-En una entrevista con el diputado Lavilla, cuando él era presidente del Consejo, recuerdo que decía que el principal problema era que no se acompañaba al emprendedor hasta y en la comercialización. ¿Vos cómo lo ves?
-Justamente esa es una de las cosas en la que más hemos trabajado. Nosotros no queremos ser solamente una entidad financiera. Lo que más nos preocupa es que los empren-dimientos salgan adelante. Es fundamental el acompaña-miento al emprendedor para que, más allá de haberle dado la plata que necesita, realmente veamos que va por buen camino. Entre el equipo técnico que tenemos, los asesores con los que trabajamos y también con vinculaciones que les hacemos hacia otras áreas: ministerio de la Producción, secretaría de Desarrollo Agropecuario, de Turismo, en fin, buscamos quién es el que está especializado en el tema para ver como ayudarlo y asegurarnos que ese emprendimiento sea exitoso. Más allá de que nos interesa que devuelva la plata para poder generar nuevos créditos, más nos interesa que salga adelante con un trabajo genuino y genere más fuentes de trabajo.
-Este año, ¿cuánta plata prestaron y qué emprendimientos están desarrollando, de qué índole?
-En lo que va del año hemos otorgado más de un millón de pesos con 45 créditos y lo bueno de todo es que las actividades son totalmente diversas. Hay emprendimientos turísticos, ganaderos, agrícolas, de servicios. Actividades que tienen que ver con pequeñas fábricas, hasta artesanales en algunos casos, que están buscando tener una mayor proyección, necesitaban tener un capital para poder desarrollarse.
-Una persona a la que le den 40.000 pesos ¿cuánto tiene que devolver?
-Para hacer números muy redondos, tiene que ver el tiempo de devolución que son a 5 años, con uno de gracia. El primer año solamente va a pagar los intereses. Va a estar rondando los 250 o 300 pesos de cuota y cuando empiece a pagar la cuota pura, estará alrededor de los 1.700 pesos. Otra cosa que es muy importante, es un crédito fijo en pesos con la tasa que hablamos del 8 por ciento y que en el momento en que se firma la recepción del crédito sabe cuánto va a pagar de cuota dentro de cinco años. Eso en la Argentina pocas veces se ve
-¿Qué garantías tiene que aportar un solicitante?
-Hay tres escalas de créditos. Hasta los 20.000 pesos se puede garantizar con recibos de sueldo, que pueden ser tanto del estado provincial como de empresas privadas, reconocidas o conocidas. Hay otra franja que va de los 20 a los 30.000 pesos, que la garantía puede ser tanto un bien prendable, un vehículo, alguna maquinaria que se puede comprar con el mismo crédito, y un recibo de sueldo. Y la franja que va de los 30.000 para arriba tiene que ser garantizada con algún tipo de propiedad. Un inmueble, que no tiene por qué ser del lugar donde uno está emprendiendo ni tampoco tiene que ser del emprendedor. Puede ser de un tercero, mientras el inmueble esté en el territorio provincial.
-Un caso real: un campesino que tenía arrendada una hectárea, que no tiene nada y que está tratando de tener trabajo genuino, no un plan, ¿cómo hace?
-Si no podemos nosotros darle el crédito por algún motivo, vamos a buscar algún otro canal, porque en este momento, a través de Desarrollo Social hay unas líneas crediticias para ese tipo de actividad y esos montos que por ahí son créditos más chicos, de 2 o 3 mil pesos, pero que de esta manera la gente tiene las herramientas con las que puede trabajar. Al margen de esto, trabajamos permanentemente en contacto con otras áreas, por ejemplo con el ministerio de la Producción. Hemos entregado 72 micro créditos a productores, juntos, de la zona de Palma Sola, porque están armando una especie de cluster de producción de tomate y hemos hecho la alianza con una empresa que es la que le va a comprar la producción. No solamente le estamos generando el crédito, sino que también les garantizamos la compra del producto. Es un sistema muy especial porque la garantía de esos productores va a estar en un sistema que tiene Microsol que se llama garantía solidaria, donde se están formando grupos de tres productores que se auto garantizan entre ellos. No se les pide una garantía externa. Empezamos a apoyar todo lo que tiene que ver con el asociativismo, las cooperativas. Que empiecen a entender las ventajas o las diferencias entre trabajar solos o hacerlo dentro de un grupo.
