âTenemos que pensar de qué nos vamos a alimentar energéticamente en el futuroâ, fue una de las frases de la presidente de la Fundación Ecoandina, Silvia Rojo, que en esta entrevista habló de la tarea que llevan adelante desde hace 20 años, trabajando para mejorar la calidad de vida de los pobladores de la Puna y para crear conciencia ambiental a partir de la utilización de energÃas no contaminantes.
-¿Qué es la Fundación Ecoandina? ¿Cómo trabaja?
-Es una ONG ambientalista que trabaja en la promoción de las nuevas tecnologÃas especializadas para el uso de la energÃa solar. Fuimos desarrollando, pensado y adaptando este equipamiento para la zona de la Puna. Hoy contamos con hornos de caja, cocinas familiares, cocinas comunitarias, calefacciones de ambientes y baños solares andinos, todo esto respondiendo a las distintas necesidades que percibÃamos en la región. Este trabajo de enseñanza y concientización dio sus frutos y contamos con el primer Pueblo Solar, la marca que se le confiere es âPueblo Solar Andinoâ. Se trata de un proyecto social único en América y está localizado en la Puna en la localidad de Lagunillas del Farallón. Próximamente serán declarados âpueblos solaresâ otras cinco localidades puneñas.
-¿Qué implica ser un âpueblo solarâ? ¿Qué caracteriza asà a Lagunillas del Farallón?
-Lagunillas del Farallón es un pueblo de 300 habitantes, fue presentado por la Fundación en octubre del 2008 como el primer Pueblo Solar, ya que esta comunidad aprovecha el sol para generar energÃa eléctrica, cocinar alimentos, hornear pan, calefaccionar ambientes para el baño con duchas comunitarias etc. Este uso de la energÃa alternativa y la concientización sobre la necesidad de su uso le valió la denominación. El concepto solar integral âmodeloâ está siendo trasladado a otros 20 pueblos puneños.
-Cuando no se utilizaba la energÃa solar, se recurrÃa a la leña, por ejemplo.
-La leña es el principal recurso utilizado para generar energÃa, y esta demanda de energÃa produce desertificación y peladares, teniendo como consecuencia la no recuperación de la biodiversidad local. La tola, por ejemplo, que es el arbusto autóctono más utilizado por los pobladores para leña necesita de varias décadas para alcanzar su pleno desarrollo, hasta una altura de 1,5 metros. La práctica común es extraerla con raÃces y todo, lo que implica no sólo la combustión de los escasos recursos de biomasa, sino la destrucción de valiosos reservorios de biodiversidad; el suelo queda expuesto a la erosión eólica y hay otros factores que confluyen y modifican las caracterÃsticas climáticas propias de la región. En el uso de energÃa solar, también hay beneficios desde lo económico, ya que para los pobladores se hace muy costosa la compra de garrafas porque al precio del producto hay que agregarle el costo de transporte, más la reventa.
-¿Cómo es el manejo de estos equipamientos: cocinas, calefones, etc. y qué rendimiento tienen?
-La cocina solar utiliza el mismo tiempo de cocción que una hornalla de gas común. Con un sol a pleno la energÃa que genera la cocina solar es de aproximadamente 700 vatios. Por ejemplo, tres litros de agua frÃa alcanzan el punto de ebullición en unos veinte minutos, también funciona si el cielo está parcialmente nublado, con un rendimiento más bajo y tiempos de cocción mayores. Lo diferente está en el lugar de uso y la elección de la hora para aprovechar mejor el sol, quienes ya la manejan preparan todos los alimentos del dÃa cuando el sol está más fuerte y los guardan en los hornos solares que actúan como termos, manteniendo el calor.
-¿El calor que se genera se puede acumular?
-La energÃa por calor no es acumulable; normalmente los equipos térmicos son en forma directa o sea desde que sale el sol hasta que se pierde. La cocina parabólica familiar es un concentrador de la luz solar la energÃa aproximada que genera con un sol directo y radiante es de 700 vatios.
- ¿Cómo es el mantenimiento?
-Es el mantenimiento diario de una cocina: limpieza con agua y jabón en pan, evitando las ralladuras porque tiene una superficie reflectora que concentra todos los rayos en el centro, el foco, donde alcanza los 400º centÃgrados y sobre el cual se coloca la olla. El mayor cuidado es el de no rayar la superficie reflectora que es aluminio pulido-espejo, un pulido muy especial que aumenta el reflejo de la luz.
-¿Se puede utilizar para los comedores escolares?
-Se comenzó con ellos la experiencia, producto de encuentro que venÃamos manteniendo como miembros de la red internacional de ONGs que luchan contra la desertificación. Se planteaba entonces las escuelas como generadoras de conciencia ambiental y veÃamos que en la Puna justamente eran ellas las que más consumÃan leña o gas envasado para poder mantener los comedores escolares. Entonces, fueron la primera opción de prueba para esta nueva tecnologÃa y cuando la gente de la comunidad vio a los cocineros de las escuelas usarla, comenzaron a sumarse más interesados. Vieron la utilidad y la practicidad, sobre todo el hecho de no tener que salir en busca de leña.
