Pedro Lipcovich *
Una buena manera de celebrar el DÃa del Periodista es avanzar en la reflexión crÃtica sobre la práctica periodÃstica.
El 26 de mayo pasado, en la tapa de un diario de circulación nacional, se anunció: âCáncer de mama: el uso de una nueva droga abre esperanzasâ. La titulación de la nota, fechada en BerlÃn y firmada por una âenviada especialâ, anuncia: âLa droga bevacizumab logró importantes efectos en pacientes con metástasisâ y âduplica el tiempo en que la enfermedad no progresaâ. El primer párrafo de la nota dice: âUna droga contra el cáncer de mama, que abre un alentador panorama en el tratamiento de esta enfermedad, obtuvo la aprobación de la Unión Europea y se estima que el año próximo ya estará en la Argentinaâ. En otro lugar, la nota señala que âel laboratorio que lo comercializa es Roche y, según explicaron desde la empresa, en su aplicación para este tipo de cáncer tendrá la cobertura total de las obras sociales y las prepagasâ.
En realidad, el bevacizumab ya habÃa sido aprobado en 2004 en Estados Unidos, y posteriormente en la Argentina, para el tratamiento del cáncer colorrectal con metástasis; en 2006, la aprobación fue extendida en Estados Unidos al cáncer de pulmón. La Food & Drug Administration (FDA) puntualiza que âno cura el cáncerâ, sino que sólo âprolonga la sobrevida por unos cinco mesesâ, y señala sus âserios efectos secundariosâ. La extensión del uso ya autorizado de una droga no suele justificar una nota periodÃstica destacada; por lo demás, la información podrÃa haberse obtenido en la filial local de Roche.
Muchas empresas farmacéuticas disponen de estrategias a fin de poner a su servicio a profesionales, principalmente médicos, abogados y periodistas. En cuanto a la cooptación de médicos, emplean diversos recursos, que fueron detalladas en notas publicadas en el diario Página/12: âEl negocio de inflar la psicosisâ (por Pedro Lipcovich, 12 de junio de 2004) y âFiestas para psiquiatrasâ (por Federico Pavlovksy, 24 de agosto de 2006). En el caso de los periodistas, la oferta habitual es un viaje: el laboratorio paga un viaje a un congreso o presentación en el extranjero, con la contraprestación de informar sobre determinado evento que convenga a sus fines.
En estos casos, la publicación de la nota no responde a intereses directos de la empresa propietaria del medio: el medio la publica, e incluso le da lugar destacado, como un servicio a intereses particulares de su periodista; la contraprestación implÃcita es que el periodista esté dispuesto a poner su función profesional al servicio de intereses particulares de la empresa periodÃstica.
La publicación de notas que difundan nuevos medicamentos o nuevas aplicaciones de medicamentos sirve a un propósito central de los laboratorios: presionar sobre el sistema de salud a fin de obtener âla cobertura total de las obras sociales y prepagasâ. Según denuncias de la Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM), publicadas en Página/12 (âPeor el remedioâ, por Pedro Lipcovich, 1º de octubre de 2006), los laboratorios contratarÃan estudios de abogados que promueven recursos de amparo de pacientes para que sus obras sociales les provean, por fuera del vademécum, medicamentos de alto costo, que sus médicos, a su vez cooptados por los laboratorios, han recetado como imprescindibles. La maniobra, que âdesfinancia el sistema de saludâ, se apuntala con "la utilizacion de los enfermos como instrumentos mediáticos", según la AAPM.
Celebrar el DÃa del Periodista mediante una reflexión crÃtica no es fácil: puede no ser factible que una corporación profesional examine a fondo su propia práctica. AsÃ, en el caso de los médicos, la existencia de tribunales de ética no impide que la aceptación de prebendas pueda aceptarse como natural. Sin embargo, es factible una crÃtica que se sostenga en un atravesamiento institucional: asÃ, la institución periodÃstica puede asumir la crÃtica de prácticas médicas. Pero ¿desde qué institución asumir la crÃtica de prácticas periodÃsticas? El mejor lugar es la universidad, desde el momento en que el periodismo se ha incorporado a la formación académica. La lectura crÃtica de la producción periodÃstica es pertinente y necesaria a esta formación. AsÃ, la presente nota se ampara en la pertenencia de su autor a la Universidad Nacional de Jujuy.
* Periodista en el diario Página/12. Profesor de Introducción a la Problemática PeriodÃstica en la Facultad de Humanidades de la UNJU.
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