-Se ve de pronto chicos que se están por recibir, o ya recibidos, pero que siguen vinculados a la Universidad que están buscando qué hacer
-Estamos cerrando un convenio con la UNJu, donde los estudiantes van a hacer pasantías con el asesoramiento hacia las empresas que nosotros estamos financiando, para que ellos vayan conociendo la problemática en el terreno, asesorados por un docente que va a hacer las veces de tutor.
-¿Qué tiempo tardan en salir los créditos?
-No es muy fácil de definir porque a veces es en función de la disponibilidad de la documentación que tiene que aportar el solicitante. Hasta ahora hubo distintas alternativas, pero partamos del tiempo mínimo utilizado para la gestión completa de un crédito desde que llegó al Consejo hasta que se fue con el cheque: fueron 32 días. En promedio está rondando los 60.
-¿Son recursos provinciales?
-Los fondos del Consejo vienen directamente del 2 por ciento de la recaudación de Ingresos Brutos de Rentas de la provincia. Este es el modelo que nos están pidiendo que presentemos al resto de las provincias. Lo vamos a presentar en una reunión que va a haber en Morón, en la provincia de Buenos Aires, donde se van a juntar todas las agencias que, a su vez, como nosotros, son ventanillas de la SEPIME acá en Jujuy. Le da la independencia a cada gobierno provincial de manejar líneas de financiamiento y no estar siempre colgados de Buenos Aires.
-Vos comentaste que ustedes también van a buscar a la gente. ¿Cómo es ese mecanismo?
-Es lo que nosotros entendimos, que más allá de esta posibilidad de estar en los medios, de llegar a la gente, de comentar un poco las posibilidades que la gente tiene, por más que uno insista, muchos no se enteran. Es una política directamente bajada por el gobernador de la provincia, de su preocupación por el desempleo y por desarrollar una provincia productiva y no estado-dependiente, como es hoy en día. Vamos nosotros y hablamos con la gente; se organizan reuniones. Acá en Capital vamos a los barrios y juntamos veinte o treinta personas en una casa de familia y hablamos para acercarle la posibilidad de encarar alguna actividad emprendedora. El mismo trabajo lo estamos haciendo en el interior, sobre todo en los lugares más chicos, donde tienen muy pocas posibilidades de acceder a la información. Ya hemos estado en lugares como Catua, Cusi Cusi, Ciénaga de Paicone, Pampichuela, El Talar y otros.
-Somos una sociedad corrupta, de ambos lados. Cuando se trata de recursos, de créditos, aparecen formas de corrupción. Frente a eso, ¿cómo funciona el Consejo de la Microempresa con todos estos pequeños, medianos recursos, cómo los controlan?
-A partir de noviembre del año pasado, a pedido nuestro estamos controlados por el Tribunal de Cuentas de la provincia. Antes había una libertad absoluta en el manejo de los recursos. El control lo ejercía el mismo directorio del Consejo. Tenemos una transparencia total en lo que hacemos. Todos los trámites que la gente hace son absolutamente gratuitos. No se cobra ningún tipo de servicio ni asesoramiento.
-¿Cuál es la tasa de recupero?, ¿la gente paga?
-Estamos en esta gestión desde hace un año y medio y hemos trabajado primero en todo lo que han sido las líneas crediticias que se han entregado durante este año y medio en un acompañamiento permanente con el emprendedor y en ese sentido estamos con una tasa de devolución que está cercana al 95 %. Se trabaja inclusive en el recupero de créditos de años anteriores. Nos hemos encontrado con sorpresas, de hablar con gente sobre todo del interior, en los lugares chicos, que dejó de pagar porque no sabía adónde hacerlo; dicen “quiero pagar, quiero ver si puedo volver a sacar otro, porque en mi emprendimiento con las llamas, me ha ido bien, ahora quiero ver la posibilidad de crecer, de poder hacer un alambrado en el campo”. Uno se entera cuando va allá, cuando se mete en medio de la montaña, sino esas cosas ¿quién te las va a decir?