El vocal social del Instituto de Vivienda y Urbanismo (IVUJ), Raúl Ibarra, explicó que el parate por el largo conflicto entre el gobierno nacional y el campo ha desacelerado la obra pública que administra el organismo. En una entrevista en la radio, el funcionario calificó como “histórica” la experiencia que involucra a las cooperativas de vivienda y reveló que 4400 unidades habitacionales se construyeron mediante esa mecánica de esfuerzo propio.
“El IVUJ no es una isla, forma parte de todo un esquema integral; hemos sufrido este parate producto de la crisis del campo y las consecuencias las vive también el IVUJ que no tiene el ritmo de obras que tenía previo a todo esto”, dijo el vocal social. En este contexto de dificultades, sumó las “situaciones muy complicadas con respecto a la interrelación en particular con el sector del trabajo, cuya representatividad la tiene la UOCRA”.
Ibarra no eludió la responsabilidad del organismo en la gestión para la obtención de los desembolsos suficientes a fin de mantener el mismo ritmo que se tenía anteriormente.
“Digo gestión porque aunque exista el parate, también tiene que existir la voluntad de nosotros, no sólo los funcionarios del Instituto sino del conjunto, porque otra cosa que aprendimos en la etapa pasada fue asumir la condición de equipo. Tenemos integración plena con los referentes de la Nación, con los referentes a nivel municipal, los referentes a nivel de empresas constructoras y a nivel de las organizaciones sociales, que si hay una señal desde Nación que ha obligado a ese parate, seamos nosotros los que volvamos a reactivar. Somos una sociedad que vive en crisis constante, que tenemos algunos matices y algunas señales no sólo en lo económico, sino en lo financiero que muestran que no podemos darnos el lujo de distraernos y no mantener una actividad fuerte como la que se mantenía en etapas pasadas”, reflexionó.
“Hoy -aseguró Ibarra- estamos intentando recuperar eso pero cuando lo decimos, lo decimos en el conjunto, sin que esto signifique trasladarle facturas a nadie sino hacernos cargo nosotros, los funcionarios del IVUJ, de que la celeridad tiene que distinguirnos, que tenemos que ser más contundentes en lo que hace a la inter-relación con Nación, que es la encargada de facilitarnos los distintos desembolsos para que se puedan concretar las obras”.
Consultado acerca de lo realmente difícil que es para muchas familias acceder a la viviendas a pesar de estar inscriptas desde hace muchos años, el vocal social explicó que “los mecanismos que tenemos son los cómputos con evaluaciones que se van calificando en función del número del núcleo familiar, las características que tiene, donde vive, el grado de hacinamiento, una serie de factores. Es cierto que siempre va a reclamar algún postulante o muchos postulantes porque es lógico, no tenemos la posibilidad de concretar un cupo absoluto de viviendas, porque si nos demandan 4000 familias y entregamos 200, hay 3800 que están quedando afuera y de esas 3800 queda toda la sensación de injusticia”, señaló.
En otro momento de la entrevista, Ibarra aludió a la puja por obras entre los trabajadores de la UOCRA y las organizaciones sociales. “Los empresarios de la construcción son los mayores interesados por mejorar su certificado de calidad, porque pareciera que por ahí algún funcionario tiene que salir en defensa de lo que tendría que ser el rédito de ellos. Hemos visto a partir del 2001, la presencia de las cooperativas con un nivel de calidad de vivienda más que interesante. Entonces, ¿qué nos muestra esto como sociedad?, que tenemos matices diferenciados, que tenemos opciones para todos los sectores, para todas las franjas”, infirió.
Sobre si es posible alcanzar un punto de equidad en la asignación de las obras, dijo que “sería grosero de mi parte creer que estamos en condiciones de fijar las reglas de juego o la ecuación exacta para conformar los intereses; estas son pujas y disputas de mercado”. No obstante estimó que “esto va mostrando que de alguna manera han ido ganando espacios sectores carenciados que lo único que han intentado a través de estos mecanismos ha sido tener la casa propia con el esfuerzo propio”, constituyendo “hechos revolucionarios como fue que gente que estaba en la ruta, en situaciones casi violentas, logró cambiar su actitud a través de incorporarse a un sistema de construcción de la vivienda propia”.
