El Museo Antropológico de Alta Montaña (MAAM) se encuentra en el casco histórico de la ciudad de Salta, en un edifico victoriano que data del siglo XIX. En su interior está el tesoro andino de las Momias de Llullaillaco, abordando el pasado precolombino en una puesta muy acorde con las que en Europa y otras partes del mundo, en las últimas décadas, se busca la divulgación popular de la ciencia y la cultura, sin olvidar la convocatoria turÃstica, tan importante hoy en dÃa para la economÃa de los pueblos.
El museo, que desde su apertura en noviembre de 2004, impresiona con su impronta sobre la nueva museologÃa, presenta uno de los hallazgos más importantes que se han hecho sobre santuarios de altura de la cultura inca, en torno al ritual conocido como la âCapacochaâ. Se trata de una muestra de más de 500 años de historia. Las tres momias fueron halladas a unos 6700 metros de altura, en la cumbre del Llullaillaco, junto a un ajuar completo, que nunca en América y ni en el mundo se pudo mostrar asÃ. Llamados âNiña del Rayoâ, âLa Doncellaâ y âEl Niñoâ, los cuerpos fueron naturalmente momificados y justamente el de âLa Doncellaâ será expuesto próximamente en el museo.
El interior del MAAM es algo especial. Su estructura edilicia busca transportarnos a lo que fue aquella expedición en 1999, financiada por National Geographic Chanel, que agrupó a argentinos, peruanos y norteamericanos; entre ellos el Dr. Johan Reinhard, quien comandó la expedición junto a la Dra. Cerrutti de la Universidad Católica de Salta. El viaje, que fue una muestra concreta de la arqueologÃa de alta montaña, articulando el estudio sobre el pasado del hombre y el montañismo, un deporte sin el cual no se hubiera logrado la hazaña.
Las luces blancas dispersas en el techo, el cambio de temperatura y el silencio nos transportan al Llullaillaco. Hay paz en ese lugar. No por nada Katia Gibaja, representante del Centro de Información Andina del MAAM dice âlos andinos vienen aquà con mucho respeto como si fuese un santuarioâ.
En el segundo piso del museo la muestra gira sobre la arqueologÃa de montaña y el mundo inca, de fondo la melodÃa de los instrumentos precolombinos que se mezclan con el viento de los Andes, los pasos de los investigadores y los deseos y protecciones en lengua quechua. Allà nuestra curiosidad es mayor, cuando en el interior divisamos las vitrinas con las estatuillas en miniatura que acompañaban tanto el ajuar femenino como el masculino. Todos los sentidos estarán a prueba en esta experiencia.
Todos los elementos utilizados tienen relación con la cultura andina: desde los paneles, vitrinas y soportes, armados de acuerdo con la base métrica del número 4 utilizado por los incas. Además, el logo del MAAM, representa una de las cuatro regiones andinas que componÃan al Tawantisuyu o Estado Inca: el Chinchaysuyu, el Antisuyu, el Cuntisuyu y Collasuyu. Este último suyu es el que corresponde geográficamente a gran parte del Noroeste y centro Oeste del actual territorio argentino.
El primer piso ofrece la mirada cientÃfica en la que a través de la última tecnologÃa y con un video, nos adentramos al proceso de examinación que tuvieron los Niños del Llullaillaco. Representantes médicos, entre los que se encuentran paleontólogos, radiólogos y odontólogos explican los diferentes estudios que se hicieron a los Malkis (como se les llamaba en su idioma original y que significa ancestro, semilla y procreación), para determinar su edad, y observar el estado de sus órganos y estructura ósea; hay tres gigantografÃas, además de fotografÃas de su lugar de origen.
Muy cerquita, también hay una muestra sobre la Momia de Chuscha encontrada en los â20, otra pequeña Capacocha, cuya ubicación geográfica es diferente a la de los Niños. Está hoy resguardada, luego de deambular 82 años por distintos lugares, gracias a la donación de Matteo Gorett. Los análisis indican que tiene una edad aproximada de 8 años y medio, una estatura de 1.10 metros y pertenecÃa a la etnia de la región.
Además, el museo cuenta con una biblioteca en la que funciona el Centro de Información Andina, donde se brindan charlas a todos los visitantes sobre la cultura y el idioma originarios de la región; ofrece un pequeño espacio de compras y un bar.Â
EL SANTUARIO
El descubrimiento cientÃfico de los Niños tiene varios antecedentes, que permitieron realizar el viaje definitivo, que en el â99 los trajo a Salta.
Las primeras exploraciones se realizaron en el â50, pero fue en el â74 cuando Antonio Beorchia Nigris, del Centro de Investigaciones Arqueológicas de Alta Montaña (CIADAM), dio a conocer los planos del cementerio del Llullaillaco. Por su parte, Johan Reinjhard, antropólogo norteamericano, en los años siguientes realizó otras investigaciones y el 26 de febrero del â99 emprendió la expedición definitiva, junto a un grupo de catorce personas de distinto origen. El miércoles 17 de marzo el peruano Arcadio Mamanà descubrió en el sector sur, el enterratorio de âEl Niñoâ y su ajuar. Ese mismo dÃa, a pocos metros, el salteño Antonio Mercado y el peruano Ruddy Perea localizaron el cuerpo de una jovencita hoy conocida como âLa Doncellaâ; mientras que el enterratorio de la âNiña del Rayoâ fue descubierto dos dÃas después por el peruano Orlando Jaen.
