Poemas de Camiones
Amelia
A mi madre, experta en belleza
No haber nacido doctor como nacÃan en tu razón los hijos,/
haber preferido el rÃo a tu debido campo de alazanes y mantas,/
oÃr mejor el crujido de los muelles que la madera hablada del violÃn.
Tu pequeño estado de la gracia ha derivado en las locas amadas, ¡oh, madre!
Ahora que estás en el frÃo reinado de las momias,/
necesito entrar por un vendaje a un filo de tu amada cabeza/
y pedir otra vez que digas a los carros que he nacido,/
que sepa la luna de los campos de Tres Lomas que mido un metro sesenta y cuatro/
y que llevo las cejas de quien te amó.
¡Oh, madre!, ¿te acuerdas de m� Soy el de barba.
Alberto Muñoz, Buuenos Aires
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