El enigmático mundo que discurre detrás de Internet es analizado en esta nota con la ingeniera en sistemas Ana Milena González, colombiana, radicada hace poco en Jujuy. Especializada en medios interactivos que trabajan con publicidad en la Red, González explicó lo que hay en la trastienda de grandes monstruos como Google, Hotmail y Yahoo y, de paso, habló sobre su país que -aseguró- más allá del café y de Shakira, tiene muchas cosas buenas para mostrar, sobre todo en lo que hace al “empuje social”.

-Navegando en Internet nunca pensé quién está del otro lado y cómo funciona, dónde, cuántos son, si es más simple en relación a otras estructuras informativas y publicitarias.
-El tema de la publicidad interactiva es muchísimo más sencillo que la comunicación convencional. Básicamente en el grupo de trabajo en el que estoy acostumbrada a trabajar somos no más de cinco personas; una hace planes de medios para venderles a los clientes, están los que se encargan de  los tráficos de una página web o de las mismas publicidades, de medirlas porque la publicidad en Internet también tiene medición, podemos saber si es buena o mala, si hay que bajarla  o ponerla más tiempo. Es realmente muy sencillo, lo que se requiere es muchísima capacitación sólida en sistemas.

-¿Se percibe en ese tipo de lugares la línea editorial que baja la empresa que sostiene determinado buscador?
-Claro que sí, todo es completamente posible en este medio, podemos saber desde qué computadora está viendo una publicidad, hasta saber el país, la región, etc., y, lógicamente, todo se enmarca en una política determinada que, casi siempre, en los niveles directos de ejecución se ignora.

-Un programa como el Google Earth te da la posibilidad de sentarte y encontrar una calle y una casa tal cual es en Tierra del Fuego o en Malasia. Si el gran poder que nos maneja a todos permite ver eso, ¿cuánto más debe haber por atrás en función del satélite y su retorno?
-Si nos vamos para eso es muchísimo más complejo, se requiere de un estudio especial. De señales particulares. Ya que hablamos del Google Earth, por ejemplo, Colombia, por la topografía que tiene, en este momento no es posible verla en el Google Earth.

-¿No tendrá algo que ver algún cártel? Porque la Quebrada tiene una topografía terrible, sin embargo se la puede observar pueblo por pueblo...
-De cárteles no creo. Y las FARC no sé. Pues, por lo de la topografía sé que es complicado, por las nubosidades, son fotografías satelitales que no se ven, y en general es muchísimo más estudio, inversión, tecnologías, etc.; el trabajo detrás de eso es muy grande y muy caro.

-En China, por ejemplo, primero Internet entró con todo, y podías navegar por cualquier lado  (los chinos también), pero después el gobierno fue acotando un montón de sitios donde no puede acceder la gente. Eso, empresas como Google y Yahoo, ¿se la bancan?, ¿cómo es?
-Ellos tienen un tipo de editor de contenidos y hacen lo que los clientes les piden. Lo que pasa es que uno mismo como usuario puede filtrar contenidos; las empresas se encargan también  de hacer su propio filtro pero no falta que se escape alguna cosa. Eso es totalmente controlable hoy en día. Así como existen sitios de contenidos que no son “buenos” podríamos decir para muchísima gente, también hay muchísimas maneras de bloquearlos, de restringirlos. Es una tarea en común. He visto en el medio que hay como una unidad para este tipo de cosas, porque una cosa es contenido para adultos y otra cosa es la parte oscura que hay detrás de eso, como las redes de pornografía que fueron denunciadas desde hace tiempo. Lo propio sucede con los sitios que, por un motivo u otro, se quieren restringir.

-Comentabas que en Colombia, Internet está como más socializado si comparamos con lo que se ve en Jujuy…
-En Colombia, hace cuatro o cinco años Internet no eran algo tan común; solamente tenía acceso la gente que estaba en la universidad pues los costos eran muy altos; todo era por teléfono y no toda la gente contaba con computadoras que le permitieran entrar al servicio. Pero hicieron una fuerte inversión en conjunto el gobierno y las compañías de telecomunicación, las de telefonía local y de televisión por cable. Por ejemplo, en un barrio de escasos recursos se podía financiar con programas especiales para que la gente pudiera comprar las computadoras para acceder a Internet. El segundo paso era la conexión. Todos estos cambios hicieron que las empresas de telecomunicaciones miraran más al usuario y crearan planes especiales para que la gente tuviera ese acceso. Entonces ahorita es fácil que decidas tener conexión inalámbrica en tu casa y te dan una computadora, por ejemplo. Tú te afilias a un plan de navegación y te regalan un monitor o la computadora completa. Son cosas que atraen a la gente pero también la benefician, porque hoy ves el acceso a la red en todas partes, porque hay Internet inalámbrico en las calles, en los centros comerciales, en los aeropuertos; ya es lo normal.