-¿Funciona en todo tipo de climas?
-SÃ, yo tengo una instalada en Reyes y la uso diariamente; siempre que haya sol se puede, a diferencia de otras latitudes en que no tienen tanto sol como tenemos acá. Nos concentramos en la Puna por ser los que menos acceso tienen a otras alternativas.
-¿Los calefones cómo funcionan?
-El calefón solar acumula agua caliente, el agua circula por un colector donde también circula agua frÃa que adquiere temperatura y se va acumulando en un termotanque. Cuando la persona abre la canilla ya puede usar agua caliente. El sol de la Puna es benéfico pero, hay algunas recomendaciones, por ejemplo bañarse de dÃa. Con un buen sol el agua alcanza casi los 90º en estos calefones, por lo que su rendimiento aumenta ya que debe mezclarse con agua frÃa y asà rinde aún más. Junto a la posibilidad de contar con agua caliente hemos diseñado un baño solar andino, que es un edifico con estructura bioclimática, o sea, con elementos en su construcción que retienen el calor provocando un efecto invernadero cuando la persona se baña el ambiente no es tan frÃo.
-¿Esta tecnologÃa es cara?
-Nosotros hemos diseñado equipos relativamente caros, porque para usar el sol podés usar desde nada de costo hasta mucho. Nuestros abuelos y bisabuelos cuando cocinaban ponÃan piedras negras al sol y luego las colocaban en la olla; con una maguera pintada de negro podés calentar agua. Para la Puna hemos diseñado equipos caros pero fuertes, con el objetivo que mantengan su autonomÃa de uso por muchos años, teniendo en cuenta que estos pueblos están en lugares muy alejados, de difÃcil acceso. Es más, las cocinas solares familiares ya se están usando hace catorce años y recién por ahà hay que cambiarles alguna chapa o puede estar despintada o abollado o deslucida. Nuestra tecnologÃa viene sobre todo de Alemania por lo que la adaptamos a nuestras condiciones climáticas y económicas; equipos que en otros lugares salen muy caros por ejemplo el calefón solar en Europa puede salir 5000 euros, nosotros hacemos algo mucho más adaptado que salga hasta 2000 pesos. Lo importante es que demande poco mantenimiento. Ahora estamos viendo cómo hacer ese traspaso de nivel comunitario a individual, por consultas de particulares que aún no podemos atender, asà que priorizamos las comunidades, por ahora.
-En estos veinte años que llevan trabajando como ONG, ¿cómo es la respuesta en el reto de cuidar al medioambiente?
-Hemos visto todas las variedades de cosas, cuando uno mira para atrás hubo muchas etapas. Primero fuimos los locos que querÃamos usar el sol cuando estaban los combustibles como el gas y el petróleo; después fue cambiando a partir del 2001 en que subió el gas, la leña habÃa que traerla, comprarla y se inició la onda verde. Faltaron los combustibles en los paÃses centrales y se sintieron los efectos del cambio climático; también ayudó a la creación de conciencia la pelÃcula de Al Gore y comenzaron a aprobarnos proyectos. En el 2006, tenÃamos diez proyectos aprobados, pequeños pero que hicieron toda una difusión del concepto. Ahora realmente estamos como en una avanzada en Jujuy, pero en el mundo la energÃa alternativa se viene como si fuera un ciclón porque los paÃses del primer mundo tienen conciencia de la urgencia del cambio. El cambio climático no es algo mediático sino real y concreto, y bueno hay que ir tomando medidas porque los cambios no se hacen de un dÃa para el otro, tenemos que pensar de qué nos vamos a alimentar energéticamente en el futuro.
FRUTOS
En los 20 años de la Fundación EcoAndina se instalaron, en escuelas, comedores comunitarios y centros vecinales, 300 cocinas solares familiares, 25 hornos solares tipo caja, 50 equipos solares para agua caliente, 15 cocinas solares comunitarias, 9 calefacciones de ambientes, 8 hornos panaderos solares, 8 hectáreas de riego por goteo con bombeo solar, 4 plantas de tratamiento biológico de efluentes. Además, se diseñó el concepto y se concretó la construcción de cuatro baños solares comunitarios andinos. Se trata de un sistema integral que incluye la construcción de una habitación con energÃa solar pasiva, duchas con agua caliente, tratamiento biológico de los efluentes y el uso del agua filtrada en riego por goteo. También la Fundación desarrolla, promueve y difunde el concepto de âPueblos Solares Andinosâ, lugares alimentados con energÃas limpias y con un uso sustentable de sus recursos naturales, con la conciencia y compromiso de sus habitantes.
Más información en www.ecoandina.org
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