Laura Barberis
En diciembre, cuando asuman los legisladores electos en junio pasado, estaremos a dos años más o menos -nunca se sabe hablando de fechas electorales- de tener nuevo presidente, gobernador, intendentes y, por supuesto, renovados diputados y senadores. Hasta aquÃ, todas verdades formales.
El tema es lo que va a pasar en el medio, lo que no es nada previsible.
Pero podemos especular como queramos, aunque la especulación no es gratis como algunos creen.
Hasta ahora sólo hay pocas señales, tibios enunciados y una que otra ingenuidad, por lo menos desde lo que se refleja en los medios. Es bien incierto el devenir polÃtico de los próximos dos años. Si vamos a hablar solamente de peronistas y radicales -al final en Jujuy son los que tienen casi toda la torta, repartida con curiosa proporcionalidad al estar de los últimos resultados- por primera vez hay indicios de qué no les pasa exactamente lo mismo como vino sucediendo en los últimos, largos, tiempos.
¿Qué se va a jugar en la provincia? Habrá que elegir al gobernador y al vice; tres senadores y tres diputados nacionales; veinticuatro provinciales, intendentes, concejales y vocales.
Si hablamos de la Unión CÃvica Radical la expectativa de muchos correligionarios, como dos años hacia atrás, es que Gerardo Morales sà vaya de candidato a gobernador. Ãl también anuncia que es probable que encabece la lista. Por ahà justifica su cautela con un âcuántas veces voy a irâ, muchos no le perdonan lo que consideran el haber perdido una oportunidad única en esta provincia peronista, al no haber querido competir en octubre del 2007 con Walter Barrionuevo, pero también es verdad que las acciones en la polÃtica nacional del senador fueron y son importantes y definitivas en la dinámica de lo oposición.
Pero el eje de fuerza, cual firmes riendas, sigue estando en sus manos. No tiene oposición interna, ninguna, salvo algún señalamiento aislado a través de un micrófono o algunas crÃticas, más o menos fuertes pero siempre en la intimidad, en la UCR, hoy no pasa nada hablando de oposición. Todo el poder y toda la decisión los tiene Gerardo, más allá que en asambleas y reuniones se discutan ciertos temas. Ãl mismo dijo, si a la Municipalidad le va bien será hora de pensar en el Ejecutivo Provincial.
Indudablemente que si el kirchnerismo no levanta su imagen positiva ante la opinión pública argentina, será un punto a favor a la hora de presentar los votos. Claro que habrá que ver que pasa hasta entonces con Cobos, Carrió y demás integrantes de la trémula Coalición CÃvica que, con otro estilo, no hace más que demostrar lo mismo que el peronismo en sus distintas vertientes, o sea que, en cuanto a dirigentes, no la pegamos nunca. Quizás sea por ahora, quizás en unos años la emboquemos. Pero lo que asusta es que la sociedad se va deteriorando y enredando cada vez más.
Pero volviendo al tema, más allá de lo que pudieran arrastrar un candidato como Reutemann o uno como Cobos -por nombrar dos posibles-, si las elecciones fueran hoy, internamente Gerardo la tiene fácil, regalada dirÃa, porque aunque se trate de la misma cantidad de cargos, en la UCR se los va a repartir más o menos sin pelea. Puede haber algún enfurruñamiento, algunas puteadas y gritos pero nadie con votos va a decir me voy, armo otro partido, voto a los del PJ.
No les pasa como en el peronismo donde la misma cantidad de cargos a repartir, requerirá una ingenierÃa bélica con tecnologÃa de última generación, porque, increÃblemente, los mismos cargos, pasan a ser menos, ya que los ejes de fuerza están divididos y aunque los objetivos sean los mismos -o sea todos quieren mantener y acrecentar sus espacios de poder- el pensamiento, los lÃmites, las formas, son muy diversas.
En lo que hoy es el PJ jujeño, Guillermo Jenefes anunció hace mucho su deseo y decisión de ser gobernador; es más, cuando fue candidato Barrionuevo, el senador dijo que tal cosa sucedÃa porque él habÃa resignado su aspiración; asà que ya viene con tal factura atrasada. Por su parte Pedro Segura dice cuando le preguntan que el que hace polÃtica aspira lógicamente a la gobernación y aún a la presidencia. Y cuando, el 28 de junio, festejando el triunfo, el gobernador lanzó la candidatura de Eduardo Fellner y ambos se abrazaron ante las caras sorprendidas y algo crÃticas de los dos ya mencionados y también de Rubén Rivarola; en realidad los tres miembros de la mesa chica coincidieron, por sus caras lo digo, en que lo de Walter, por lo menos habÃa sido una indiscreción, un descomedimiento, sino una zarpada y desubicada grosera directamente.
La pregunta del millón es sà efectivamente Fellner quiere volver a ser gobernador.
La siguiente es si puede.
Si quiere y puede, habrá que especular -que como les decÃa antes no es gratis, si lo sabré- sobre cómo están las condiciones internas primero y externas después, para su retorno al sillón de Fascio.
Empezando por las segundas, alguna versión dice que volverá a presidir el año que viene la Cámara Baja, lo que seguramente, aparte de desgastante y cansador a pesar del bajo perfil que supo mantener, no lo va a favorecer a la hora de volver a Jujuy si los K siguen perdiendo credibilidad. ¿Y qué opinarán Reutemann, RodrÃguez Saá, el propio Duhalde, cuando llegue el 2011 respecto de la posición de Fellner? ¿O eso no importa? ¿Importará o no?
Y al revés que a Gerardo no le van a ser fáciles las cosas internamente. Tendrá que lidiar con dirigentes nada fáciles que él mismo alimentó y apacentó en otros difÃciles tiempos, con la desventaja de que el variado cÃrculo de amigos en la polÃtica que supo tener en los distintos estamentos de la sociedad local, parece haberse reducido mucho, quizás por falta de tiempo o ganas para comunicarse y mantener la circulación de esa red que tanto tuvo que ver con el éxito de su difÃcil primera gestión y con el bastante tranquilo discurrir de la segunda.
Claro que la diosa encuesta sigue revelando que continua primero en la consideración de la gente y aparte cuenta con esa desopilante dinámica del peronismo jujeño que hace todo lo posible durante dos años para perder las elecciones y el dÃa de las urnas va y las gana, como pasó en junio pasado.
Igual creo que esta vez, antes de lanzarse a tratar de recuperar la gobernación, Eduardo Fellner va a tener que recomponer relaciones con muchos distintos actores del pago chico.
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