-Da la impresión de que dentro de los estamentos institucionales de Jujuy, no se aprovecha Internet. ¿Qué opinás?
-Internet es para todos. Se pueden hacer muchísimos procesos: inscripciones a las universidades, consultas, extractos de bancos, pagos de cuentas de cualquier rubro, viajes, se ven noticias, se escuchan radios, se ven videos. Las consultas tienen respuestas casi instantáneas. Aparte se accede a todo tipo de conocimientos. Internet sirve para todo, en realidad.

-¿En Colombia hay Internet gratis?
-Sí, claro. Hay Internet gratis en los centros comerciales, en las calles, en muchas instituciones de todo tipo: educativas, financieras, culturales, de servicios.

-Hay propagandas de Internet gratis en Córdoba, en Buenos Aires y en Santa Fe, por ejemplo. Acá no. ¿Cómo es el tema?
-La primera inversión que hay que hacer para eso, es en tecnología, en equipos. Jujuy sería el lugar perfecto porque es pequeño. Primero sería invertir y educar más que nada en lo que es el servicio y la tecnología. Después, eso se vende solo ya que no tiene mucha ciencia. La inversión tampoco es tan costosa cuando hay tantos beneficios para la gente. Pienso que no importa cuántos millones de pesos haya que invertir siempre y cuando la gente se eduque. Eso me parece que es lo más importante, darles posibilidades a las personas para que crezcan cultural e intelectualmente.

-Aquí el desaprovechamiento de Internet, por ejemplo en la página de la Secretaría de Turismo y Cultura o respecto del Patrimonio, también en su uso para hacer negocios, es notable. ¿Qué se podría hacer?
-Antes de hacer cualquier cosa en Internet, primero los jujeños tienen que tomar conciencia de las riquezas que tienen. Si queremos promover el turismo, hay que empezar por casa, concientizarse de que esta es una riqueza para todos y que todos podemos sacar algo bueno de eso. Después de eso, explotarlas. Hay muchísimas cosas acá y esas cosas hay que dárselas a conocer al mundo, no solamente las tienen que conocer las provincias fronterizas de Jujuy, las tiene que conocer todo el mundo, pero no basta con tener una página y ya. Para dar a conocer esta ciudad, tal cual como es, con sus cosas buenas y mejorar las malas, hay que concientizarse primero y explotarlo después e Internet es una buena herramienta, la mejor.

LA VIDA A LA
COLOMBIANA
-¿Cómo describirías a tu país hoy?
-Después de tantos años de guerra, tantas problemáticas, tantas cosas, nos hemos acostumbrado, convivimos con todo eso. El colombiano medio tiene una vida normal, le tocan los problemas económicos del país, los problemas sociales, la violencia. A algunos les toca directamente, a otros indirectamente, pero todos casi hemos aprendido a vivir con esa realidad que nos tocó. Siempre la gente me pregunta por la guerrilla, los ‘narcos’ y yo digo que eso existe y que en este momento no hay nada absolutamente que lo pueda cambiar. Se ha tratado, se ha insistido, hay gente que lo ha hecho de corazón y otros por subir al poder, o por lo que sea. Son cosas que existen pero también hay muchísimas cosas muy buenas y no estoy hablando solamente del café o de Shakira. Son otras cosas. Es ver por ejemplo que uno vive en una ciudad como Bogotá que  era horrible, porque había mugre por aquí, mugre por allá, pobres en todas partes, las casas se caían y es bonito decir que en mi país la gente de una manera u otra tomó conciencia de lo que tenía y lo empezó a recuperar. Y eso es algo que casi nadie sabe. Casi nadie sabe que Bogotá antes era una ciudad muy grande y con muchísima gente, pero con muchísima pobreza. Entonces, ¿qué hizo la gente? Intentó salir, dejó de quejarse y empezó a hacer cosas por su propia ciudad y ese ejemplo lo tomaron ciudades como Cali, como Medellín, y están progresando.

-En el colombiano medio ¿hay conciencia de que el terrorismo y la droga son puntualmente afines a esta altura de las cosas?
-Completamente. Desafortunadamente uno tiene que pensar todos los días en cada uno de esos movimientos. Eso tengo que reconocerlo, porque yo no puedo hacer un negocio sin primero pensar de qué se trata, revisarlo bien, mirarlo por todos lados. Siempre todas esas cosas están ahí y uno es consciente de que eso sucede. La clave está en no involucrarse. Por ejemplo yo vivo agradecida de que a mí absolutamente nada de eso me ha tocado y realmente lo que considero es que a la gente que le pasa, que se involucra, es porque algo estuvo buscando. No todo el mundo conoce lo que pasa todos los días allá, que un concejal hizo negocios con la guerrilla…, que esto, que el otro. Desafortunadamente uno si no quiere verse involucrado no tiene ni que mirar para esos lados.