En octubre próximo se inaugura, si todo marcha sobre rieles, la obra finalizada de pavimentación del Paso Internacional de Jama. El día estimativo fijado es el 5 de ese mes, en coincidencia con el Día del Camino.  El trayecto, que recorre la Ruta Nacional Nº 52, comprende 368 kilómetros desde su nacimiento, en el aeropuerto Dr. Horacio Guzmán, hasta su culminación en la zona del Altiplano, límite con Chile. 

       Luego de más de treinta años, finalmente se corporiza el sueño de miles de jujeños de comunicarse por una vía directa y de fácil acceso con el vecino país chileno.  No obstante, varios son los obstáculos, desaciertos y también trabas políticas que tuvieron que sortear las fuerzas vivas de Jujuy que se embarcaron en esta causa, hasta encontrar finalmente el Paso y lograr convencer a las autoridades gubernamentales de ambos países acerca de los beneficios topográficos de la meseta puneña.

SUS INICIOS
      La exploración terrestre del Paso Jama se remonta allá por los años 60, de la mano de un grupo de civiles e ingenieros, que se valieron de una camioneta de tracción simple, convicción y tenacidad como herramientas de trabajo. “Más o menos por el año ‘69 empiezan los primeros cruces de la cordillera buscando el Paso de Jama”, me reseña Mario Pérez, ingeniero civil y uno de los pioneros en esta hazaña. “En 1971 vamos 15 días en pleno invierno a la laguna de Jama. Hay fechas que son para recordar”, y me anticipa con una sonrisa que me contará una anécdota, “una de ellas es cuando estábamos ahí en julio del año ‘71, que Gimnasia de Jujuy jugaba contra Desamparados de San Juan. Ese día fue el que yo por primera vez crucé el límite de lo que en ese momento llamaban Paso de Jama”.
      Una vez en tierras chilenas, más exactamente en el Salar de Quisquiro, Pérez y sus colegas divisaron una tropa de avestruces y dijeron: “¡Las sigamos!”. Y así fue como, merced a la guía de estas plumíferas aves, arribaron primero al Salar de Aguas Calientes y luego a la ciudad de Calama, ubicada al norte de Chile. Allí llovieron las preguntas de los lugareños: ¿Por dónde vinieron? ¿Cómo hicieron? Por Jama. Imposible, decía un ingeniero; en Jama hay una gradiente de 2000 metros de altura, que solo puede atravesarse en helicóptero. No es así, repararon los jujeños, y volvieron a relatar todo lo acaecido. Por fin se convencieron, y ese mismo día, los viajantes explicaron su travesía por la cadena de televisión nacional de Chile. A partir de ahí, y paulatinamente, ambos países comenzaron a trabajar en la planificación y ejecución del Paso Internacional de Jama.

IQUIQUE
ENTRA
AL RUEDO
      Ahora bien, ¿por qué se demoró tanto tiempo en desarrollar el Paso de Jama? Gran parte de la respuesta reside en la lucha de intereses entre Salta y Jujuy. A Salta no le convenía apoyar Jama, debido a que intentaba fehacientemente posicionar al Paso de Sico como el cruce cordillerano más importante del norte. “Lo que nadie podía entender es que, si matemáticamente, se demuestra que el camino más corto entre dos puntos es la línea recta, nadie haya querido apoyar Jama. No había apoyo, Jama existía y era un lugar que no se cerraba nunca por nieve. ¿Por qué no se cerraba? Porque es un paso abierto, ancho, entonces el viento que corre arriba hace que no se acumule la nieve, como ocurre en otros lugares”, explicita Mario Pérez.  
      Es Chile quien recapacita primero acerca de las ventajas comparativas del Paso de Jama.  “Chile ha demorado 25 años en apoyar Jama, hasta que se dio cuenta de la posibilidad que tenía este Paso con respecto a los demás”, asevera el ingeniero.  Y en este acierto Iquique jugó un papel fundamental. “Esta localidad” prosigue, “es la que puso el dinero que le faltaba a Antofagasta para que el Paso de Jama se haga. Lo ha hecho por un interés comercial...Un intendente de Iquique que se llamaba Jorge Soria decía, (parafraseando a los italianos, ‘todos los caminos conducen a Roma’): ‘Todos los caminos deben conducir a Iquique’”.
      Así es como en 1999, luego de innumerables encuentros binacionales, Chile finaliza la obra de pavimentación. Argentina hace lo propio seis años después.  Y una pregunta ronda en mi mente: ¿Qué va a significar de ahora en más, para todos los jujeños, la inauguración oficial del Paso de Jama?

JAMA PROMETE
      En Jama ya se puede registrar un importante tránsito de vehículos livianos y pesados, puesto que el camino actualmente se encuentra en óptimas condiciones. De todos modos Jama, exceptuando el norte, aún no es conocido en amplios sectores del país. Con la inauguración oficial prevista para octubre, y la concurrencia de los presidentes de Chile y Argentina, sumado a la cobertura de los medios de comunicación nacionales, se abre el inicio de lo que tiene que ser una constante en el gobierno provincial: la acción publicitaria. La divulgación en todo el país de  las ventajas de este Paso, con relación a otros, impulsará a muchos automovilistas a elegir Jama como cruce hacia Chile.
      A su vez este corredor carretero se alimenta por los flujos originados en la llamada Franja Tropicana, que nace en puerto de Santos (Brasil), en el Océano Atlántico, se extiende por Paraguay y el nordeste argentino hasta la ciudad de San Salvador de Jujuy, recibe también los flujos de Bolivia; atraviesa la cordillera de los Andes y sigue su curso en distintos puntos de Chile, en el Océano Pacífico.
      Es correcto deducir que esta obra dará una gran potencialidad al Paso de Jama, ya que lo convertirá en el único paso fronterizo que va a estar pavimentado en su totalidad de ambos lados de la Cordillera de los Andes, desde el Sistema Cristo Redentor (Mendoza, Argentina), al norte; y de esta manera, Jujuy se constituirá en un nudo de conexión internacional múltiple, con las interesantes oportunidades comerciales y turísticas que este emplazamiento conlleva.
      Una posibilidad concreta es el comercio de países del MERCOSUR con Oriente. Los exportadores que para enviar por vía marítima sus mercaderías a Asia u Oceanía, debían hacerlo por el Estrecho de Magallanes en el sur, o por el Canal de Panamá en el norte, ahora podrán hacerlo - por medio de la Franja Tropicana- desde el Mega Puerto de Mejillones en el Pacífico, ahorrándose extensos recorridos.
      Jujuy no puede conformarse con ser tan solo un lugar de paso. La provincia en general y Jama en particular deben estar adecuadamente preparados para la recepción de turistas y viajantes. Y con esto me refiero a que me imagino un Paso de Jama rodeado de pueblos en crecimiento, con una infraestructura moderna, pero coherente con la arquitectura regional, que despliegue todos los servicios para atender a los pasantes: hoteles, restaurantes, estaciones de servicio, gomerías, equipamiento sanitario, por mencionar tan solo algunos. Ya estoy viendo una copiosa circulación de vehículos y ferrocarriles, y un pueblo circundante que promete ambición y se erige para transmutar a ciudad: la ciudad de Jama. (Raquel Abraham).