida porque la justicia está actuando con mucha celeridad. El tema es que los casos lleguen a la justicia. Los juicios por violencia familiar son sumarísimos. ¿Qué quiere decir? que son muy rápidos y además son absolutamente gratuitos, no hay que pagar ni siquiera un sellado. Así lo establece la Ley 5.107 de Atención Integral de Violencia Familiar. Es una ley que es más avanzada que la nacional y establece que sea el agresor el que se vaya de la casa. Por lo general ha sucedido y por eso se piden tantos refugios y demás, de que la víctima sea sacada del ámbito del hogar para llevarla a un lugar donde se la protege en ese momento y después ¿qué? Aquí lo que sucede es la revés, es el victimario el que se tiene que ir de la casa, porque la víctima es la que tiene que quedarse, que por lo general es la mamá que tiene que contener a los niños, que además fueron mudos testigos y víctimas de violencia también frente a un hecho que los afecta como espectadores y como parte de la familia. Todo esto no se sabe y al no saberse no se exige.

-¿Qué dice la ley sobre los centros de atención integral de la violencia familiar?
-Establece que en cada municipio cabeza de departamento debe haber al menos un centro de atención integral de la violencia familiar, que funcione las 24 horas del día, los 365 días del año, con profesionales idóneos en una guardia permanente: psicólogo, trabajador social, médico, abogado. No necesariamente deben está los cuatro todo el tiempo, pero si tiene que haber una guardia, que es aquella que toma a la persona que está en una situación crítica y se ocupa, además de contenerla, acompañarla a hacer la denuncia, para evitar todos los mal entendidos que señalé anteriormente. Entonces el camino va mucho más rápido. En casos muy extremos, donde realmente la víctima no puede quedarse en la casa, en este centro debe estar implementado un  pequeño alberque como para salir de la situación de emergencia, que se da en contadas ocasiones. En nuestra provincia, en estos términos literales, no está funcionando. Recién comenzaron ahora en algunos municipios a armar algo. Aquí está el centro mezclado con la dirección de Niñez. No es un centro específicamente focalizado en el ámbito de la violencia familiar, porque son dos cosas totalmente distintas, porque el personal debe estar abocado sólo a este tema, ya que la gente a la que  se trata está en una situación límite, por lo tanto, toda la energía y la atención científica y profesional debe estar abocada en su atención.
El mecanismo no está aceitado, como para que en primer lugar la gente sepa dónde está el centro, y  cómo acudir; deberíamos tener en Capital, más de un centro. Dividir la ciudad en al menos cuatro sectores y tener un centro en cada uno, porque en realidad, recursos humanos tenemos muchos y muy preparados.