Uno de los temas a analizar y desarrollar dentro de la problemática del desarrollo regional es, sin lugar a dudas, la actitud que ha asumido Argentina con respecto al comercio exterior, esto es de vital importancia ya que cuando examinamos el desarrollo económico que ha tenido nuestro paÃs a lo largo y a lo ancho de su geografÃa, encontramos profundas asimetrÃas producidas por la exagerada centralización del comercio exterior y su exigua diversificación agrÃcola, ganadera e industrial.
La polÃtica comercial no debe quedarse en lo meramente económico, ya que ésta de por sà no implica que el paÃs en cuestión tenga una polÃtica armónica de desarrollo, las estrategias de los paÃses desarrollados suelen tener una mixtura que abarca desde el apoyo irrestricto a la educación pública, pasando por controles de calidad, estudios de mercado, promoción hacia el exterior de los productos, subsidios a las regiones más pobres, etc. Mucho tiene que ver también, la polÃtica cambiaria, recordemos que en el â98 Brasil devaluó su moneda, dejándonos en inferioridad de condiciones en el intercambio comercial dentro del Mercosur, y por último las aperturas arancelarias y no arancelarias tienen que estar al servicio de una estrategia nacional y no al de algunos sectores económicos solamente.
La experiencia de Argentina en estos temas siempre fue extremista: o cerrábamos nuestro paÃs al comercio exterior para seguir alimentando una industria prebendaria, deficitaria y aliada al poder de turno, o abrÃamos nuestras fronteras para comprar toda clase de chucherÃas importadas de dudosa calidad, generando grandes déficits comerciales, ya que en general las importaciones eran mayores que las exportaciones.
Si a esto le sumamos que nuestras exportaciones siguen siendo más del 60% del sector agropecuario con muy poca transformación, tenemos un grave problema en términos de polÃtica comercial. No olvidemos que, como lo sostuviera Raúl Prebisch, existe un deterioro importante en los precios relativos de los comodities, en comparación con los productos industriales. Además, nuestro paÃs es competidor directo de las primeras potencias que subsidian abiertamente a los productos agropecuarios. En efecto, las exportaciones de Argentina a EE.UU. son de solamente el 8 %, ya que este paÃs trabaja los mismos productos agrÃcolas y además subsidia a sus productores. Europa es el mercado más importante después del Mercosur para las exportaciones nacionales, a pesar del fuerte proteccionismo que la CEE impone a sus productores agropecuarios. Tanto con EE.UU. como con la Comunidad Económica Europea somos deficitarios comercialmente, no asà con el Mercosur, Chile, algunos paÃses de Africa y Medio Oriente.
La polÃtica comercial se debe apoyar en una polÃtica de desarrollo que supere los viejos enfrentamientos entre agro e industria, y debe ser armónica a lo largo del paÃs, de lo contrario no se podrÃa ofrecer un alto nivel de ingreso por habitante. Es necesario orientar la polÃtica económica para los sectores de la producción y la industrialización. Además, la polÃtica exterior debe centrar su accionar en la búsqueda de nuevos mercados para ampliar en forma constante, las exportaciones de productos argentinos.
El General Perón solÃa decir que la verdadera polÃtica es la polÃtica exterior. Este es el verdadero desafÃo que tiene que asumir nuestra nación y dado que es un paÃs subdesarrollado con una situación agroexportadora que coloca sus productos en paÃses que compiten con los comodities (es cierto que subsidiándolos). Es necesario que ataque de lleno la raÃz del problema, que son los subsidios que tanto la Comunidad Europea, como los EE.UU. otorgan a sus productores primarios. Se trata entonces de participar con los aliados naturales, más activamente en las negociaciones multilaterales de la Organización Mundial del Comercio.
Después de la rondas del GATT en Uruguay, se fueron imponiendo reglas que son poco convenientes para los paÃses desarrollados. Una de esas reglas es justamente la rebaja de subsidios a los productos agrÃcolas que allà se habÃa pactado, pero poco, y nada sucedió; pero sà la reglas que les convenÃan a los paÃses desarrollados como la ley de patentes. A pesar de tener tiempo todavÃa para cumplimentarla, Argentina estuvo sometida a la presión norteamericana apenas terminada las rondas del GATT.
De todos modos, la cuestión agrÃcola es motivo de conflicto entre EE.UU, Europa y Japón, cosa que está en manos de la OMC, y suponemos que si se logra alguna liberalización se va a dar en este ámbito es por eso que Argentina tiene que acrecentar su presencia en estos organismos, tratando de aprovechar las desavenencias de los mas poderosos.
La cuestión del Comercio Exterior debe dejar de ser direccionada por un grupo privilegiado de funcionarios sabelotodo o grupos empresarios que hacen lobby en determinada polÃtica; lo que se decida en este terreno debe ser acordado por las diferentes regiones económicas del paÃs y transformado en Ley por el Congreso de la Nación, logrando de esta forma un desarrollo económico armónico. Hay que tener en cuenta que están juego, la subsistencia de las provincias y su gente.
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