René Cortez

      Desde hace un tiempo se escucha a funcionarios nacionales que dirigen el deporte referirse a la nueva política implementada y que de a poco va tomando fuerza. Parece ser que importa mucho crear conciencia en los seres humanos que pueden refugiarse en el deporte como una salida a sus distintos problemas. En ese principal motivo se fundamenta esta movida que intenta contagiar a chicos y grandes que participan en deportes convencionales y especiales.

      La secretaría de Deportes de la Nación ha destinado un presupuesto importante a distintos programas divididos en deporte educativo, salud, para discapacitados, barriales y de competencia, programas que incluyen la realización de los Juegos Evita en todo el país y que reúne a más de 90 mil chicos en competencia durante la mayor parte del año. Los Juegos comienzan en cada departamento y ciudad de cada provincia para llegar luego a la final provincial y nacional, en la que se comparten costumbres y se compite durante una semana entre distintos atletas del país.
      El fomento a la práctica del deporte se ha convertido en un objetivo primordial para los distintos organismos que buscan inculcar una cultura  que a varias generaciones nos ha  faltado desde chicos. Estos programas intentan contagiar la participación deportiva que genera triunfos o derrotas, pero que con movimientos se convierte en una lucha contra el sedentarismo del cual se sabe, hay un índice bastante alto en nuestro país. Los Juegos Evita se convirtieron en el caballito de batalla de las secretarías y direcciones de Deporte, ya que los encargados de manejar la actividad se dieron cuenta que mantienen a los participantes motivados durante gran parte del año, no erogan desde sus organismos sumas demasiado importantes y cuentan con un presupuesto accesible que se vuelca a la realización de las distintas instancias. Noventa mil chicos de todo el país ya se contagiaron del entusiasmo que encuentran en cada una de las canchas en las que se reúnen a jugar y entrenar todos los días, pensando en el viaje rumbo a la final nacional.
      Otro de los estandartes que promueve la “nueva” política deportiva es el desarrollo del deporte adaptado para todas las edades. Hasta se crearon espacios para contratar profesores que se encarguen de difundir la actividad en las distintas especialidades. En Jujuy hay un torneo anual que reúne a muchos deportistas con capacidades diferentes y transplantados que compiten una vez al mes en escenarios de toda la provincia. Los participantes entrenan con un programa establecido y el asesoramiento de profesores dedicados exclusivamente a esa tarea. También viajan a participar a nivel nacional de otros encuentros con deportistas especiales de todo el país. Las actividades ya forman parte de los nuevos programas de la secretaría de Deportes de la Nación que es representada por una Selección de deportistas especiales que se destacan jugando al fútbol, que hacen atletismo, básquet, voley entre otros, incluso hay varios jugadores de fútbol de la provincia que integran el seleccionado argentino.
      Claro que también son importantes los cursos que nuestros maestros o profesores deben tomar para inculcarles “deporte” a chicos y grandes. Pasaron por la provincia experimentados entrenadores de Básquet, como el profesor Pablo Coleffi, dirigentes de natación a nivel nacional y se dictan cursos de perfeccionamiento en forma constante. En este sentido hay congresos que se realizan a nivel nacional como por ejemplo, hace poco, el que se convocó en Buenos Aires, en el cual se concentraron más de mil  personas a las que se les enseñó a tomar al deporte como una salida correcta. La revalorización de nuestro cuerpo ha sido uno de los temas tratados en la reciente reunión, en la cual un invitado de lujo y especialista en la materia, el doctor Cormillot,  aconsejó la práctica deportiva. Estos cursos forman parte de los programas de deportes educativos.
      No caben dudas que en el deporte bien aprovechado está la base de una formación equilibrada entre la salud física y mental que nos puede servir cada vez más para tomar conciencia desde muy pequeños que la práctica llega primero, luego la competencia y al final la salud, etapas que no deben ser descuidadas desde los organismos que rigen nuestro deporte. Para mal de muchos -dirigentes que sólo piensan en persistir a través de los años- el deporte social está creciendo y eso a ciertos personajes les molesta. Ahora la ayuda va directamente al chico o al grande que está haciendo deportes en un polideportivo, una cancha de fútbol o en una plaza.
      De a poco se están eliminando los subsidios y las ayudas a clubes o instituciones a las que sólo les queda el nombre, pero de fomentar el deporte ni hablar, aunque los clubes de barrio también formen parte del proyecto que promueve la Nación.
      También existe la ayuda a clubes, federaciones o asociaciones,  pero ese aporte es para que las casas deportivas no mueran ni se caigan a pedazos y no para el beneficio personal de algunos que quieren seguir siendo los mismos de siempre. En el fomento de una cultura deportiva encontraremos educación y responsabilidad, esa que nos hace falta cuando presenciamos un partido de fútbol o cualquier otro deporte; esa educación que no encontramos cuando un árbitro se equivoca o algún deportista no convierte un gol o un doble. Si todos pensamos como deportistas nos vamos a dar cuenta que un error arbitral o de quien venga, por más grave que, sea no justifica la reacción violenta que ocasiona confusión, tragedia y muerte.
En la formación del deportista al que apuntan estos nuevos programas estará también la formación de un nuevo hincha o simpatizante de cualquier deporte que irá a la cancha sólo a alentar y no a buscar precisamente la muerte. No se pusieron a pensar que a lo mejor en esta sociedad equivocada y violenta física y verbalmente, la solución estaría en promover nuevos deportistas y nuevos hinchas del deporte que puedan soportar equivocaciones y que entiendan que en un partido de fútbol no se termina la vida. El deporte es alegría, competencia sana, amistad, compañerismo, lealtad, en esos valores deben afianzarse los nuevos atletas, esos que pueden cambiar la historia de una sociedad que no encuentra