El 2 de mayo pasado, cuando asumía el Intendente Raúl Jorge, anunciaba la realización de una Consulta Popular para que la ciudadanía se exprese sobre la recuperación del espacio público, considerándolo como uno de los grandes temas de debate en la sociedad local, porque lleva a pensar en mucho más que el mero uso de los espacios que son de todos. Entiendo, que la diversidad de actores y relaciones en que se constituye la sociedad local, se expresa en un contínuo conjunto de interacciones, negociaciones, coaliciones y contratos entre personas y organizaciones que compiten para lograr sus objetivos.
En ese contexto, nos encontramos con la situación actual de desorden y desapego a las normas, con usurpación y ocupación indebida de veredas, calles, puentes, plazas y parques, con un alto índice de inseguridad, tanto en el tránsito peatonal como vehicular. Pérdida del sentido de pertenencia de la población por sobre los espacios que son de todos, competencia desleal entre el comercio informal y el formal, degradación de la calidad de vida por las condiciones de comercialización, contaminación ambiental y visual. Dificultad para los controles sanitarios, comerciales, de higiene y seguridad alimentaria, venta de mercadería y productos de dudosa procedencia (ilegal, contrabando, etc.) y falta de infraestructura adecuada (servicios sanitarios, espacios de circulación, vías de emergencias, etc.).
En síntesis, esta breve descripción de la realidad nos está marcando que somos muchos los actores que debemos tomar cartas en el asunto, no deslindando las responsabilidades que a cada uno le toca, pero sí precisando que se trata de una responsabilidad política que debe llevar adelante el Municipio donde el Gobierno de la Provincia, la Policía, la Justicia, la AFIP, Aduana y las diferentes organizaciones sociales no pueden hacerse los distraídos si es que realmente quieren cumplir con sus funciones para que las cosas cambien. Me parece que el desafío político es interpretar cómo se expresan, regulan y gobiernan los conflictos y cómo generar instancias de concertación y legitimación perdurables, que sostengan un proceso de desarrollo a nivel local.
Entonces, debemos plantearnos una estrategia de concertación, fundamentada en lo político que posibilite gobernar el conflicto social, cuyo logro no es fácilmente alcanzable si no se desarrolla un proceso de construcción que suponga una interpretación adecuada de lo político.
Hay diversas maneras de interpretar lo político, sobre lo que nos parece, debemos conceptualizar para poder avanzar en una visión de “Desarrollo Endógeno” y en ese sentido tomamos tres líneas que creemos se destacan en la bibliografía y en las experiencias que hemos podido observar: La Racionalista, que confía la obtención de consensos al predominio de criterios racionales entre actores; La Antagonista, que niega la posibilidad de acuerdos en última instancia, ya que lo político se basa en la relación amigo-enemigo, donde hay que eliminar al otro; La Agonista, que sobre la base de las diferencias en la relación nosotros-ellos, es posible encontrar puntos de acuerdo.
Convencidos de que una política democrática se basa en esta última interpretación, preservando diferencias y obteniendo acuerdos en un marco de respeto a las normas, creemos necesario aceitar los mecanismos para sincerar las posiciones de los diferentes estratos de nuestra sociedad y así arribar a las soluciones demandadas por todos.
Esto significa, de alguna manera buscar los caminos para encontrar las soluciones y qué mejor que consultarle a la población sobre esos caminos, sobre los diferentes proyectos, pero fundamentalmente sobre recuperar la autoridad respaldando a cada institución del Estado (Municipal, Provincial o Nacional) para que cumpla con el mandato para el cual fue creado.
Desde la Municipalidad de San Salvador de Jujuy ya fijamos nuestra posición en contra de la obcecación de avanzar sobre los espacios públicos por sobre los derechos de todos, proponiendo constantemente acciones comprometidas con el cambio de esta realidad. Esperamos que de igual manera sea interpretado por cada uno de los actores sociales de la comunidad para que el camino sea más corto hacia el ordenamiento y la convivencia en nuestra ciudad.
