René Cortez
Si usted no cree en estadÃsticas, no siga leyendo.
Una encuesta numérica del fanatismo futbolero del paÃs afirma que siete de cada diez argentinos se enloquecen por un partido de fútbol, hasta son capaces de dejar plantada a la mujer más linda del mundo con tal de acompañar al equipo de sus amores. Otros dicen que el verdadero hincha de fútbol puede cambiar de casa, de auto y hasta de pareja, pero no los colores que lleva en el corazón desde que el papi o el tÃo le compró la camisetita favorita.
Ese fanatismo que para muchos nace desde la cuna, se convierte a veces en un interés desmedido por el poder de barras identificados como los capos de la hinchada, pero âcaposâ en todo sentido, a saber: poder, dinero, ego, impunidad. Si cada encuentro deportivo genera un saldo de heridos y en algunos casos muertos, autos dañados y decenas de personas detenidas, ¿qué nos está pasando a los argentinos que el nivel de violencia no sólo no disminuye sino que se incrementa? Â
Pero el escenario violento no sólo se ubica detrás del alambrado, también los malos arbitrajes y las exageraciones de los jugadores de fútbol al caer al piso por un mÃnimo roce, provocan reacciones inexplicables de hinchas que van desde caerse muerto en la tribuna a emboscadas y enfrentamientos sangrientos dentro y fuera de la cancha. La mayorÃa de las veces en la popular, la violencia se da por los enfrentamientos internos de las barras que se disputan el negocio de cuidar coches, la reventa de entradas o la plata que le dan los dirigentes.
Pero también la platea es testigo de la violencia VIP,de plateÃstas que insultan, escupen y tiran cosas a los jugadores, árbitros y técnicos. Todos estos hechos que usted se imagina al leer el artÃculo están muy lejos del deseo de los verdaderos hinchas de poder ver sentados un partido de fútbol o alentando sólo a su equipo.
Parece ser que nuestro anhelo es una estupidez, aunque muchos repartimos culpas a los hinchas y la gran mayorÃa de las canchas son inseguras y propensas a hechos violentos y siguen los vÃnculos entre barras bravas, polÃticos y dirigentes de clubes y los operativos policiales que se pagan y los galpones que destinan los propios dirigentes de clubes para almacenar municiones, proyectiles o lo que se imagine. No sólo es el hincha violento, hay muchas cosas que contribuyen a la crisis por la que atraviesa el deporte más popular de nuestro paÃs, personas muertas, heridas, familias que huyen de su casa cuando viven cerca de una cancha, y más, mucho más.
Pero es más fácil revolear culpas a la policÃa que no hace su trabajo y que, si actúa, es violenta y represora y, si no hace nada, son todos unos inoperantes que miran para otro lado. Hay que comenzar a preguntarse también si las autoridades que dedican presupuestos de miseria para la educación infantil y juvenil no son también culpables de la violencia y el atraso cultural de un paÃs futbolero como el nuestro. Y bueno, los muchachos dirán mientras que en los partidos de fútbol haya burros, en vez de fanáticos con conciencia ciudadana, seguiremos echando culpas a los demás.
De los últimos hechos sucedidos está clarito que siempre se aprovecha para bajarle la caña al presidente de AFA, que muchos podrán estar de acuerdo o no con su manera de dirigir el fútbol argentino, pero que si tiene que haber un recambio, deben ser los mismos dirigentes de los clubes los que cambien y propongan otro nombre. No es facultad del gobierno nacional, como se ha escuchado por ahÃ, intervenir la AFA, ni mucho menos de los Fernández, claro los amigos tienen candidatos en todas partes, no se van a perder una institución tan popular como la AFA y como Grondona no les cae bien, lo mandamos al bombo, que de ésta última palabra conocen mucho.
Los muchachos que dirigen nuestra bendita Argentina, tienen mucho porque preocuparse pero deberÃan también colaborar en serio con los espectáculos deportivos para que los partidos no se jueguen sólo con hinchas locales, consecuencia de los últimos incidentes entre Nueva Chicago y Tigre con un muerto más. SerÃa bueno que la policÃa a la que se la hace responsable de todo y actúa con violencia para algunos, se sienta protegida. Para muchos medios, la policÃa es violenta.