Llullaillaco, que en quechua significa âmemoria en el aguaâ, es una montaña sagrada. Para la cultura Inca las montañas fueron dioses o âapusâ. Su significado es posibilidad de conservar por las bajas temperaturas. Katia Gibaja, investigadora del equipo del museo, comentó que en el imaginario de las culturas originarias este momento se expresó como ây ahora qué haremos, la mayorÃa olvidó el idioma, la cultura ¿cómo recibirán a estos niños?, como si la montaña sagrada les hablara a estos grupos, porque este acontecimiento ha generado una llaga interna a las comunidades aborÃgenesâ pero destaca asimismo que â Arcadio MamanÃ, quien formó parte de la expedición, expresó en su momento hoy ya han llegado los tiempos, los niños no podÃan seguir ahà ante todo por las condiciones del calentamiento global que provocarÃan la pérdida de esta heredadâ justificando asà las contradicciones y complejidades de un tema, como tantos, no demasiado bien resuelto con las comunidades antiguas, originarias.
Los santuarios de altura, en el paÃs, son alrededor de 70, de los cuales 40 se encuentran en Salta, y forman parte de una ceremonia sagrada llamada Capacocha, relacionada con las estaciones, la naturaleza y la fertilidad. Su significado en quechua es fuerza del agua y tiene que ver con el acto de bautizo y no con una ofrenda, sacrificio o casamiento entre niños, tal como se ha interpretado en general. Al respecto, Gibaja indicó âde hecho en el idioma aymara, quechua y guaranà no existe el concepto sacrificio u ofrenda humana, toda esa concepción tiene que ver con el pensamiento greco latino y románico que vino a colonizar América hace más de 500 añosâ.
La ceremonia de la Capacocha de la que los niños fueron parte, cuenta con más de 140 piezas en miniatura, que forman parte de su ajuar y que se pueden observar en la muestra del MAAM. La creencia era que los niños se reunÃan con sus antepasados, quiénes protegÃan las aldeas desde las cumbres de las altas montañas. Los objetos que los acompañaban, miniaturas fabricadas en oro, plata y conchas marinas con forma de animales, personas, etc., materiales provenientes de diversas partes del Tawantinsuyu, simbolizaban el cosmos, un mundo ideal e invisible.
Los Malkis, parecen casi dormidos. El proceso de momificación natural que sufrieron hizo que sus cuerpos y todos los elementos que los acompañaban quedaran intactos.
La Doncella es una joven; Virgen del Sol, educada en la Casa de las Escogidas, a la que llamaban Sipas y se le calcula unos 15 años de edad. Está sentada con las piernas flexionadas y cruzadas, tiene un vestido o acsu de color marrón claro ajustado en la cintura por una faja con dibujos geométricos que combinan colores claros y oscuros con los bordes rojos. Sobre sus hombros lleva un manto o lliclla de color gris con guardas rojas. Su larga cabellera está peinada con pequeñas trenzas, como era costumbre en algunos poblados de los Andes.
La Niña del Rayo tiene entre 5 y 6 años y está sentada con las piernas flexionadas. Por una antigua descarga eléctrica tiene quemado zonas del rostro, cuello, hombros y brazos, asà como sus prendas y parte del ajuar. Lleva puesto un vestido de color marrón claro ajustado en la cintura por una faja multicolor. Su cabello lacio está peinado con dos trenzas pequeñas que salen de la frente. Como sinónimo de belleza y jerarquÃa, su cráneo fue intencionalmente modificado, teniendo una forma cónica.
El Niño, de unos siete años de edad, está sentado con las piernas flexionadas y el rostro apoyado sobre las rodillas. Como miembro de la elite inca, tiene el cabello corto y un adorno de plumas blancas sostenido alrededor de cu cabeza. Está vestido con una prenda de color rojo; tiene en sus pies mocasines de cuero de color claro, con apliques de lana marrón y en la muñeca derecha lleva puesto un brazalete de plata.
CAMINO DEL INCA
El Museo permite, además, recorrer algunos de los caminos prehispánicos que en el siglo XV alcanzaron mayor desarrollo en el Estado Inca, hablamos del Capaq Ãan. Un proyecto, auspiciado por la UNESCO, que integra en una primera etapa a las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y otras, respecto de las numerosas y extendidas vÃas de comunicación del Imperio. Posteriormente se profundizarán e interelacionarán las investigaciones que al respecto se están haciendo en Bolivia, Perú y Chile.
*Técnica en Comunicación Social de la UNJu. Actualmente cursa Residencia, elaborando tesis de Licenciatura, UNJu.
Ep1 . Niña del Rayo.
Ep.2Â Doncella joven.
Ep. 3  Niñ.
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