Por lo visto para los autores de esos artÃculos no debe ser violencia que los hinchas tiren piedras u otros objetos al campo de juego o a cualquier cosa que se le cruce en el camino. Hay policÃas que perdieron su trabajo por un partido de fútbol, como asà también hay otros que no están preparados para actuar, casi siempre los barras son detenidos y entran y salen como si nada y para colmo a los burlados hombres de seguridad se les viene encima un sumario por abuso de sus funciones y el uso de armas. Pero para ser sinceros últimamente ¿quién no opina de fútbol en la Argentina? hasta periodistas o locutores fanáticos de un equipo provocan violencia en medios que dicen ser los más importantes. No tienen ni idea de lo que dicen pero provocan, rÃen y se burlan, festejan en demasÃa y hasta mandan al tacho a su compañero periodista deportivo que al final no le queda nada por decir. Hasta eso se ha perdido, ahora cualquiera opina de fútbol. En fin yo no voy a entrar a analizar de nuevo a todos los culpables, pero creo que la policÃa o Grondona no son los únicos.
Analizando bien las cosas, en todos esos disturbios futboleros hay muchos responsables. Seria interesante saber lo que hubiésemos hecho cualquiera de nosotros, en lugar del policÃa, rodeados de salvajes irracionales, entre insultos, empujones, piedras, bombas de estruendo que demuestran su poder o las mismÃsimas balas que en este caso sà están bien usadas porque las tiran los hinchas para âdefenderseâ que injusticia ¿no?.
Nunca dejo de mencionar un artÃculo que mostraba lo sucedido después de los incidentes en Mendoza que decÃa textualmente "... se ordenó a los policÃas concurrir sin armas al estadio Malvinas Argentinas, para controlar la seguridad de futuros partidos". Me pregunto ¿y a los hinchas se les ordenó acudir sin piedras y con educación? En otra parte dicho artÃculo mencionaba que un polÃtico, que ejerce de funcionario, decÃa que se averiguara si el disparo del policÃa fue un caso de gatillo fácil. Yo creo que el problema de lo que pasó no es sólo culpa del policÃa o del jugador, ni siquiera de los hinchas.
El problema de la violencia en el fútbol argentino es sencillamente la falta de educación. Y cuando en un pueblo no hay educación, la culpa no es del pueblo, la culpa es de los que gobiernan. Ir a una cancha argentina es ir dispuesto a que te escupan, a que te tiren botellas, a que te empujen y a un montón de cosas mas que no vale la pena contar, porque todos lo sabemos. Cuando tomemos conciencia de que los violentos del fútbol no son unos âpiolas bárbarosâ, sino unos salvajes mal educados, entonces el fútbol argentino cambiará y la policÃa no tendrá necesidad de usar balas de goma, porque no tendrá que intervenir.
Para un pueblo educado lo que sucedió en Mataderos es una vergüenza, pero los que tiraron las piedras y mataron al hincha de Tigre, estoy seguro, que se creyeron unos tipos piolas. Un hincha de fútbol violento no es un piola es un pobre ignorante e inculto, que hace el ridÃculo y pone en ridÃculo a su paÃs y a todos sus compatriotas ante el mundo civilizado.
Tan perjudicial es para un pueblo el gatillo fácil de un policÃa, como la lengua fácil de un polÃtico o la agresión fácil de un hincha de fútbol. En los artÃculos que leÃ, ninguno hablaba de la culpabilidad de los que arrojaron las piedras, repartÃan culpas a la inoperancia policial.   Â
Los romanos se divertÃan con los gladiadores matándose a palos. Pero ya estamos en el siglo XXI. Señores: un hincha fanático pero educado, piensa dos veces en tirar algo a la cancha, si hay ecuación no deberÃa haber disturbios y no deberÃa intervenir la policÃa, y si la policÃa no interviene el mundo del fútbol puede dedicarse sólo a alentar .¿Una utopÃa? es hora que muchos empiecen a creer que hay que cambiar para que la tranquilidad en los estadios de fútbol sea una urgente realidad.
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